PARÍS.- El mundo se enfrenta a
una brutal recesión a causa del coronavirus, que ya ha empezado a
golpear a países como Francia o Alemania, advirtieron este miércoles los
expertos, mientras que los gobiernos se preguntan cómo superar el
confinamiento, que afecta a medio planeta.
Europa, el epicentro de
la crisis sanitaria mundial, superó los 60.000 muertos, en una jornada
en la que el mundo añadió casi 100.000 nuevos enfermos a la siniestra
cuenta del COVID-19.
Francia y Alemania avisaron que sus respectivas economías
caerán, antes de que acabe el semestre, a sus peores niveles desde la II
Guerra Mundial.
El mundo se enfrenta a "la que podría ser la
recesión más profunda o el revés económico más grave de nuestra
existencia", alertó el director general de la Organización Mundial de
Comercio (OMC), Roberto Azevedo.
El comercio mundial podría caer más de un 30%. Ningún sector económico está a salvo, añadió.
Son
casi 200 millones de empleos los que se podrían perder a causa de la
parálisis del confinamiento, según la Organización Internacional del
Trabajo.
Conscientes del desafío, los líderes mundiales dudan sin
embargo en aflojar las medidas coercitivas. Hay tímidos avances en la
estabilización de la enfermedad en algunos países. Noruega, Dinamarca,
Suiza han anunciado que entre finales de abril y mayo podrían levantarse
algunas de las medidas de confinamiento.
Pero la incertidumbre
continúa en la inmensa mayoría de países afectados, excepto en China,
cuyas autoridades autorizaron las salidas de la ciudad de Wuhan, dónde
empezó la pandemia y que perdió a más de 2.500 habitantes. Miles de
personas se agolparon en las estaciones de tren de la urbe para salir de
la ratonera.
Es
precisamente en los signos alentadores, a medida que el confinamiento de
miles de millones de personas hace efecto, donde radica el peligro,
advierten especialistas.
"Si se relaja la presión, hay un rebote
de la epidemia porque se liberan a personas que hasta ahora estaban
protegidas y que entrarán en contacto con el virus", advirtió Arnaud
Banos,
del Centro francés de investigación científica.
El confinamiento "reduce
el porcentaje de personas que se infectan" dice la epidemióloga
Catherine Hill. Pero "la gente sigue infectándose", ya que el virus aún
circula.
"No es el momento de flexibilizar las medidas" de
confinamiento, advirtió la sección Europa de la Organización Mundial de
la Salud.
En Gran Bretaña, el primer ministro Boris Johnson mejoró
en su tercer dia en cuidados intensivos, donde se mantuvo "estable,
tranquilo y con buen ánimo", informó el secretario de Estado de Salud,
Edward Argar.
Pero Gran Bretaña batió de nuevo el récord de defunciones, 938 en un día.
El
brote continúa también haciendo estragos en Estados Unidos, que
registró un récord mundial de cerca de 2.000 muertos en 24 horas,
llevando el acumulado en su territorio a casi 13.000 decesos.
El presidente Donald
Trump inició nuevas negociaciones con el Congreso para liberar otros
250.000 millones de dólares y tratar de salvar empleos en las pequeñas y
medianas empresas.
Además del colapso sanitario, del desafío para
las economías, el COVID-19 pone a prueba la solidaridad de gobiernos,
la confianza en las instituciones.
El director general de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió el miércoles al presidente
estadounidense, Donald Trump, que "no politice el virus", en alusión a
las críticas del mandatario sobre la relación entre la organización y el
gobierno chino.
También pidió a Washington y Pekín a "unir fuerzas para combatir a este peligroso enemigo", en alusión a la pandemia.
Trump
acusó en días pasados a la OMS "parece estar muy sesgada hacia China",
tras recordar que en los inicios de la pandemia del coronavirus, la OMS
señaló que prohibir los viajes al gigante asiático, epicentro de este
nuevo brote viral, no era aconsejable.
Por su parte los
gobiernos de la UE negociaron toda una noche para finalmente fracasar en
un acuerdo sobre un plan conjunto para enfrentar la debacle.
"Tras
16 horas negociando, nos acercamos a un acuerdo, pero todavía no lo
logramos. Seguiremos mañana jueves", informó el ministro portugués y
presidente del Eurogrupo, Mario Centeno.
En el epicentro de la disputa la oposicion entre los
países del norte europeo y los del sur acerca de cómo financiar los
planes de apoyo a economías arrasadas.
Y el adjetivo no parece
exagerado. Alemania espera una contracción de casi el 10% de su Producto
Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre, algo nunca visto en su
historia reciente, según la proyección común de los principales
institutos económicos.
En Francia el PIB retrocedió un 6% en el primer trimestre, indicó el Banco de Francia.
El fabricante de aviones Airbus anunció una reducción en un tercio de su producción.
En medio de la
catástrofe, el mundo vio una luz de esperanza con la imágenes de miles
de pasajeros --algunos con trajes integrales de protección-- que tomaron
por asalto estaciones de autobuses y trenes de la capital de la
provincia china de Hubei.
"Me he levantado a las cuatro hoy. ¡Me
siento tan bien"!", dijo una feliz Hao Mei, de 39 años y oriunda de
Enshi, ciudad a 450 km al oeste de Wuhan, antes de subirse a un tren
para regresar con sus dos hijos, a los que tuvo que dejar solos durante
más de dos meses, ya que quedó atrapada a fines de enero en Wuhan.
En
América Latina, todavía relativamente a salvo de la pandemia, se han
registrado unas 1.500 muertes, casi la mitad en Brasil. La región cuenta
ya con más de 40.000 casos de coronavirus.
En Venezuela, el
presidente Nicolás Maduro ordenó la hospitalización de todos los casos.
"Es una orden que doy: tenemos que avanzar a la hospitalización (del)
cien por ciento de todos los casos", dijo.
Mientras en México
miles de migrantes atrapados en las fronteras, hacinados en campamentos o
mendigando en las calles, contemplan "aterrorizados" la propagación de
una pandemia que congeló sus procesos de asilo y los sumió en la
incertidumbre.
"Estamos aterrorizados. Si hay una infección no
quiero imaginar qué pasaría", confesó por teléfono un ecuatoriano
indocumentado desde un campamento migrante en Matamoros, muy cerca de la
frontera estadounidense, donde sobreviven 2.000 personas
del Centro francés de investigación científica.
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