MOSCÚ.- La decisión de endurecer las restricciones contra Moscú repercutió
negativamente en Tokio. El volumen total de exportaciones a Rusia cayó
un 20%, lo que afectó duramente al pequeño y mediano comercio japonés.
Además, es poco probable que Japón pueda librarse de su dependencia de
la energía, el pescado y el grano ruso, advierten medios locales.
Hace casi tres meses el Gobierno japonés decidió endurecer las restricciones al comercio con Rusia por su operación militar en Ucrania.
Como consecuencia, eso tuvo un impacto negativo en pequeñas y medianas
empresas japonesas que existían gracias a la exportación a Rusia,
reporta el periódico Yomiuri.
Así, varias compañías de Hokkaido y Hokuriku,
las regiones cercanas a Rusia, han sufrido un fuerte descenso de sus
ventas, y se teme que este proceso tenga un "efecto dominó" en la
economía local.
La misma tendencia se replica a las importaciones de los mariscos rusos.
Así, en el primer semestre de 2023, Rusia exportó a Japón cangrejo,
huevas de bacalao, bacalao, erizo de mar y salmón por un total de 60.596
millones de yenes (unos 405.000 dólares).
Por
ello, tras el fuerte descenso de las capturas de los principales
productos pesqueros en Hokkaido, los productos rusos son
"indispensables" para los procesadores, vendedores y consumidores de
pescado, informa otro medio local, JB Press.
En cuanto al negocio de los vehículos usados, este sector se ha visto "especialmente afectado por las sanciones" y casi "se desplomó", de acuerdo con el periódico.
Aleksandr
Kolуvinski, un concesionario de automóviles residente en Japón,
compartió con Sputnik que el mercado japonés de vehículos "va a sufrir" y
"se va a hundir al doble" porque las sanciones suponen "pérdidas
enormes".
Por
otro lado, mientras que las exportaciones de automóviles y marisco a
Rusia han caído en picada, la dependencia de la energía y los cereales
rusos "permanece inalterada". Eso ocurre en un momento en que la
economía de Japón sufre, mientras que la rusa "sigue sin dar señales de
flaquear" y sus perspectivas, como reconocen en JB Press "son positivas para 2023".
Conforme con Yomiuri, en varias partes de Japón, las autoridades locales están empezando a analizar el impacto negativo de las sanciones en las empresas y a buscar formas de apoyarlas. El Gobierno en Tokio, a su vez, tuvo que eximir de las sanciones a algunos los proyectos conjuntos con Rusia.
La economía japonesa está "estrechamente vinculada a la rusa", y muchos artículos, como productos agrícolas, forestales y pesqueros,
así como equipos de transporte, siguen comercializándose como antes del
conflicto, "lo que nivela el efecto de las sanciones económicas".
En
el contexto del "cansancio del campo occidental ante la ayuda a
Ucrania", Rusia está apoyando su economía interna mediante el
fortalecimiento de las relaciones con países amigos, la diplomacia de
los recursos y otras medidas, subraya JB Press.
Por
lo tanto, el endurecimiento de las restricciones contra Rusia "tuvo un
efecto bumerán en la economía japonesa", y la dependencia de Tokio con
respecto a Moscú en materia de energía, cereales y recursos pesqueros no
ha cambiado, resume Yomiuri.
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