NUEVA YORK/BUENOS AIRES.- ¿Quién dirigirá el
gobierno si los peronistas ganan las elecciones del 27 de octubre en
Argentina, como se anticipa? ¿El presidenciable de centro-izquierda
Alberto Fernández, o su compañera de fórmula, la expresidenta Cristina
Kirchner?
Esta es la pregunta del millón para Wall Street y
expertos e inversores en mercados emergentes, que esperan que sea
Fernández quien sujete firmemente las riendas del poder, se revele como
un moderado y renegocie la deuda con el FMI y otros acreedores
internacionales para evitar el noveno default en la historia de
Argentina.
La incertidumbre sobre la política económica de un
eventual gobierno Fernández-Kirchner agita a los mercados, disparó el
riesgo país a niveles no vistos desde 2015 e inquieta al FMI, que hace
un año otorgó a Argentina un préstamo récord de 57.000 millones de
dólares a cambio de un fuerte ajuste fiscal.
Los mercados
internacionales temen un regreso al intervencionismo y gasto excesivo de
Kirchner, que gobernó el país de 2007 a 2015 y que según Benjamin
Gedan, director del Proyecto Argentina en el Woodrow Wilson Center,
"creó muchos de los desequilibrios estructurales" que el país no ha
superado en los últimos años.
Lo ideal para
garantizar una transición fluida sería un acuerdo entre el gobierno
saliente de Mauricio Macri -un defensor del libre mercado que sufrió una
sorpresiva derrota en las primarias de agosto y enfrenta una crisis de
liquidez y un colapso de la confianza-, el posible próximo gobierno de
Fernández y el Fondo.
En este caso "necesitamos tres para bailar
el tango", sostuvo Alejo Czerwonko, director ejecutivo de estrategia de
inversión de UBS, en una discusión organizada esta semana por el banco
suizo y el centro de análisis Woodrow Wilson en Nueva York. "Pero no
estamos ahí todavía".
Sin embargo, los expertos creen que
Fernández puede revelarse un moderado, como Luiz Inácio Lula da Silva al
llegar a la presidencia en Brasil en 2003.
"El irracional Alberto
Fernández se tornará racional. Si no, sería un suicidio político",
estimó Luiz Ribeiro, a cargo de la estrategia de inversión del Deutsche
Bank en Latinoamérica, basado en Sao Paulo. "El escenario más probable
es que veamos a un Alberto más moderado".
Los mercados ya
consideran inevitable el reperfilamiento de 101.000 millones de dólares
de la deuda argentina -incluido el préstamo del Fondo- propuesto por
Macri la semana pasada, pero la decisión de avanzar corresponderá al
próximo presidente, que posiblemente herede el control cambiario
impuesto por Macri para proteger el peso.
Los inversores esperan
que Argentina siga el camino de otros dos ejemplos de exitosas
reestructuraciones de deuda "amistosas", las de Uruguay (2003) y Ucrania
(2015).
Mucho dependerá de quien sea designado en el gabinete, lo
cual dará una idea sobre "quién dirigirá el show al final del día,
Cristina o Alberto", dijo Ribeiro.
"La salud de las cuentas
fiscales, la apertura de la economía serían radicalmente diferentes
según el escenario", precisó Czerwonko.
Para John Morton, gerente
de portafolios de mercados emergentes en la firma de inversiones Lord
Abbett, el FMI ya se prepara para renegociar con Fernández un acuerdo
"no tan Consenso de Washington ni basado en la ortodoxia", porque "ha
aprendido de los gobiernos pasados".
Pero cree que sería una
sorpresa si el Fondo realiza el próximo desembolso de 5.400 millones de
dólares previsto para mediados de septiembre, cuando Fernández ha
criticado el acuerdo y no ha anunciado cuál es su plan si llega a la
Casa Rosada.
"El FMI no va a desentenderse de Argentina, pero podría
demorar el próximo desembolso" por falta de garantías, dijo
Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital Partners, una firma de consultoría
basada en Nueva York.
Piedrahita y otros analistas creen que el
principal error de Macri fue el gradualismo, pensar que tenía el tiempo
que no tuvo para implementar reformas estructurales, y "prometer más de
lo que podía dar".
Los inversores no llegaron y no hubo una mejora en la
economía.
Argentina está en recesión desde 2018 y no ve la luz al
final del túnel. Más del 30% de la población vive en la pobreza, y la
inflación, una de las más altas del mundo, llegaría al 55% este año.
Pese
a todo, según Alejo Czerwonko, el próximo presidente heredará una
economía en mejor estado que la que recibió Macri, con un 6% de déficit
fiscal y un 3% de déficit de cuenta corriente, contra 3% y 1%
actualmente.
Pero Piedrahita también destacó el rol jugado por "la
desconfianza innata en el peso" y la responsabilidad de los inversores
que dieron "cheques muy grandes" a la Argentina, como por el bono 2117, a
pagar a 100 años, cuando el país es considerado "un serial defaulter".
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