jueves, 14 de marzo de 2019

El sector financiero británico aún excluye a mujeres de ser altos cargos

LONDRES.- Acaban justo de publicar el segundo informe sobre la Carta de las Mujeres en las Finanzas, una iniciativa patrocinada por el Ministerio de Hacienda del Reino Unido para abarcar el desequilibrio en los equipos ejecutivos senior de las firmas financieras. La buena noticia es que se ha mejorado en el último año. La mala noticia es que aún falta mucho por recorrer para que la industria cumpla con los propios objetivos que ha determinado.

De los 123 signatarios de la carta, 45 por ciento cumplió con sus objetivos de representación femenina en la alta dirección para finales de septiembre, mientras que 42 por ciento indicó que iba por buen camino. Sin embargo, 10 por ciento informó que probablemente incumpliría sus objetivos y el 3 por ciento restante sencillamente no entregó información alguna. ¿Por qué firmar una carta y luego no reportar los pasos que está dando?
De las 67 firmas que aún tenían camino por recorrer, la proporción de altos cargos ocupados por mujeres aumentó a un promedio de 31 por ciento el año pasado, a partir de 29 por ciento en 2017. 
El informe pronostica que les tomará tres años cumplir con el promedio objetivo de 38 por ciento, si continúan al ritmo actual de progreso. Es un condicional muy grande.
No obstante, lo más preocupante es que más de una cuarta parte de todas las firmas encuestadas no mejoraron el equilibrio de género en todo el año.
La mayoría de los grupos de la industria en la encuesta aumentó el porcentaje de mujeres en cargos directivos. Sin embargo, los bancos de inversión y las administradoras de activos permanecen en la parte baja de la clasificación de las firmas que aún les falta mucho por hacer.
Para la industria de administración de fondos en particular, esta baja posición presenta un problema en un momento en que los inversionistas instan cada vez más a las compañías a incrementar sus rangos de gerentes mujer. 
Es más que un poco hipócrita por parte de los administradores de activos que señalen con el dedo cuando se esfuerzan por incluir temas ambientales, sociales y de gobernanza en sus decisiones de inversión, y sus casas están lejos de estar en orden.
Una solución que motivaría a las firmas a mejorar su equilibrio de género sería vincular el salario ejecutivo con los objetivos. 
Tal y como lo he argumentado previamente, una de las mejores maneras de evitar que los gerentes hombre asciendan únicamente por el cargo que ocupan es castigándolos financieramente cuando no logran ir más allá, con la milla extra.
Los signatarios de la carta que ofrecen a sus gerentes salarios vinculados al desempeño deben prometer incluir la diversidad de género en la manera en que se mide la compensación. Cerca de un tercio de las 96 firmas implicadas dice que este vínculo ha sido efectivo.
"Es aún muy pronto para analizar realmente el impacto de este principio de la Carta", indica el informe. Los autores tienen razón. Al hacer que la remuneración de los que pueden hacer algo para mejorar el equilibrio de género dependa más de este cambio, daría vida al palo financiero con el cual golpear a los reacios. Las acciones, y no las palabras, están en déficit cuando se trata de la falta de mujeres en altos cargos en el sector financiero.

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