BEIRUT/GINEBRA.- Ataques aéreos del gobierno sirio golpearon hospitales y campos de
personas desplazadas en el noroeste del país, matando a unos 300
civiles, en momentos en que las fuerzas del presidente Bashar al-Assad
arremeten contra el último bastión rebelde, dijo el martes la
Organización de Naciones Unidas.
Los funcionarios de las agencias de ayuda de la ONU están abrumados
por la crisis humanitaria que ha llevado a casi un millón de civiles, en
su mayoría mujeres y niños, a huir a la frontera con Turquía para
escapar de la masacre, bajo duras condiciones invernales.
“Los
civiles que escapan de los combates están siendo encajonados en áreas
sin un refugio seguro, áreas que se reducen cada hora. Y siguen siendo
bombardeados. Simplemente no tienen adónde ir”, dijo la Alta Comisionada
de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en un
comunicado.
Aviones de guerra sirios y rusos continuaban el
martes con la ofensiva contra el pueblo de Darat Izza en la provincia de
Alepo, dijeron testigos, un día después de que dos hospitales fueran
gravemente dañados.
En el hospital Al Kinana, había paredes
destruidas y cables y suministros médicos cubiertos de polvo esparcidos
por el suelo y dos miembros del personal resultaron heridos el lunes,
dijeron testigos.
En una aparición en la televisión
nacional el lunes, Assad dijo que los avances militares presagian la
derrota de los insurgentes tras una guerra de nueve años, aunque podría
faltar tiempo para el final del conflicto. Las facciones rebeldes
incluyen a grupos apoyados por Turquía y milicianos yihadistas.
La
ofensiva también ha interferido en la cooperación entre Ankara y Moscú,
que apoyan a facciones rivales en la guerra. Turquía y Rusia iniciaron
una nueva ronda de negociaciones el lunes en Moscú después de que Ankara
exigiese que el Ejército sirio se replegase y pusiera en vigor un alto
el fuego.
Ante la pregunta de si Siria y su aliado Rusia estaban
apuntando deliberadamente a civiles y edificios protegidos, el portavoz
de derechos humanos de la ONU, Rupert Colville, respondió: “La gran
cantidad de ataques contra hospitales, instalaciones médicas y escuelas
sugeriría que no pueden ser todos accidentales”.
Los ataques podrían constituir crímenes de guerra, afirmó Colville en una sesión informativa en Ginebra.
La
oficina de derechos humanos de la ONU dijo que había registrado 299
muertes de civiles desde el 1 de enero, alrededor del 93% causadas por
el gobierno sirio y sus aliados.
El rápido avance de
las tropas del gobierno por el noroeste de Siria, con el respaldo de
ataques aéreos rusos, también ha provocado el mayor desplazamiento de la
guerra, forzando a las personas a huir hacia una zona cada vez más
pequeña cerca de la frontera turca donde los insurgentes tienen sus
últimos bastiones.
El portavoz de la ONU, David Swanson, indicó
que desde diciembre han escapado cerca de 900.000 personas, más de un
80% mujeres y niños, de zonas de conflicto en la provincia de Idlib y el
oeste de Alepo.
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