BERLÍN.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE)
ha querido enfriar las especulaciones respecto a una inminente bajada
del tipo de la facilidad de depósito de la institución, lo que
implicaría en la práctica cobrar a los bancos por el dinero que guardan
en el entidad, al señalar que "no hay novedades" al respecto.
"Como ya dije en rueda de prensa, este asunto se discutió en la
última reunión sobre política monetaria y desde entonces no hay ninguna
novedad", indicó el banquero italiano en un discurso pronunciado en
Berlín.
El pasado 7 de noviembre, Mario Draghi ya informó a los medios de
que el BCE se encuentra "técnicamente preparado" para fijar un tipo
negativo en la facilidad de depósito, aunque hasta ahora la entidad
siempre ha preferido "mantener esta medida no convencional en la
reserva".
Asimismo, el presidente del BCE subrayó que la decisión de rebajar
en un cuarto de punto los tipos de interés de la eurozona, hasta el
mínimo histórico del 0,25%, no fue adoptada por la materialización de
riesgos deflacionarios, sino para tratar de restaurar un margen de
seguridad apropiado sobre un nivel cero de inflación.
En este sentido, el banquero señaló que los países con anteriores
déficit de competitividad "deberían aceptar bajos niveles de inflación
respecto a la media de la eurozona" y no cejar en las reformas
necesarias para lograr reequilibrar su posición.
Por otro lado, el máximo responsable de la política monetaria de
la zona euro subrayó que "no existen atajos al crecimiento a través de
la deuda", ya que esto sólo es posible mediante mejoras en la
competitividad y la productividad.
"La política monetaria no puede por sí sola crear una recuperación
sostenible. Reactivar el crecimiento depende definitivamente de la
colaboración entre los gobiernos, los líderes empresariales y los
agentes sociales", subrayó Draghi.
En este sentido, el presidente del BCE no ha dudado en destacar
los logros cosechados por Alemania a la hora de establecer las
condiciones necesarias para impulsar el crecimiento económico, mediante
la implementación de reformas, como la del mercado laboral, que le han
permitido ganar competitividad y limitar el impacto de la crisis.
"Alemania se ha orientado en una dirección que en mi opinión
beneficiaría a todos los países de la eurozona", destacó Draghi, quien
citando a Abraham Lincoln recordó que "no se puede hacer más fuerte al
débil debilitando al fuerte", por lo que, "la respuesta a los problemas
de la eurozona no es debilitar a las economías más fuertes, sino
fortalecer a las débiles".
No obstante, Draghi apuntó que con vistas a restaurar un
crecimiento sostenible, sería recomendable que Alemania incrementara sus
inversiones, que aún permanecen a un nivel inferior al registrado al
comienzo de la crisis.
"Las inversiones en Alemania están todavía un punto porcentual del
PIB por debajo del nivel de 2007, cuando ya era la menor ratio entre
toda la eurozona", dijo Draghi, quien apuntó la necesidad de que los
poderes públicos generen las condiciones necesarias para estimular la
inversión privada.
Por otro lado, el banquero italiano aprovechó su intervención en
Berlín para destacar el fuerte incremento en el volumen de exportaciones
de España, que, combinado con menores importaciones, ha contribuido de
manera destacada al reequilibrio de la economía.
No obstante, el 'guardián del euro' subrayó que el retorno al
crecimiento económico observado en los últimos meses no debe verse como
una señal de que los esfuerzos reformadores han quedado atrás, sino todo
lo contrario, la adopción de "medidas decididas es más importante que
nunca".
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