TOULOUSE.- Una reciente
investigación de Airbus efectuada por tres países, que llevó a la
compañía a pagar 3.600 millones de euros a cambio de que se archivaran
los casos, sacó a la luz las corruptelas del grupo en siete países:
desde intermediarios ficticios a "regalos lujosos" o viajes de placer.
La
investigación, llevada a cabo conjuntamente por la Fiscalía Financiera
Nacional francesa (PNF), la Oficina de Fraudes Graves británica (SFO) y
el Departamento de Justicia estadounidense (DoJ), desembocó el viernes
en un acuerdo que puso fin a las investigaciones en los tres países.
Fue en Francia donde el constructor europeo tendrá que
pagar la suma más importante, de 2.100 millones de euros, al Tesoro
público en un plazo de diez días.
En Francia, el PNF y la policía
examinaron, principalmente, prácticas "de corrupción del agente público
extranjero y de corrupción privada cometidas entre 2004 y 2016 con
ocasión de contratos de venta de aviones civiles y de satélites".
La
investigación puso en evidencia prácticas fraudulentas en campañas de
venta en Colombia, China, Corea del Sur, Rusia, Nepal, Taiwán y Emiratos
Árabes Unidos, según la ordenanza de homologación de la Convención
Judicial de Interés Público (CJIP) divulgada en línea por la Agencia
Francesa Anticorrupción (AFA).
En 2014, Airbus cerró dos contratos
marco con "la autoridad central china" sobre la venta a compañías de
ese país de 13 aviones de pasillo único A320 y 27 del tipo A330, según
el acuerdo.
Para conseguirlos, el constructor europeo financió un
fondo de cooperación con hasta 24,2 millones de euros entre 2012 y
2017. Parte de este se empleó "en beneficio de agentes de la
administración y de dirigentes de compañías aéreas o de entidades
públicas chinas que jugaban un papel en el proceso de compra", señalaron
los investigadores.
El
constructor europeo también organizó, en beneficio de funcionarios
chinos y de su entorno, "varios viajes por China y fuera de China
compuestos principalmente, o incluso exclusivamente, de actividades de
entretenimiento [...], además de regalos lujosos e invitaciones a varios
acontecimientos".
Asimismo, Airbus pagó "por medio de un contrato
de compromiso ficticio con una empresa libanesa" 10,3 millones de euros
a un intermediario comercial chino, una parte de los cuales "estaba
destinada a agentes públicos chinos", según el acuerdo.
En el
centro de todo este entramado se encontraba una entidad de Airbus
llamada Strategy and Marketing Organization (SMO), que gestionaba a los
intermediarios. Desde entonces, la SMO fue disuelta.
En Corea del
Sur, Airbus se comprometió a pagar 15 millones de dólares a un ex alto
cargo de la aerolínea Korean Air, a cambio de la venta de 10 Airbus A330
entre 1996 y 2000.
En Taiwán, el constructor pagó 7,5 millones de
dólares a un intermediario y medio millón de dólares a otro por su
intervención en la cesión de 20 A350 (la mitad en opción de venta) a la
compañía China Airlines. Ahora bien, "sus contratos fueron firmados
después de que se cerrara la campaña de venta y mencionan remuneraciones
sustancialmente inferiores a las prometidas", advirtió la justicia.
En
Rusia, por la venta de dos satélites al operador público RSCC, Airbus
contrató de forma retroactiva a un intermediario y le pagó 8,7 millones
de dólares, aunque "la sede de [su] empresa no se pudo identificar, no
había disponible ninguna cuenta financiera y su capacidad para proveer
las prestaciones propuestas era discutible".
Al final de la
investigación, la Agencia Francesa Anticorrupción consideró que el
programa de cumplimiento puesto en marcha por Airbus estaba "terminado",
aunque el grupo tuvo que comprometerse a pagar los gastos de las
auditorías de la AFA durante tres años.
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