El Ministerio de Exteriores marroquí ha denunciado en un comunicado el goteo constante de víctimas civiles, con una condena expresa a los últimos bombardeos sobre el campo de refugiados gazatí de Yamalia y al aumento "indiscriminado" de ataques sobre instalaciones civiles.
Asimismo, ha señalado que la situación humanitaria es "catastrófica", con más de un millón de desplazados dentro de la Franja y una población privada de suministros básicos.
Rabat considera que este tipo de acciones son "incompatibles" con el Derecho Internacional y los "valores comunes", al tiempo que amenaza con expandir el conflicto a otras zonas y, por tanto, poner en peligro "la seguridad y la estabilidad" de toda la región.
Por todo ello, ha expresado su "decepción" por el "fracaso" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al que ha acusado de no asumir sus "responsabilidades", así como por la "incapacidad" de los países "influyentes", que tampoco habrían logrado por su cuenta poner fin a una situación que para las autoridades de Marruecos es "desastrosa".
Marruecos es uno de los países firmantes de los denominados 'Acuerdos de Abraham', que abrieron la puerta a la normalización de relaciones entre Israel y varios países árabes, pero en las últimas semanas ha vuelto a endurecer su discurso y, de hecho, en el comunicado difundido este jueves ha reiterado su apoyo a la Autoridad Palestina.
Rabat confía en avanzar hacia un "horizonte político" que pasa por la solución de dos Estados, si bien a corto plazo ha pedido un alto el fuego, la apertura de corredores humanitarios y la liberación de todos los rehenes.
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