PARÍS.- Francia, después de
España e Italia, entra a su vez el martes en confinamiento general y
Europa cierra las fronteras para frenar la propagación del coronavirus,
"la crisis sanitaria global que definirá nuestro tiempo", en palabras de
la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El presidente francés, Emmanuel Macron, ordenó el lunes restricciones estrictas al movimiento de personas que durarán al menos dos semanas para frenar la propagación del coronavirus y dijo que el ejército ayudaría a trasladar a los enfermos a los hospitales.
Francia ya cerró restaurantes y bares, escuelas y centros de esquí, pero Macron dijo que se necesitaban medidas sin precedentes en tiempos de paz ya que la cantidad de personas infectadas se duplica cada tres días y las muertes aumentan en espiral.
En Francia, el coronavirus ha matado a 148 personas e infectado a más de 6.600.
En un sombrío discurso al país, el presidente dijo que desde el martes al mediodía la gente debería quedarse en casa y solo salir para actividades esenciales.
“Sé que lo que les pido no tiene precedentes, pero las circunstancias lo exigen. Estamos en guerra”, dijo Macron.
Macron dijo que posponía la segunda vuelta de las elecciones locales del domingo y que suspendía la agenda de reformas del gobierno, comenzando con su revisión del sistema de pensiones.
En un mensaje de tranquilidad a las empresas, Macron dijo que el Gobierno garantizaría 300.000 millones de euros en préstamos. El plan de garantía de préstamos se presentará al Parlamento en las próximas semanas y será retroactivo, dijo una fuente del Ministerio de Finanzas.
Las facturas de alquiler y servicios básicos como electricidad, agua o gas de las pymes también se suspenderán para ayudarlas a capear la tormenta económica, añadió.
“Ninguna empresa francesa, sea cual sea su tamaño, estará expuesta al riesgo de quiebra”, dijo Macron.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ordenó el lunes restricciones estrictas al movimiento de personas que durarán al menos dos semanas para frenar la propagación del coronavirus y dijo que el ejército ayudaría a trasladar a los enfermos a los hospitales.
Francia ya cerró restaurantes y bares, escuelas y centros de esquí, pero Macron dijo que se necesitaban medidas sin precedentes en tiempos de paz ya que la cantidad de personas infectadas se duplica cada tres días y las muertes aumentan en espiral.
En Francia, el coronavirus ha matado a 148 personas e infectado a más de 6.600.
En un sombrío discurso al país, el presidente dijo que desde el martes al mediodía la gente debería quedarse en casa y solo salir para actividades esenciales.
“Sé que lo que les pido no tiene precedentes, pero las circunstancias lo exigen. Estamos en guerra”, dijo Macron.
Macron dijo que posponía la segunda vuelta de las elecciones locales del domingo y que suspendía la agenda de reformas del gobierno, comenzando con su revisión del sistema de pensiones.
En un mensaje de tranquilidad a las empresas, Macron dijo que el Gobierno garantizaría 300.000 millones de euros en préstamos. El plan de garantía de préstamos se presentará al Parlamento en las próximas semanas y será retroactivo, dijo una fuente del Ministerio de Finanzas.
Las facturas de alquiler y servicios básicos como electricidad, agua o gas de las pymes también se suspenderán para ayudarlas a capear la tormenta económica, añadió.
“Ninguna empresa francesa, sea cual sea su tamaño, estará expuesta al riesgo de quiebra”, dijo Macron.
La pandemia ha causado
más de 7.000 muertos en todo el mundo, especialmente en Europa, donde
el número de enfermos se ha disparado durante los últimos días. La Unión
Europea (UE) cierra a partir del martes todas sus fronteras durante 30
días, anunció el lunes por la noche el presidente francés Emmanuel
Macron.
"Nadie puede combatir un incendio con los ojos vendados",
afirmó el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien estima
esencial que los países hagan "pruebas, pruebas y pruebas. Hay que hacer
pruebas ante cada caso sospechoso".
