PHOENIX.- Un
informe de la organización Médicos por los Derechos Humanos (PHR, en
inglés) difundido este martes concluyó que la separación de familias
migrantes que solicitan asilo en la frontera sur "cumple con los
criterios de tortura".
El
documento, resultado de "evaluaciones psicológicas profundas" hechas a
26 personas solicitantes de asilo (incluidos nueve menores de edad)
muestra que la práctica de la separación familiar "constituye un trato
cruel, inhumano o degradante" y, según los casos que evaluó la
organización, "cumple con los criterios de tortura".
La
directora médica de PHR, Michele Heisler, señaló que el documento
"'Nunca volverás a ver a tu hijo': los efectos psicológicos
persistentes de la separación de familias" aporta "la primera evidencia
medica de los graves daños que han sufrido las familias migrantes".
"Este
es el primer análisis que se basa en declaraciones legales de médicos y
estuvo escrito por expertos, todo basado en evaluaciones psicológicas a
niños y padres separados", dijo Heisler.
Destacó
que estas acciones pueden acarrear de por vida efectos colaterales a
estas personas y que el gobierno federal debe encargarse del tratamiento
médico de las familias afectadas al ser "responsable directo del trauma
que están sufriendo".
"Esas
familias necesitan tratamiento psicológico, no se va resolver el
problema solo por ser reunificados, muchos niños están traumados, no
pueden alejarse de la vista de sus padres, lloran continuamente, no
quieren comer, tienen pesadillas", afirmó.
Los
solicitantes de asilo son personas que huyeron de sus países de origen,
en especial El Salvador, Guatemala y Honduras, en busca de refugio en
Estados Unidos, donde se les separa por la fuerza en la frontera y luego
enviadas a centros de detención a cientos o miles de kilómetros de
distancia de sus familiares, criticó.
Dentro
del grupo evaluado por PHR se observó que, salvo dos personas adultas,
todos cumplían con los criterios correspondientes a un diagnóstico de
trastorno de estrés postraumático, trastorno depresivo mayor o trastorno
de ansiedad generalizada.
"Fue
un gran choque para mí saber que los funcionarios estadounidense
engañaron a los niños con tanta crueldad, diciéndole que nunca iban a
volver a ver a sus padres, esa conducta llega al criterio de la tortura y
eso no se dice fácilmente", destacó.
El
documento precisamente destaca que al amparo de la definición que
figura en la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura, PHR
concluyó que "las autoridades estadounidenses, de forma deliberada,
realizaron acciones discriminatorias que provocaron dolor y sufrimiento
graves".
Heisler
dijo que los funcionarios llevaron a cabo acciones "discriminatorias,
causando dolor y sufrimiento severo con el fin de castigar e intimidar a
los inmigrantes para que renuncien a su derecho de asilo político".
Asimismo,
"PHR también considera que la manera en que se puso en práctica la
separación de familias fue una forma de desaparición forzada temporal,
lo que ocurre cuando el Estado oculta el destino o paradero de una
persona privada de su libertad", de acuerdo al reporte.
"Concluimos
que la separación forzada constituyó un acto que vulnera los derechos
humanos, una acción muy grave, ya que se ocultó el destino y paradero de
una persona privada de su libertad", expresó Heisler.
Aclaró
que aunque este estudio se centra en las experiencias de un grupo
reducido de personas, los testimonios de las veintiséis personas
evaluadas ayudan a ilustrar las experiencias de otras familias separadas
por la Administración Trump.
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