CANTERBURY.- Caroline Hegey y Emma Kelland quieren parar el Brexit pero apoyarán a
diferentes partidos en la ciudad medieval de Canterbury cuando voten en
las elecciones británicas de la próxima semana.
Hegey, que tiene
64 años y trabaja en administración de servicios sanitarios, apoyará al
Partido Laborista, que aboga por un segundo referéndum sobre la salida
de Reino Unido de la Unión Europea.
Kelland, una trabajadora de
42 años, apoyará a los liberaldemócratas, un partido centrista conocido
en Reino Unido como LibDem, que quieren que se revoque el Brexit.
La
decisión de los dos grandes partidos de la oposición de competir entre
sí en Canterbury, en lugar de presentar una sola candidatura, hace más
probable que el candidato a los conservadores del primer ministro Boris
Johnson sea el diputado elegido el 12 de diciembre.
Es un escenario que podría repetirse en docenas de distritos
electorales -conocidos como circunscripciones- en todo el país, lo que
aumentaría las posibilidades de Johnson de obtener una mayoría en el
Parlamento y lograr la aprobación de los diputados a su acuerdo de
salida de la UE.
Por el contrario, el recién creado Partido del
Brexit ha acordado no competir contra los conservadores en
aproximadamente la mitad de las circunscripciones, incluida Canterbury,
para evitar diluir el voto a favor de Brexit.
“Esta
elección podría decidirse por márgenes muy pequeños y me preocupa que
estemos pasando tiempo atacándonos unos a otros cuando nuestras
posiciones sobre el Brexit son muy similares”, dijo Hegey en Canterbury,
cerca del extremo sudeste de Reino Unido.
Esta mujer considera
que un voto a favor de los LibDem, una fuerza parlamentaria mucho menor
que el Partido Laborista, es un voto desperdiciado.
Sin
embargo, Kelland dice que no puede votar por el Partido Laborista, el
principal partido de la oposición británica, porque tiene una posición
ambigua sobre Brexit y está dirigido por un euroescéptico, Jeremy
Corbyn.
“Los liberaldemócratas son el único voto a favor de quedarse en la
UE. Si se vota al Partido Laborista no se sabe lo que va a pasar”, dijo.
El principal lema de la campaña
de Johnson es “completar el Brexit”. Convocó las elecciones porque los
conservadores perdieron su mayoría parlamentaria en las últimas
elecciones de 2017.
En los dos últimos años, casi todas las
encuestas han mostrado que una mayoría de votantes está a favor de
seguir en la UE. Sin embargo, los laboristas no se unieron a una
iniciativa destinada a unir los votos a favor de un único candidato
proeuropeo en cada circunscripción.
Sólo los Demócratas
Liberales y los partidos más pequeños acordaron cooperar, pero su
acuerdo solo abarcaba alrededor del 10% de las 650 circunscripciones.
El resultado en circunscripciones reñidas como Canterbury, que alberga
una catedral gótica, un castillo normando y murallas romanas a unos 90
km (55 millas) al sureste de Londres, podría ser crucial.
En 2017, Canterbury eligió por primera vez a una diputada laborista
para el parlamento, con una ventaja de solo 187 votos sobre su rival
conservadora Rosie Duffield.
El apoyo a los laboristas en
Canterbury es ahora del 42%, mientras que para los conservadores es del
41% y para los demócratas liberales del 15%, según una reciente encuesta
de opinión. Otra encuesta daba a los laboristas una ventaja de 4 puntos
porcentuales.
Duffield dice que una votación dividida entre
los partidarios de seguir en la UE “es un riesgo”, pero espera que los
liberaldemócratas voten por ella debido a su apoyo inquebrantable a la
permanencia en la UE.
“Mi posición es que soy la mayor
‘remoaner’ del Parlamento”, dijo, utilizando un término que
describe a los indignados y frustrados por el resultado del referéndum
de 2016, uniendo el término “moan” (“quejarse”) con “remainer”
(partidario de permanecer en la UE).
Los análisis publicados por
un grupo de campaña proeuropeo la semana pasada sugieren que con solo
120.000 “votos tácticos” en 57 circunscripciones Johnson podría quedarse
sin mayoría de diputados.
El voto táctico, conocido en
España como “voto útil”, consiste votar a un partido que no sería la
primera elección de un votante para tratar de evitar que otro partido
gane.
John Curtice, profesor de política en la Universidad de Strathclyde,
dice que para que la votación táctica funcione, tiene que haber
suficientes personas que quieran impedir la victoria del político que
ocupa el escaño, y tienen que ser indiferentes sobre a quién votan en su
lugar.
“No hay que negar la posibilidad de que pueda suceder”, dijo que reconoció no obstante la división de los votantes “remainers”.
Pero la candidata de los LibDem en Canterbury, Claire Malcomson,
dijo que no se sentiría culpable si los votos que vayan a parar a su
candidatura en lugar de a los laboristas ayudan a los conservadores a
obtener una mayoría y sacar a Reino Unido de la UE.
“Si te apasiona algo, no dejes que nadie te desanime. Continúa expresándote”, dijo. “La gente merece tener opciones”.
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