JERUSALÉN.- La coalición de centro Azul y Blanco de Beni Gantz aventaja por la
mínima al partido derechista Likud de Benjamín Netanyahu con alrededor
del 90 % del voto escrutado, por lo que, a la espera de los resultados
definitivos, la fuerza del primer ministro saliente parte con desventaja
para formar Gobierno en Israel.
Según datos del Comité Electoral Central, Azul y Blanco ha conseguido
el 25,66 % de los sufragios, lo que correspondería a 32 escaños, uno
más que el Likud, que con el 25,03 % de los sufragios se quedaría a 31
asientos.
Pendiente de posibles cambios en el escrutinio de alrededor del 10%
de votos restante, ninguna de las dos formaciones tiene suficientes
escaños para tener mayoría en solitario.
En total, 4,4 millones de personas acudieron ayer a las urnas y hasta ahora hay más de 4 millones de votos contabilizados.
La Lista Árabe Unida, que representa a la minoría árabe-israelí, se
perfila como la tercera fuerza más votada con el 10,71 % de los apoyos,
que se traduciría en 13 asientos.
Por detrás se sitúan el partido ultraortodoxo sefardí Shas, con el
7,56 % de los sufragios (9 asientos), el ultraderechista Israel Nuestro
Hogar con el 7,11 % (9 escaños) y el ultrarreligioso ashkenazí Judaísmo
Unido de la Torá con el 6,25% (8 puestos).
En los últimos lugares están la coalición derechista y religiosa
Yamina con un 5,73 % (7 asientos), la coalición de Laborismo-Guesher con
un 4,81 % (6 escaños) y la izquierdista Unión Democrática con un 4,30%
(5 legisladores).
El partido Poder Judío, considerado racista, no lograría superar el
umbral del 3,25% requerido para entrar en la Knéset (Parlamento).
Ante este escenario, se abre un complejo proceso de negociaciones en
el que el Likud y Azul y Blanco deberán buscar pactos si quieren formar
gobierno, para lo que necesitan al menos 61 escaños de un Parlamento
compuesto de 120 asientos.
Gantz dijo esta mañana que espera para “Israel un conveniente y buen
Gobierno de unidad” y reiteró su voluntad de pactar con otras fuerzas,
entre las podrían encontrarse el Likud y el partido ultraderechista
Israel Nuestro Hogar de Avigdor Lieberman.
Según las estimaciones actuales, ni el bloque de partidos de derecha,
extrema derecha y religiosos ni el de partidos de centro e izquierda
con los árabes podrían formar un Ejecutivo de coalición.
La capacidad de decantar la balanza la tendrá Lieberman, que se ha
erigido como paladín del laicismo y se niega a pactar con los
ultraortodoxos.
El exministro de Defensa y antiguo aliado de Netanyahu ha instado a crear un gabinete con el Likud y Azul y Blanco.
Se trata de una perspectiva que los de Gantz no ven con malos ojos,
pero quieren fuera a Netanyahu y se niegan a gobernar con él por los
casos de corrupción que le persiguen, por lo que las negociaciones en
esta línea se presentan de entrada complicadas.
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