ROMA.-
"¿Pero qué hacen aquí? ¿Cómo han llegado? Está prohibido totalmente,
váyanse o los hago detener". El alcalde de Casalpusterlengo, uno de los
once pueblos en cuarentena en el norte de Italia por el coronavirus,
está furioso y no atiende a razones.
Un
camino secundario nos ha llevado casi de casualidad a este municipio
incluido en la "zona roja" de Lombardía, a solo 45 kilómetros de Milán,
sin que ningún control nos haya impedido el paso.
El
regidor, Elia Delmiglio, que circula en un coche patrulla acompañado
por policías locales que portan mascarillas, no puede entender cómo
hemos llegado y nos manda salir sin permitirnos hablar con ninguno de
los pocos vecinos que están cerca.
"Estamos en la 'zona roja', dentro está el Ejército, aquí no se puede entrar", nos sigue gritando.
La
expansión del coronavirus prosigue en Italia con diez fallecidos hasta
el momento y la región de Lombardía, en el norte, es la más afectada,
con 240 de los 322 casos de contagio registrados en todo el país, según
las últimas cifras oficiales ofrecidas hoy por el jefe de la Protección
Civil, Angelo Borrelli.
También
hay casos en Véneto (43), Emilia Romaña (26), Piamonte (3), Alto Adigio
(1) y Liguria (1), todas en el norte, y en Lazio (3), Toscana (2),
estas dos regiones en el centro. Hoy se sumaron además tres casos en
Sicilia (sur), en total nueve regiones.
Casalpusterlengo
se encuentra a pocos kilómetros de Codogno, epicentro del virus en
Italia, donde se registró el primer paciente de esta epidemia, un hombre
de 38 años del que aun se desconoce cómo contrajo el virus.
El
Cuerpo de Carabineros de Codogno confirmó que en la zona
periférica que rodea a estos municipios se encuentran desde última hora
del lunes 40 militares que vigilan que nadie entre ni salga del área
afectada, para evitar la propagación del virus.
Los
once municipios son Vo' Euganeo, en Véneto, y Codogno, Castiglione
d'Adda, Casalpusterlengo, Fombio, Maleo, Somaglia, Bertonico, Terranova
dei Passerini, Castelgerundo y San Fiorano, en Lombardía, y en ellos
viven unas 50.000 personas.
Junto al Ejército hay además 124 carabineros que sirven de apoyo, y también otros miembros de las fuerzas del orden.
Precisamente
en Somaglia, en la "zona roja" trabaja Alberto, un joven que ahora está
de "libranza forzosa" en su casa de Mellegnanello, ya que el viernes le
dijeron que no vuelva a su puesto de trabajo, un negocio de productos
capilares, hasta dentro de 14 días.
"Esto
es 'zona amarilla'. Eso significa que las tiendas y negocios cierran a
las 18 horas, para limitar la afluencia, pero no estamos en cuarentena",
cuenta mientras trabaja para remozar la bonita granja donde vive
con sus padres.
"Ahora estoy aquí porque hace poco me comunicó mi empresa que si todo va
bien podremos volver al trabajo el 9 de marzo", afirma, y recuerda que
Somaglia es uno de los diez pueblos de Lombardía en "zona roja".
"Algunos
de mis colegas viven en Codogno y otros pueblos de la 'zona roja' y
ellos sí están en cuarentena. Yo todavía me puedo mover, esperemos que
la cosa mejore", añade.
Volviendo
a la carretera principal, en dirección a Codogno, sí se encuentra el
control policial que impide el paso a esa zona aislada.
A
la entrada de Zorlesco se ha instalado el puesto de control y varios
coches patrulla se cruzan en la carretera. Los agentes, tapados con
mascarillas piden los papeles a los pocos vehículos que tratan de pasar y
solo autorizan a las ambulancias y vehículos de protección civil.
Con
bastante frecuencia entran y salen ambulancias ululando la sirena con
su personal protegido por los monos blancos y la mascarilla, la
indumentaria que se ha hecho popular en los medios desde que estalló la
crisis del coronavirus de Wuhan.
Alfreda
Bertoni, una mujer de unos 60 años, grita furiosa y explica a algunos
periodistas presentes allí que tiene que ir al médico en Codogno y no la
dejan pasar.
"Aquí
ven el certificado que me ha hecho ayer el médico. Estoy enferma de
crisis epilépticas y depresión. Me están haciendo morir, no puedo
soportar esta situación. ¿Por qué motivo no me dejan pasar? Es que todos
tienen el coronavirus? Ayer me han tratado como una delincuente", grita
histérica.
Su
marido añade: "Italia es la vergüenza de la vergüenza, lo he intentado,
pero no se puede hablar ni con el alcalde. Han colocado el puesto de
control donde no es la 'zona roja', es una indecencia, tratan a los
ciudadanos como chivos expiatorios", se indigna antes de subirse al
coche con su mujer para darse media vuelta.
Ante
la situación, y dado que este es el tercer país más afectado del mundo
por el coronavirus, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, salió
hoy al paso de posibles medidas de aislamiento de Italia y aseguró que
es un lugar "seguro, quizá mucho más que otros" y se puede seguir
visitando.
"Italia
es un país seguro al que se puede viajar y hacer turismo. Hay algunas
áreas delimitadas de nuestro territorio con restricciones pero por el
resto se puede viajar tranquilamente", dijo en una rueda de prensa desde
la sede de Protección Civil.
Conte
expresó su confianza de lograr contener el virus "inmediatamente" y
sostuvo que sería injusto que los italianos sufrieran limitaciones a la
hora de viajar por el mundo dado que, a su parecer, los controles
sanitarios impuestos lo permiten.
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