"Estamos en guerra", insistió
Macron, al anunciar el lunes en un discurso a la Nación una batería de
medidas draconianas en Francia, comparables a las adoptadas en Italia y
España.
A partir del martes al mediodía, los franceses ya no
podrán salir de casa o reunirse sin un motivo válido y "cualquier
infracción será sancionada", advirtió el presidente.
Y
es que los contagios en Francia progresan, con 148 muertos y 6.633
casos. Las autoridades lamentan la falta de responsabilidad de los
franceses que se juntaron el domingo en los mercados, los parques y a
orillas del Sena en París para aprovechar el sol, ignorando los
llamamientos oficiales a limitar el contacto humano al máximo.
Pero el gobierno francés
también es blanco de las críticas por haber mantenido la primera vuelta
de las elecciones municipales del domingo, pese a que acababa de ordenar
el cierre de todos los bares y restaurantes del país y de pedir a la
población que se quedara en casa. Macron anunció el aplazamiento de la
segunda ronda.
En todo el mundo, los gobiernos y los bancos
centrales intervienen para intentar atenuar las catastróficas
consecuencias de la enfermedad para la economía.
El G7 lo calificó de "tragedia humana" y se declaró
dispuesto a hacer "cuanto sea necesario" para restaurar el crecimiento
global, ya sea a través de medidas presupuestarias y monetarias o
mediante acciones específicas.
Por primera vez, el presidente
Donald Trump consideró "posible" una recesión en Estados Unidos. No solo
afecta a la economía, sino también a la política en un año electoral:
Ohio postergó las elecciones primarias de este martes; Arizona, Florida e
Illinois las mantienen.
En Venezuela, el presidente Nicolás
Maduro ha decretado una "cuarentena total" del país. Canadá, Colombia y
Túnez sellaron las fronteras. Las grandes ciudades cierran restaurantes,
bares, discotecas y cines. Los habitantes de Río de Janeiro deben
renunciar a las playas.
Alemania pide a los habitantes que "se queden en casa" y sacrifiquen las vacaciones.
No caben las excepciones.
Cuatro lugares sagrados de Irán, incluido el santuario de Mashhad, el
Taj Mahal de la India y las mezquitas en Marruecos cierran. Turquía
suspende las oraciones colectivas.
Los colegios y universidades
también han dejado de funcionar, al igual que los museos, y las
anulaciones de eventos culturales se multiplican.
En Asia, las bolsas se recuperaban el martes por la mañana
después de las caídas de la víspera. En Europa, las plazas bursátiles
terminaron el lunes con fuertes pérdidas (5,31% en Fráncfort, 4,71% en
Londres) y la Bolsa de Nueva York se desplomó, con el Dow Jones a
-12,93%, su mayor caída desde el lunes negro de octubre de 1987.
Varias compañías aéreas repliegan las alas.
La
alemana Lufthansa suprimirá "hasta el 90%" de su capacidad de vuelo de
larga distancia. Las estadounidenses pedirán 50.000 millones de dólares
de ayuda. La australiana Qantas reducirá los vuelos internacionales en
un 90%.
En todo el mundo, el número de casos de COVID-19
oficialmente registrados se elevaba el lunes a las 17:00 GMT a más de
175.000, según un saldo. La enfermedad mató a más de 7.000
personas.
En la actualidad hay más
muertos registrados en otras partes del mundo que en China continental
(3.213), el epicentro en diciembre de la pandemia y el país más
afectado.
Italia, con casi 28.000 casos, "aún no ha alcanzado el
pico" de contagio, advirtió el primer ministro.
El segundo país más
afectado en Europa es España (9.191 casos, incluidos 309 muertos). El
gobierno español advirtió que el confinamiento podría prolongarse tras
registrar casi 1.500 casos nuevos en 24 horas.
En Estados Unidos, el secretario de Estado Mike Pompeo
acusó el lunes a China de "sembrar la desinformación y rumores
extravagantes" sobre el origen del coronavirus, calificado por Donald
Trump de "virus chino".
En Seattle comenzó el primer ensayo clínico en
humanos para probar una posible vacuna.
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