BUENOS AIRES.- Los
mercados en Argentina operan este viernes en calma la última semana de
Mauricio Macri como presidente de Argentina, con los inversores
expectantes ante la inminente presentación del equipo económico del
nuevo Gobierno de Alberto Fernández, que se iniciará el próximo martes.
La
Bolsa de Buenos Aires, que hoy subía un 2,88 %, había iniciado la
semana golpeada por la decisión de Donald Trump de imponer aranceles a
los envíos de acero y aluminio desde Argentina y Brasil, pero revirtió
tendencia a partir del miércoles y desde entonces ha operado en terreno
positivo, aunque con volumen acotado de operaciones, signo de la cautela
entre los operadores.
Igual
comportamiento tuvieron esta semana los títulos públicos argentinos,
aunque con bajadas y recuperaciones más moderadas, mientras que el
índice de riesgo país bajaba este viernes hasta los 2.235 puntos
básicos.
En
el mercado cambiario local, con tantos sobresaltos en los últimos
meses, el precio del dólar estadounidense se vendió hoy en el estatal
Banco Nación a 62,25 pesos por unidad, valor que ha mantenido en las
últimas dos semanas.
Sin
definiciones concretas desde que Fernández ganó las presidenciales a
finales de octubre pasado, todas las miradas se centran en el anuncio
que en la tarde de hoy, una vez que cierren los mercados, hará el
presidente electo sobre los nombres de los ministros que integrarán su
gabinete, con la gran incógnita de quiénes comandarán las áreas
económicas.
"Hoy
por la tarde se anuncian los ministros.
Espero que dejen trascender las
ideas que llevarán a delante en los diarios del fin de semana. El
martes asume el próximo presidente y el miércoles debería anunciarse el
paquete de medidas", comentó el economista Salvador Di Stefano.
A
la espera del anuncio oficial, la prensa local especula que la cartera
de Producción estará a cargo de Matías Kulfas, uno de los principales
asesores de Fernández, mientras que el área de Hacienda y Finanzas
quedaría bajo el mando de Martín Guzmán, un académico experto en temas
de deuda soberana y colaborador del premio nobel de Economía 2001 Joseph
Stiglitz.
El
pesado horizonte de compromisos de deuda de Argentina es uno de los
asuntos que más preocupan a los inversores, temerosos de una
reestructuración agresiva, pese a que Fernández ha hablado solo de
extender plazos de pago.
"El
mercado asume ya algún tipo de reestructuración en los instrumentos ya
reperfilados. Hay una cautela extrema en los inversores. Si eso se
encarrilara de alguna manera y estuviéramos ante un mercado más o menos
sano, veremos a los activos argentinos recuperando en el corto plazo.
Pero no es un escenario fácil", observó Santiago Abdala, director de la
firma Portfolio Personal Inversiones.
Los
mercados se despiden de la "era Macri" con el sabor amargo que deja una
gestión que empezó a finales de 2015 con claras señales positivas hacia
el mundo financiero y se despide con controles cambiarios, un fuerte
endeudamiento público que despierta los peores temores entre los
inversores y una recesión que ha golpeado a todos los sectores en
Argentina.
Macri,
un empresario de ideas liberales en materia económica, llegó a la Casa
Rosada con la firme decisión de desmontar todas las restricciones
financieras y comerciales que, a su juicio, entorpecían la economía, y
lo hizo, pero la "lluvia de inversiones" prometida nunca llegó.
Durante
su gestión, la actividad económica tuvo una evolución decepcionante:
retrocedió un 2,2 % en 2016, se recuperó un 2,9 % en 2017, se contrajo
un 2,5 % en 2018 y profundizó su recesión en 2019, año en el que el PIB
se contraerá un 2,8 %, de acuerdo a cálculos de consultoras privadas.
Argentina
volvió a ser considerado un mercado "emergente" en 2018, pero el dejar
de ser una plaza de "frontera" no le valió de mucho porque ese año hubo
una reversión global de flujos, que huyeron de las economías emergentes,
golpeando al país suramericano.
De
hecho, los problemas se desencadenaron en abril de ese año y se
manifestaron en una fuerte escalada en el precio del dólar en la plaza
cambiaria local, una crisis que luego se contagió a la economía real.
Desde
entonces, hubo muchas rachas de sobresaltos en los mercados, pero las
más violentas se desencadenaron en agosto último, tras el revés de Macri
en las elecciones primarias, con un hundimiento pocas veces visto en
los precios de los activos financieros argentinos.
Lo
que siguió fue una serie de medidas "de emergencia" a contramano del
discurso promercado que siempre tuvo Macri: duras restricciones para la
compra de divisas y un "reperfilamiento" de deuda soberana de corto
plazo que los inversores leyeron con un cese de pagos selectivo.
En
cuatro años, el precio del dólar aumentó casi un 540 %, lo que impactó
de lleno en la pérdida de valor de los títulos públicos y acciones
medidos en moneda estadounidense.
En
términos de reputación como emisor de deuda soberana, el desempeño de
Argentina en los cuatro años de la era Macri tuvo sus altibajos, porque
en 2016 el Gobierno llegó a un acuerdo con acreedores que litigaban
contra el país desde el cese de pagos de 2001, lo que le permitió
mejorar la calificación, pero este año se han hecho evidentes los
problemas de liquidez para afrontar los abultados vencimientos.
Y
esto queda evidenciado cuando se observa la curva del índice de riesgo
país de Argentina: 480 puntos básicos al inicio del Gobierno de Macri,
un mínimo de 342 unidades en octubre de 2017 y un máximo de 2.532 puntos
a finales de agosto pasado.
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