SANTIAGO.- El
centro de Santiago volvió este viernes a ser escenario de duros choques
entre manifestantes y agentes, días después de que fuese restituido el
gobernador de la ciudad, Felipe Guevara, muy criticado por desplegar
grandes dispositivos policiales en espacios públicos para evitar
marchas.
Un
contingente de decenas de carabineros (Policía de Chile) apareció sobre
las 18.00 hora local (21.00 GMT) por uno de los costados de Plaza
Italia, la rotonda de la capital convertida en epicentro de las
protestas, para tratar de dispersar a los miles de personas que se
concentraban allí para protestar contra el Gobierno y la desigualdad.
Los
agentes entraron en la plaza escudados por carros lanza-agua y
disparando perdigones y bombas lacrimógenas, mientras que grupos de
manifestantes tiraban piedras y canicas.
Tras
casi media hora de duros enfrentamientos, el dispositivo policial se
fue replegando y el gentío volvió a ocupar la rotonda al grito de "El
pueblo unido jamás será vencido".
"Tenemos
derecho a protestar, tenemos derecho a estar aquí y decir basta de los
abusos, basta de los robos que hacen las élites al pueblo, no queremos
que nos roben más", dijo Ana Gómez, una jubilada de 60 años.
Los
choques tuvieron lugar luego de que el martes el Senado rechazase
destituir e inhabilitar al intendente Guevara, contra quien la oposición
presentó una "acusación constitucional" bajo el argumento de que violó
el derecho de expresión y de reunión con su denominada "política de
copamiento".
La
criticada estrategia del intendente, que depende del Gobierno y ha
recibido en todo momento el apoyo del presidente Sebastián Piñera,
consiste en cercar la plaza con enormes dispositivos policiales antes de
que las concentraciones se vuelvan más multitudinarias y provocó
violentos enfrentamientos a finales de diciembre, que dejaron decenas de
heridos.
"Vamos
a aguantar con fuerza y sin miedo. No queda otra. Hay que hacerlo por
nuestros abuelos, que reciben pensiones indignas, y por nuestros hijos,
cuya educación es carísima", afirmó Claris Saez, una manifestante
de 37 años.
Chile
vive su convulsión social más grave desde el fin de la dictadura de
Augusto Pinochet (1973-1990), con al menos una treintena de muertos,
miles de heridos y señalamientos por presuntas violaciones a los
derechos humanos contra las fuerzas de seguridad por parte de organismos
como la ONU o Amnistía Internacional.
Lo
que empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a colarse en el
metro de Santiago para protestar contra el aumento de la tarifa se
convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que ha
dejado también episodios de violencia extrema con saqueos, incendios,
barricadas y destrucción de mobiliario público.
Este
viernes, además cerca de las 21.00 hora local se desató un incendio en
el Museo Violeta Parra, ubicado en una calle aledaña a Plaza Italia. Los
bomberos trabajan en el lugar para extinguir las llamas y de momento se
desconocen los efectos que ha causado el fuego en la construcción y el
origen del mismo.
Aunque
las manifestaciones han perdido fuerza, sigue existiendo descontento en
las calles y la crisis parece lejos de solucionarse, pese a las medidas
sociales anunciadas por el Gobierno y al acuerdo parlamentario para
convocar un plebiscito sobre una nueva Constitución.
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