jueves, 22 de noviembre de 2007

La subida de los cereales no frenará las plantas de biodiésel de Escombreras, en Cartagena

CARTAGENA.- La crisis en el mercado mundial de los cereales y los cultivos de semillas, que ha hecho que los precios de alimentos básicos como el pan se disparen, no afectará a los tres proyectos de biodiésel que está previsto que se construyan en Escombreras, Cartagena, como el de Saras, el de Repsol y del Moyresa-Bunge, pese a que muchos agricultores están abandonando los cultivos 'energéticos' que suministraban a la industria para atender la demanda para el consumo humano y animal.

Repsol-YPF, que construirá en su refinería la planta más grande de España para producir biodiésel, mantiene sus compromisos tanto para este tipo de combustible ecológico (que se elabora a partir de oleaginosas como la colza, la soja o el girasol) como para el bioetanol, un aditivo procedente de la destilación de cereal que también produce en Cartagena la empresa Ecocarburantes, explicó un portavoz de la compañía petrolera.

Las otras dos empresas parece que mantienen sus proyectos a juzgar por el estado de la tramitación de los mismos, que incluso han superado la declaración de impacto ambiental, como es el caso de Moyresa. El total de puestos de trabajo que crearían entre las tres plantas está estimado en doscientos trabajadores.

Las causas de la crisis del cereal se deben a dos factores, según organizaciones como UPA y los diarios especializados como el digital agrario: las malas cosechas a causa de la sequía y el incremento del consumo de países antes exportadores, como China. Otros barajan como tercera causa la reducción de la producción del maíz americano debido la reorientación de las cosechas para usos energéticos, aunque esta última causa afectaría poco a España.

En el caso del mercado nacional, los biocombustibles serían una víctima más del encarecimiento de la materia prima.

Además, la Mesa Nacional de los Biocarburantes ha estado trabajando para alcanzar un acuerdo que regule el mercado energético. Asimismo, la Unión Europea obliga a los países miembros a que al menos un 10% de los combustibles de transporte incorporen aditivos de bajo poder contaminante a partir de 2020, con lo que se aseguran unos mínimos de producción. En España, en 2009 será obligatorio mezclar biocombustibles al 3,4% con el combustible tradicional, lo que también juega a favor de los productores.

Lo que sí es un peligro, según la Asociación de Productores de Energías Renovables, es "la entrada creciente en el mercado nacional de biodiésel subvencionado en Estados Unidos -con 0,20 euros por litro-", lo que puede provocar en pocos meses el cierre de muchas plantas productoras en España.- (EPI)



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