DAVOS.- China
y Estados Unidos firmaron una tregua comercial pero su rivalidad
tecnológica sigue en pie, en cuestiones clave como el 5G, los chips y la
inteligencia artificial, alimentando el espectro de una "guerra fría"
del siglo XXI, una de las preocupaciones en el foro económico de Davos.
Una
semana después del acuerdo comercial intermedio entre Pekín y
Washington, su batalla tecnológica opone esta semana en el foro de Davos
dos visiones, las de los expertos alarmistas y la de los grandes
empresarios, mucho más cauta.
Ren
Zhengfei, fundador del gigante chino de telecomunicaciones Huawei,
evitó hablar del tema. "En el fondo, el mundo se unifica
[tecnológicamente], todo está interconectado (...) ¿Un mundo dividido?
No lo creo", afirmó.
Huawei,
líder mundial del equipamiento para las redes de internet móvil 5G,
tiene prohibido acceder al mercado de Estados Unidos porque Washington
le acusa de espionaje y alienta a sus aliados occidentales a hacer lo
mismo.
Sin embargo el gigante chino ha logrado granes mercados emergentes, como Brasil e India.
"Hay
una competición para la dominación mundial en materia digital. Huawei
es el símbolo pero va mucho más lejos", dijo a Carlos Pascual, un
exdiplomático estadounidense y vicepresidente de la consultora IHS
Markit.
Según él, los ciberconflictos y "batallas de influencia" abren la vía a "un mayor enfrentamiento sinoestadounidense".
En
la práctica, Pekín adoptó en 2015 un ambicioso programa llamado "Made
in China 2025" para reforzar su sector tecnológico, en paralelo a un
plan masivo de inversiones en infraestructuras en todo el planeta, la
Ruta de la Seda.
"Esto
podría llevar a muchos países en desarrollo a focalizarse hacia China
para construir sus redes de telecomunicaciones, estaciones, centros de
datos y sistemas informáticos gubernamentales", dijo John Chipman, un
experto que dirige el Instituto de Estudios Estratégicos (IISS).
Según
él, la expansión de las firmas chinas en Asia, África y América Latina
amplifica su colecta de "datos diversificados" que pueden contribuir su
tecnología de inteligencia artificial.
Una
manera de reafirmar la desconfianza de Estados Unidos, que el año
pasado vetó a varias compañías chinas de ciberseguridad y reconocimiento
facial.
Con
el apoyo del gobierno, los gigantes de internet chino, como Baidu,
Alibaba o Tencent desarrollan plataformas de inteligencia artificial,
coches autónomos o objetos conectados distintos de los que crean en
Estados Unidos compañías como Google o Amazon.
"La
preocupación es que haya dos tipos de sistemas que no serían
compatibles. La tecnología es poder, se está creando una
bipolarización", indica Jacques Moulin, responsable del think tank
europeo Idate.
"El
riesgo es que las placas tectónicas" de los grandes mercados
tecnológicos "se fragmenten o se alejen cada vez más", aseguró
Jean-Philippe Courtois, vicepresidente ejecutivo de Microsoft.
Courtois
ve sin embargo una oportunidad para el gigante estadounidense: "Nuestro
papel es tomar en cuenta esa complejidad" proponiendo a las empresas
herramientas adecuadas al entorno normativo.
Tanto
Microsfot como Apple, otra de las grandes compañía tecnológicas
estadounidenses, siguen dependiendo del enorme mercado chino.
Sin
embargo China limita estrictamente su red internet local. Las sanciones
y restricciones a uno y otro lado del Pacifico evocan una "cortina de
hierro" digital, como afirmó ya en noviembre de 2018 el exsecretario de
Estado norteamericano Henry Paulson.
En
2018, el fabricante de equipamiento de telecomunicaciones ZTE, experto
también en 5G, estuvo a punto de desaparecer tras una prohibición de sus
productos por parte de la administración Trump, que finalmente fue
levantada.
El
caso puso de relieve la enorme dependencia china de los chips
fabricados en Estados Unidos. En total China importa, en valor, más
semiconductores que petróleo.
Huawei
ha tenido que desarrollar sus propios chips y su nuevo teléfono Mate 30
Pro no tiene ningún componente estadounidense, según un gabinete
japonés que analizó el aparato.
Según
Cristiano Amon, presidente de Qualcomm, un gigante estadounidense de
los componentes, la situación no es tan grave, pese a que las sanciones
contra Huawei afectaron de lleno a su compañía.
"En
el pico de las tensiones comerciales nuestras colaboraciones con China
al contrario aumentaron, gracias a la solidez de fabricantes de
teléfonos como Xiaomi o Oppo", que se están consolidando en el
extranjero, dijo.
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