ROMA.- El banco italiano Monte dei Paschi
di Siena (MPS) se desplomó hoy en la Bolsa de Milán más de un 10 %,
penalizado por las dudas del Banco Central Europeo (BCE) sobre su débil
posición de capital y su capacidad para lograr los resultados del plan
de reestructuración.
El BCE alertó el viernes de que
MPS, el banco más antiguo del mundo, tiene una serie de debilidades en
lo que respecta a la "capacidad de lograr los objetivos del plan de
reestructuración", según un comunicado publicado en la web del banco
toscano.
Además, resaltaba "los importantes desafíos planteados
por el plan de reestructuración a nivel financiero" y dudaba de "la
capacidad de MPS para implementar con éxito su estrategia, dada la
turbulencia actual en los mercados italianos".
Según el BCE, la entidad debe trabajar para "mejorar su rentabilidad" y su "posición de capital".
Como consecuencia, este lunes MPS no conseguía marcar precio al inicio
de las contrataciones en la bolsa milanesa, al acumular una caída
teórica del 6,3 %.
Pasada media hora de la apertura
de la bolsa, MPS ha podido iniciar su cotización pero al mediodía la ha
visto suspendida, cuando se hundía más de un 10 %.
A
las 14.00 horas locales (13.00 GMT), el título acumulaba unos
retrocesos del 8,73 % y sus acciones se intercambiaban a 1,3755 euros.
A la situación delicada que atraviesa el banco italiano Carige, se suma
ahora este nuevo revés, que no era esperado por el mercado y ante el
que los inversores han reaccionado con las ventas.
El
MPS fue recapitalizado cautelarmente en 2017, por el entonces Gobierno
del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), un plan de ayuda con dinero
público que fue aprobado por Bruselas y cuyo objetivo era brindar a la
entidad los recursos necesarios para acometer una reestructuración
profunda y sanear sus cuentas.
Uno de los mayores
problemas que presentaba era la gran cantidad de préstamos improductivos
que acumulaba, con lo que en los últimos tiempos ha puesto en marcha un
proceso de reestructuración y en mayo de 2018 informó de que había
completado el proceso de titulización para la venta de una cartera de
24.100 millones de euros en préstamos morosos.
El
subsecretario para la Presidencia del Gobierno, Giancarlo Giorgetti, ha
dicho recientemente que el Ejecutivo italiano, formado por la coalición
populista del Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga,
confía en que el banco "haya resuelto todos sus problemas", pero subrayó
que si no ha sido así, el Gobierno "actuará de forma responsable".
"Tenemos que lidiar con el legado de un sistema bancario con estos
problemas. No vamos a huir, los problemas tienen que ser enfrentados",
ha señalado a los medios.
Mientras, el banco
italiano Carige fue intervenido por el BCE el pasado 2 de enero, después
de que no consiguiera aprobar una ampliación de capital de 400 millones
de euros y la emisión de bonos por valor de 320 millones de euros, un
fracaso que derivó en la posterior dimisión de la mayoría de sus
directivos.
Actualmente está gestionado por tres
administradores, nombrados por el BCE, que han confirmado que
solicitarán la garantía estatal para la emisión de bonos que ha ofrecido
el Gobierno italiano, pero han rechazado por el momento que la entidad
sea recapitalizada cautelarmente.
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