PARÍS.- Francia se enfrentó el viernes a un segundo día de caos en los
transportes, escuelas cerradas y hospitales sin personal suficiente, con
los sindicatos anunciando que no cesarán en su huelga contra las
reformas de las pensiones del presidente Emmanuel Macron hasta que éste
dé marcha atrás.
Gran parte del territorio francés quedó
paralizado el jueves cuando los trabajadores del transporte se
declararon en huelga, junto a los profesores, médicos, policías,
bomberos y funcionarios del Estado, con el humo y los gases lacrimógenos
extendiéndose por las calles de París con el recrudecimiento de algunas
protestas, lo que dio lugar a decenas de detenciones.
El
viernes se cancelaron numerosos trenes de hora punta hacia París,
mientras que 10 de las 16 líneas de metro fueron cerradas y otras veían
limitados sus servicios. Una serie de atascos que en total sumaban más
de 350 kilómetros que obstruían las principales carreteras de la capital
y sus alrededores, según la aplicación Styadin, mientras que muchos
viajeros que normalmente usan el transporte público recurrían a sus
coches.
Los trabajadores del ferrocarril extendieron su huelga
al viernes, mientras que los sindicatos del operador de autobuses y
metro de París RATP dijeron que su huelga continuaría hasta el lunes.
“Vamos
a protestar durante al menos una semana, transcurrida la cual será el
Gobierno el que dé marcha atrás”, dijo Patrick Dos Santos, un empleado
de 50 años de edad que trabaja en el sector del transporte en París.
La
huelga enfrenta a Macron, un exbanquero de inversiones de 41 años que
asumió el cargo de presidente de Francia en 2017 con la promesa de
agilizar la economía francesa, altamente regulada, con unos poderosos
sindicatos que afirman que está decidido a desmantelar las protecciones a
los trabajadores.
El jueves, la huelga llevó a decenas de miles
de manifestantes a las calles de París y obligó al cierre de la Torre
Eiffel y de partes del Museo del Louvre.
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