TOKIO.- El Banco de Japón (BoJ) inició este
miércoles su reunión mensual sobre política monetaria, en un momento
marcado por la reciente extensión de estímulos en Europa y Estados
Unidos, y los riesgos de la inminente subida del IVA en el país.
La reunión del BoJ se produce después de que el Banco Central Europeo
(BCE) recortara los tipos de interés por primera vez en más de tres años
la semana pasada, y horas antes de que la Reserva Federal de EE.UU.
(Fed) concluya su propio encuentro, en el que podría optar por una nueva
reducción de tasas tras la de julio, en respuesta a la prolongada
disputa comercial del país con China.
Si la actuación del banco central estadounidense hace
que el valor del yen se dispare con respecto al dólar, el BoJ podría
verse obligado a tomar medidas al término del encuentro este jueves.
Una apreciación excesiva del yen pesaría sobre las exportaciones y el
crecimiento del país en un momento en el que Japón se prepara para los
efectos adversos en la demanda interna del aumento del impuesto sobre el
valor añadido (IVA) previsto para el 1 de octubre.
Se teme que la subida del impuesto, desde el actual 8 % al 10 %,
mantenga la inflación muy por debajo del objetivo del 2 % del banco
central nipón. El país cerró 2018 con una inflación del 0,9 %.
En este contexto, se cree que el BoJ está recibiendo presión por parte
del Ejecutivo del primer ministro Shinzo Abe para que ayude a apuntalar
el crecimiento del país mediante la expansión de su programa de
flexibilización monetaria, que aplica desde 2013.
En
una entrevista reciente con el diario Nikkei, el gobernador del BoJ,
Haruhiko Kuroda, señaló que recortar más las tasas de interés, que ya
mantiene en negativo, es una de las opciones disponibles.
El BoJ mantiene la aplicación de una tasa de interés de referencia a
corto y medio plazo del -0,1 % para los depósitos de los bancos, y un
control de la curva de rendimientos para mantener en torno al 0 % los
tipos a largo plazo. También ha seguido con su programa de compra masiva
de activos para alcanzar su esquiva meta de inflación.
Mientras que algunos analistas consideran que mantener su política
sería chocante en el actual contexto de cambios por parte de los
principales bancos centrales globales, otros señalan que el BoJ podría
optar por resistir un poco más para jugar sus cartas en caso de que la
economía nipona se viera seriamente afectada por el alza del IVA o
dañada por los conflictos comerciales mundiales.
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