martes, 25 de julio de 2023

Hollywood siente la amenaza de la inteligencia artificial


LOS ÁNGELES/BERLÍN.- Los guionistas de Hollywood están en huelga desde mayo. A mediados de julio, actores y actrices también dejaron de trabajar. Rodajes de películas y series interrumpidos, estrenos abandonados, entrevistas canceladas: los efectos del paro se dejan sentir en todo el mundo. A los huelguistas, tras la pandemia, la inflación y el triunfo de los servicios de streaming, no solo les preocupan los salarios adecuados: exigen, sobre todo, protección contra la inteligencia artificial (IA).

De hecho, la IA podría cambiar pronto las reglas del juego en la industria cinematográfica. Las asociaciones de actores y guionistas están alarmadas. Los bots como ChatGPT pronto podrían escribir guiones enteros, temen los guionistas. Los actores luchan por el derecho a su propia imagen y voz: los algoritmos modernos pueden crear una imagen digital de un actor o una actriz. 

En teoría, esas imágenes podría utilizarse tantas veces como se lo deseara, sin pagar adicionalmente. Lo mismo ocurre con la voz de actores y profesionales de la sincronización. Las preocupaciones de los creativos son grandes.

Existe una gran solidaridad con los colegas estadounidenses en Europa, también porque la situación de los creativos es similar en todas partes: no todo el mundo en Hollywood pertenece al puñado de los que más ganan, como Meryl Streep o Leonardo DiCaprio, que embolsan decenas de millones por película. La mayoría de los creativos y actores luchan de trabajo en trabajo para pagar el alquiler y el seguro médico.

¿Qué ofrece ChatGPT que no pueda hacer un autor de carne y hueso? "Si se le dan las especificaciones adecuadas, el software puede investigar a gran velocidad, elaborar propuestas, crear plantillas iniciales, textos iniciales e incluso construir escenas y diálogos", dice Jan Herchenröder, director general de la Asociación Alemana de Guionistas. Pero hay algo que la máquina no puede hacer: "No puede profundizar. Todavía no". señala Herchenröder.

Cuando se trata de desarrollar un guión para un largometraje, o un solo episodio, implicando a personajes humanos en conflictos o situaciones emocionales, el programa fracasa. Lo que asusta, dice, es la eficacia de los algoritmos: "El plazo que normalmente se necesita para desarrollar una trama se acorta considerablemente. Y todo lo que es más rápido en términos de tiempo cuesta menos". Los productores lo saben.

Desde el punto de vista artístico, se necesitan urgentemente normas para la producción cinematográfica impulsada por la IA. Incluso el suministro masivo de datos del programa de IA con textos, imágenes y sonidos existentes no es más que una "gigantesca incursión global de los gigantes tecnológicos transatlánticos".

Los autores deben recibir una compensación, también con carácter retroactivo. Para ello es necesaria la transparencia. Y un sistema de remuneración: "Para que las obras protegidas legalmente que se usen para entrenar la inteligencia artificial también sean remuneradas", dice Herchenröder. Los actores organizados exigen algo parecido, como subraya Hans-Werner Meyer, miembro de la junta directiva de la Asociación Federal de Actores (BFFS) de Berlín.

Pero, ¿quién dará a la industria cinematográfica nuevas reglas para la era de la IA? ¿Y si esas normas llegan demasiado tarde? "La política se ha despertado y se ha vuelto activa", dice Herchenröder, refiriéndose a la prevista "Ley de Inteligencia Artificial" europea (AI Act). 

"La tecnología está ahí, se necesitan vallas protectoras para su uso". ¿Quién decide si se utiliza la IA y, en caso afirmativo, de qué forma? Por supuesto, la soberanía sobre el uso de la IA debe seguir correspondiendo a los autores, afirma. "Simplemente asumimos que los espectadores seguirán queriendo que su mundo sea relatado por seres humanos en el futuro".

De acuerdo en la huelga

Tras varias semanas de negociaciones, el sindicato de actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA) y la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) no se pusieron de acuerdo. Uno de los temas más polémicos en la mesa de negociación había sido la inteligencia artificial, en donde quedó al descubierto que los grandes ejecutivos de Hollywood pugnan por un futuro con actores sintéticos, al estilo Black Mirror.

Lo habría confirmado por Duncan Crabtree-Ireland, consejero general del SAG-AFTRA. En una rueda de prensa posterior al emplazamiento a huelga, Crabtree reveló que las grandes productoras querían actores generados por inteligencia artificial para no pagar salarios o regalías.

«Esta propuesta 'innovadora' de inteligencia artificial que nos dieron sugería que nuestros extras deberían ser escaneados y recibir el pago por un día de trabajo», declaró. «Y la empresa sería dueña de su imagen y semejanza para usarla a perpetuidad en cualquier proyecto que quieran sin consentimiento y sin compensación», dijo.

