WASHINGTON/BRUSELAS.- Estados
Unidos dejó claro el miércoles que mantiene su plan de adoptar esta
semana pesados aranceles al acero y el aluminio, en clara ruta de
colisión con la Unión Europea, cuyos dirigentes advirtieron sobre los
riesgos de una guerra comercial y ya alistaron sus medidas de
represalia.
"Aún
estamos en ritmo para hacer un anuncio sobre esto al fin de esta
semana", dijo a la prensa la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders,
sobre el plan de adoptar aranceles por hasta 25% a las importaciones de
acero y de 10% a las de aluminio.
Este
miércoles, el bloque europeo mostró los dientes y presentó un detallado
plan que incluye aranceles a productos emblemáticos de Estados Unidos,
la adopción de medidas de salvaguardia y una demanda ante la
Organización Mundial del Comercio (OMC).
La
comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, dijo tener la
esperanza de se pueda evitar una escalada de tensiones comerciales que
"perjudicaría a las relaciones transatlánticas", pero desplegó el
abanico de opciones para responder a Washington.
En
tanto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, apuntó que las
"guerras comerciales son malas y fáciles de perder", en una referencia
directa al presidente Donald Trump, quien el viernes había afirmado que
esas disputas son "buenas y fáciles de ganar".
Durante
una conferencia de prensa, Sanders utilizó un cuidadoso lenguaje para
añadir que plan podría incluir "potenciales excepciones para México y
Canadá", basadas en la "seguridad nacional" de Estados Unidos.
Sanders dijo que esas excepciones podrían extenderse "potencialmente a otros países", pero no ofreció detalles.
Ante
la escalada de tensiones, el secretario estadounidense de Comercio,
Wilbur Ross, justificó este miércoles la adopción de esos aranceles
alegando que el país desea aumentar su producción de acero, pero afirmó
que su país no busca "una guerra comercial".
"Nosotros
no buscamos una guerra comercial. No será una gran guerra comercial. El
presidente no habría exteriorizado su voluntad de ser flexible ante
Canadá y México si sólo buscara medidas extremas", dijo Ross.
Por
su parte, el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo a la cadena
Fox Business que los aranceles al acero y el aluminio deberían ser
aplicados "muy rápidamente".
Con
relación a la enérgica reacción de la Unión Europea, Mnuchin apenas
comentó que es tarea del gobierno "estar del lado de las empresas
estadounidenses y de los trabajadores estadounidenses".
"Por eso debemos hacer todo de una forma prudente y que sea benéfica a nuestra economía", agregó.
Mientras
la Casa Blanca define el valor y el alcance de los controvertidos
aranceles, el bloque europeo ya adelantó cómo pretende responder: tasas
al whisky, el jugo de naranja y la mantequilla de maní, entre otros
productos.
Los
europeos exportan cada año a Estados Unidos acero por unos 5.000
millones de euros (6.200 millones de dólares) y aluminio por 1.000
millones. Según la Comisión, las medidas estadounidenses podrían
implicar pérdidas por al menos 2.800 millones de euros.
La
estrategia de la Comisión Europea pasa por tres tipos de respuestas
diferentes: imponer fuertes aranceles a las exportaciones de productos
emblemáticos de Estados Unidos, adoptar medidas de salvaguardia y una
demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Respecto
a la "lista provisional" de productos estadounidenses, que buscaría
compensar el perjuicio causado por los aranceles, Malmström indicó que
hay "algunos tipos de bourbon (...), así como artículos como la
mantequilla de maní, arándanos y jugo de naranja".
Otros
productos como pantalones vaqueros, algunos tipos de acero, maquillaje,
vehículos como motocicletas o yates, pilas, baterías, arroz y maíz, así
como puros y cigarrillos, formarían parte de la lista de la UE.
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