MÉXICO.- El cuarto
hombre mas rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, cree que la actitud
agresiva de Donald Trump hacia su país se debe solo a su forma de
negociar y que su presencia en la Casa Blanca es incluso una oportunidad
para México si mantiene "unidad" interna y saca provecho de sus
virtudes.
En una rueda de prensa en la capital mexicana tan esperada
como poco frecuente, Slim habló durante hora y media sobre la escalada
de tensión entre México y EE.UU., frente a una nube de periodistas que
se agolparon en la sede de su casa de bolsa, Inbursa, ansiosos todos por
tirarle de la lengua.
Tranquilo pero firme, y a ratos jocoso, Slim dio así un paso
adelante para liderar de forma simbólica el heterogéneo movimiento
social de reacción a Trump que se respira en las calles, las casas y los
trabajos de los mexicanos desde antes de que el republicano ganara la
elección presidencial en noviembre pasado.
Una corriente surgida por sus improperios contra los
mexicanos -a los que llamó criminales y violadores- y que ha crecido
esta semana tras empezar a cumplir el nuevo inquilino de la Casa Blanca
sus promesas de campaña.
Slim apareció apenas un día después de que Peña Nieto
suspendiera su reunión con Trump por la firma que este último estampó en
un decreto para construir un muro en la frontera común que, además,
exige a México sufragar.
Lo hizo también instantes después de que los dos mandatarios
enterraran el hacha de guerra en una conversación telefónica de una
hora.
Aunque lo conoce en persona, el rey de las
telecomunicaciones mexicanas (Telmex) trató de hacer entender a la
opinión pública de su país que debería haber intuido lo que le venía
encima blandiendo un libro publicado por el magnate neoyorquino en 2015.
"No lo estoy promoviendo", llegó a decir por sus reiteradas
referencia a pasajes de "Crippled America: How to Make America Great
Again" ("Estados Unidos paralizado: cómo hacerlo grande de nuevo").
En él, su autor dice que como empresario "sube al ring y si
al que ataca es débil acaba con él, pero si es fuerte negocia", recordó
Slim, que no obstante ve a Trump más como un "negociator" que como
"terminator", bromeó.
Según la revista Forbes, Slim ocupó el puesto número cuatro
entre las fortunas del planeta en 2016, con 50.000 millones de dólares,
mientras Trump aparecía mucho más abajo, en el lugar 324, con 4.500
millones.
El empresario de origen libanés dijo haber recibido "con un
gran gusto" los gestos de "unidad nacional" en apoyo a la decisión de
Peña Nieto de no ir a Washington el 31 de enero, como estaba previsto.
"Va a permitir al Gobierno tener una posición de fuerza y
con determinación hacer las negociaciones que más convengan a los
intereses nacionales", agregó antes de aclarar que la negociación será
"ardua".
"Nunca habíamos tenido una relación tan difícil con Estados
Unidos desde hace casi 100 años", llegó a reconocer Slim, que descartó
su candidatura a presidente de México en 2018 con el argumento de que
sirve más a su país como empresario que como político.
De Trump criticó también su "hiperactividad" en el poder y
su proteccionismo, que calificó de "utopías regresivas" que atentan
contra realidades como "la sociedad de la información, la tecnología o
la globalización".
Con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), vigente entre México, EE.UU. y Canadá desde 1994, y que
Trump pretende modificar para imponer aranceles a su socio del sur,
consideró que la mejor táctica es dejar pasar los días pues "mientras no
se negocie, todo sigue igual".
Además, remarcó que si Estados Unidos "pone aranceles no los va a pagar México, sino los consumidores" de aquel país.
Es más, para Slim, "las circunstancias" de EE.UU. si Trump
cumple con sus compromisos -un 4 % de crecimiento, millones de nuevos
empleos, repatriación de capitales y menos impuestos- "son muy
favorables para México", que dirige allí el 80 por ciento de sus
exportaciones.
Reveló que en pocos meses comenzará a operar en EE.UU. un
canal de televisión latino de su propiedad, Nueva Visión, y un gasoducto
en Texas también de una empresa suya, y explicó que "desde hace un buen
rato" trata de vender su participación en el diario The New York Times.
Frente al muro fronterizo ve "oportunidades de empleo en
México", siempre y cuando el país logre extirpar males endémicos como la
corrupción o la ineficiencia del presupuesto público.
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