TOKIO.- El Gobierno japonés adoptó este
viernes una serie de medidas para reducir la producción de residuos
plásticos, una normativa que entra en vigor antes de la celebración a
finales de junio de la cumbre del G20, en la que se analizará este tema.
Las
nuevas políticas están destinadas a reducir el vertido de plásticos al
océano, promover el reciclaje de botellas plásticas y combatir la
contaminación por microplásticos, pequeñas partículas que resultan una
amenaza para las aves marinas y los peces y que, según los expertos,
pueden poner en riesgo la salud humana.
"Los residuos plásticos del océano son uno de los temas
principales en la agenda de la cumbre del G20. Como presidente de la
reunión, ejerceremos el liderazgo para resolver el problema", dijo el
primer ministro japonés, Shinzo Abe, en la reunión donde se cerró el
parque de medidas, recogida por la agencia de noticias Kyodo.
El
plan incluye ofrecer apoyo para el desarrollo de materiales
biodegradables y la promoción del reciclaje, obliga a los comercios
minoristas a cobrar a los clientes por las bolsas de plástico y pide que
amplíen el uso de bioplásticos derivados de recursos renovables como
las plantas.
Con respecto a la emisión de
microplásticos, las medidas instan a los fabricantes a que frenen el uso
de microperlas en productos de limpieza facial y pasta de dientes, y
pide a los municipios cercanos a ríos que adopten medidas para evitar el
fluido de residuos al mar.
Japón, el segundo
productor mundial de residuos plásticos per cápita tras Estados Unidos,
se ha propuesto reducir su producción de este tipo de residuos en un 25 %
para 2030, y llegar a reciclar o reutilizar por completo todos esos
deshechos, incluidos componentes usados en electrodomésticos y
automóviles, para 2035.
Los países están teniendo cada
vez más problemas para manejar la creciente cantidad de desechos
plásticos, que se degradan en trozos pequeños con la exposición a la
radiación ultravioleta de la luz solar, y de los que se estima que más
de 8 millones toneladas acaban en los océanos, según datos de Naciones
Unidas (ONU).
La ONG Amigos de la Tierra calcula que a
día de hoy hay unos 150 millones de toneladas de estos residuos en los
océanos y, de seguir al ritmo actual, en 2050 habrá más plásticos que
peces en el mar.
Estos desechos, que tienden a
absorber químicos dañinos, son difíciles de recoger una vez están en el
agua y acaban siendo ingeridos por peces, aves y otros animales a medida
que avanzan en la cadena alimenticia.
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