BRUSELAS.- Los equipos de la Comisión Europea (CE) y del Gobierno británico
comenzarán el próximo lunes la primera ronda de negociaciones para
definir su relación tras el Brexit, informó este martes el jefe
negociador comunitario, Michel Barnier.
En una rueda de prensa tras el
Consejo de Asuntos Generales en el que se han aprobado las directrices
negociadoras de este proceso, Michel confirmó que esta primera ronda,
que se celebrará en Bruselas, comenzará el próximo 2 de marzo y se
prolongará hasta el jueves 5.
Será la primera ocasión de Barnier y su equipo para reencontrarse con los negociadores británicos, liderados por David Frost, desde que se produjo el Brexit, ya que ambas partes habían cerrado el acuerdo de retirada el pasado mes de octubre, antes de que los respectivos parlamentos concluyeran su ratificación en enero.
El primer encuentro tendrá lugar en Bruselas y la siguiente ronda, también en marzo, pero sin fecha específica, en Londres. Esta alternancia se mantendrá durante todas las negociaciones.
Barnier subrayó que la UE está “preparada” para empezar esta nueva etapa, pero avisó de que el acuerdo final no llegará “a cualquier precio”, un aviso muy similar al que ha planteado Francia al pedir “no ceder a la presión del calendario”.
“El próximo 31 de diciembre, el Reino Unido dejará la unión aduanera y
el mercado único. Los plazos son ajustados, pero esto es una decisión
británica y no de la UE. Cada una de las partes debe asumir la
responsabilidad que le corresponde”, recordó.
El negociador europeo mantuvo que en el “poco tiempo” del que disponen “no se va a poder lograr absolutamente todo”,
pero afirmó que se hará “lo que se pueda” y pidió un “clima de
confianza en el seno de la UE”.
“Es el Gobierno británico, y no la UE,
el que ha exigido unos plazos tan ajustados”, insistió.
El mandato aprobado este martes sigue apostando por establecer una asociación económica con el Reino Unido “ambiciosa, equilibrada y que cubra múltiples áreas,
siempre que haya garantías suficientes para la igualdad de
condiciones”, de forma que se garantice la competencia abierta y justa.
En ese sentido, el texto menciona que la UE debería tener la
posibilidad de aplicar medidas “autónomas, incluidas las interinas, para
reaccionar con rapidez a disrrupciones de las condiciones de
competencia igualitarias en áreas relevantes, con los estándares de la
Unión como punto de referencia”.
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