WASHINGTON.- El Estado Mayor Conjunto del Ejército de Estados Unidos, los líderes uniformados de las diferentes ramas militares, emitieron el martes un raro mensaje conjunto a los miembros del servicio diciendo que los violentos disturbios de la semana pasada fueron un asalto al proceso constitucional de Estados Unidos y contra la ley.
El mensaje rompe casi una semana de silencio por parte de los líderes militares después de que el asalto al Capitolio por parte de partidarios del presidente Donald Trump envió a los legisladores a la clandestinidad y dejó cinco muertos.
Si bien varios miembros del gabinete de Trump, incluido el secretario de Defensa interino Chris Miller, habían condenado el violento asalto, el principal general estadounidense, el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, había guardado silencio hasta ahora.
"El violento motín en Washington DC el 6 de enero de 2021 fue un asalto directo al Congreso de los Estados Unidos, el edificio del Capitolio y nuestro proceso constitucional", dijeron los siete generales y un almirante en un memorando interno a las tropas, y agregaron que los militares permanecieron comprometidos con la protección y defensa de la Constitución.
"Los derechos a la libertad de expresión y reunión no le dan a nadie el derecho a recurrir a la violencia, la sedición y la insurrección", decía el memorándum.
“Cualquier acto que perturbe el proceso constitucional no solo va en contra de nuestras tradiciones, valores y juramento; Va en contra de la ley."
Funcionarios estadounidenses dijeron que Milley no había comentado sobre los eventos de la semana pasada porque quería mantenerse al margen de la política.
El silencio contrastaba con el de junio, cuando Milley hizo una controvertida caminata a una iglesia con Trump después de que los agentes del orden respaldados por las tropas de la Guardia Nacional usaran productos químicos que provocan lágrimas y balas de goma para despejar el área de manifestantes pacíficos
Algunos miembros del servicio han expresado en privado su preocupación por no haber recibido ninguna dirección de los principales líderes después del desgarrador ataque a la democracia estadounidense el miércoles.
También ha habido un enfoque renovado en el extremismo dentro del ejército de los Estados Unidos después del asalto al Capitolio, con una gran proporción de miembros del servicio que son blancos y hombres.
El Ejército dijo el martes que estaba trabajando con el FBI para ver si algunos atacantes eran miembros del servicio actual y con el Servicio Secreto para ver si alguno de los casi 10,000 soldados de la Guardia Nacional que aseguran la toma de posesión del presidente electo Joe Biden necesitaría una revisión adicional.
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