Según la AMPTP, la propuesta «innovadora» de IA protegería las imágenes digitales de los actores e incluiría «un requisito de consentimiento para la creación de réplicas digitales o alteraciones de una actuación». Aunque la cláusula omite detalles, queda claro que las productoras sacarán todo el provecho posible a esta tecnología.

Aunque el gremio de escritores no está en contra de la IA, el texto generado en ChatGPT no se considera como material literario o fuente. Ellen Stutzman, negociadora principal del WGA, asegura que esto protege el crédito del guionista y su salario.  

Stutzman agregó que el sindicato no está de acuerdo en entrenar una IA con guiones existentes, ya que se consideraría como robo de propiedad intelectual. La representante del WGA mencionó que algunos agremiados consideran que la inteligencia artificial es una «máquina de plagio».

Por otro lado, el SAG-AFTRA es tajante en marcar los límites para proteger a sus miembros. En una publicación posterior al emplazamiento a huelga, el sindicato expresó que la inteligencia artificial representa una amenaza existencial para las profesiones creativas. «Todos los actores e intérpretes merecen un contrato que los proteja de que se explote su identidad y talento sin consentimiento y pago», mencionó.

En contraste, Bob Iger, CEO de Disney, declaró que los escritores y actores no están siendo realistas con sus expectativas. Disney es una de las empresas que mayor provecho saca de los dobles digitales. Uno de los principales temores que aflige a los actores es precisamente la creciente presencia de intérpretes sintéticos.
 
La preocupación radica en que, en un futuro cercano, actores generados completamente por IA, también conocidos como "metahumanos", podrían reemplazar a actores humanos, arrebatándoles sus papeles y afectando su trayectoria profesional. 
 
Para los actores, la posibilidad de que sus interpretaciones pasadas, presentes y futuras sean utilizadas para crear intérpretes sintéticos que los sustituyan plantea una crisis existencial. Ante este panorama, es crucial abordar la regulación de la IA en la industria del entretenimiento.
 
El sindicato SAG-AFTRA no busca una prohibición total de la IA, sino que aspira a ser parte del proceso de toma de decisiones y ser consultado por las empresas antes de contratar a un intérprete sintético en lugar de un actor humano. 
 
Los estudios, por su parte, desean preservar la creatividad y la flexibilidad que brinda la IA en la producción cinematográfica y televisiva. Sin embargo, ambas partes deben encontrar un punto medio que proteja los derechos e intereses de los actores y garantice una competencia justa en el ámbito laboral. 
 
Los estudios han propuesto obtener el consentimiento de los actores para utilizar sus réplicas digitales en cualquier película, siempre que no sustituyan al número mínimo de actores de fondo requerido por el contrato del sindicato. 
 
Sin embargo, el SAG argumenta que esta propuesta no ofrece un consentimiento significativo, ya que podría coaccionar a los actores a aceptar sin tener un control real sobre el uso de sus imágenes digitales. 
 
Otro aspecto en disputa es la utilización de escaneos en 3D para captar el parecido de un actor y crear réplicas digitales generadas por IA. Si bien los estudios han prometido obtener el consentimiento y negociar los usos posteriores de estas réplicas, el SAG busca conservar los derechos sobre las mismas para futuros trabajos, lo que plantea un dilema sobre la propiedad de los personajes virtuales.
 
El peligro del uso de la inteligencia artificial para obtener un modelo digital de un actor y emplearlo indefinidamente tras solo un día de trabajo es una preocupación que plantea serias implicaciones éticas y laborales. 
 
A medida que la tecnología de IA avanza, se ha vuelto posible escanear y capturar el parecido de un actor en 3D para crear réplicas digitales que puedan utilizarse en futuras producciones sin la necesidad de que el actor esté presente físicamente. 
 
Esto podría significar que un actor podría ser "inmortalizado" en el cine o la televisión y seguir trabajando virtualmente incluso después de su muerte.
 
Este escenario plantea interrogantes sobre el consentimiento y los derechos de los actores en relación con el uso de su imagen digital en el futuro. Si un actor interpreta un papel durante un solo día, pero su modelo digital creado mediante IA es empleado en diversas producciones durante años o incluso décadas, ¿hasta qué punto tiene el control sobre su propia imagen y su carrera profesional? 
 
La posibilidad de que los intérpretes sean sustituidos por sus réplicas digitales sin su consentimiento o participación activa en el proceso creativo podría comprometer la integridad de la industria del entretenimiento y plantear desafíos legales y éticos que deben abordarse con urgencia para proteger los derechos de los artistas y garantizar un uso responsable y ético de la inteligencia artificial en esta área. 
 
Además, podría suponer un golpe muy duro para la compensación económica de los actores, ya que harían falta muchos menos en cualquier producción.

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