viernes, 27 de noviembre de 2020

Italia 'rompe la baraja' al pedir al BCE que cancele la deuda pública que ha comprado durante la pandemia

 MADRID.- Solo era cuestión de tiempo. Finalmente ha sido Italia el primer país en plantear la cancelación de la deuda pública que se está acumulando durante esta crisis del covid-19. Lo cierto es que a estas alturas, tres de los cuatro países más importantes de la zona euro tienen una deuda pública que supera con creces el 100% del PIB, niveles muy por encima de los que se consideran sanos (no entorpecen el crecimiento y son sostenibles). Italia (150% de deuda sobre PIB), Francia (cerca del 120%) y España (114%) acumulan cantidades ingentes de deuda pública, que seguirán avanzando en los próximos trimestres y quizá también en 2021 y 2022. Este paso abre la puerta que otros gobiernos y sectores (sobre todo las empresas) planteen propuestas similares el BCE, resume elEconomista.

Riccardo Fraccaro, subsecretario del gabinete del gobierno italiano, el asesor más cercano de Giuseppe Conte ha pedido al Banco Central Europeo (BCE) que considere cancelar la deuda pública que está comprando durante la crisis para ayudar a las naciones a amortiguar el golpe económico, según ha informado la agencia Bloomberg, citando una entrevista en un medio italiano. Italia es el país del área euro con una deuda pública más alta en términos absolutos (2,6 billones de euros o dos veces el PIB de España) y el segundo en términos relativos (solo superado por Grecia), llegando a a rebasar el 150% del PIB.

No obstante, toda la zona euro va a sufrir de manera importante un incremento de la deuda pública. Las últimas previsiones publicadas por la Comisión Europea (CE) proyectaban que la relación deuda / PIB agregada de la zona del euro aumentaría del 85,9% del PIB en 2019 hasta el 101,7% en 2020, pero que además seguiría creciendo hasta el el 102,3% en 2021 y al 102,6% en 2022. La CE prevé que la deuda supere el 200% del PIB en Grecia, el 122% en España, el 119% en Francia y roce el 160% en Italia en 2021. En Alemania, la deuda pública se quedará en el 70% de PIB.

La CE prevé que el déficit público de la zona euro aumente del 0,6% del PIB en 2019 a alrededor del 8,8% en 2020. El desequilibrio en las finanzas públicas seguirá siendo alto después: un déficit del 6,4% en 2021 y del 4,7% en 2022. Estos datos se basan en proyecciones que devuelven a la zona euro al crecimiento económico, permitiendo la retirada de las medidas de apoyo (ertes, ayudas, créditos...). 

Este aumento está siendo respaldado por una política monetaria expansiva sin precedentes, con tipos de interés negativos (abaratan la financiación) y un programa de compra de deuda ad hoc para combatir la crisis del covid-19. Se considera que una deuda pública por encima del 60-80% empieza a entorpecer el crecimiento económico. Este es un umbral que muchas economías de la zona euro ya han superado (desde la última crisis).

"La política monetaria debe apoyar las políticas fiscales expansivas de los estados miembros de todas las formas posibles", explicaba el subsecretario del gabinete italiano Riccardo Fraccaro. Eso podría incluir "cancelar los bonos soberanos comprados durante la pandemia o extender perpetuamente su vencimiento". 

Esta petición tiene como objetivo la cancelación de la deuda adquirida por el BCE bajo el programa de compras contra la pandemia (PEPP por sus siglas en inglés). El BCE ha adquirido más de medio billón de euros en bonos soberanos con este programa que se mantendrá activo, al menos, hasta mediados de 2021.

La capacidad del PEPP es de 1,350 billones de euros (el tamaño de la economía de España), esta cantidad es la que sería susceptible de ser condonada. Hasta la fecha, el BCE ha adquirido alrededor de 100.000 millones de euros en deuda soberana de Italia bajo ese programa.

Aunque esta petición no había llegado desde fuentes 'oficiales', no es la primera vez que economistas y firmas financieras piden la emisión de bonos perpetuos (nunca hay que devolver el principal) que puedan ser comprados por el BCE y no computen como deuda pública de los países. De esta forma se reduciría la carga de los gobiernos mientras que los fondos llegarían a la economía para estimular el crecimiento. "Una ventaja es que un bono perpetuo emitido por la UE sería un activo muy atractivo para los programas de compra de bonos del BCE. Como el vencimiento de un bono perpetuo siempre es el mismo, el BCE no tendría que reequilibrar su cartera", explicaba el inversor George Soros en una columna en Project Syndicate.

Desde Societe Generale destacan una nota que ante los niveles actuales de deuda de muchos países "no se pueden descartar mecanismos de ajuste como aumentos impositivos agresivos (riqueza), la represión financiera (reducir la deuda con inflación y tipos bajos), una reforma económica importante y la reestructuración de la deuda. Estos mecanismos no pueden descartarse en los futuros paquetes de rescate del MEDE".

La cuestión es que este paso que ha dado Italia abre varias puertas. Un condonación de parte de la deuda pública puede tener sentido, pero esta decisión podría llevar a empresas (y por qué no también familias) a pedir un trato similar al que se da a los gobiernos. La deuda que acumulan empresas y familias también se encuentra en niveles históricamente altos, lo que impide que el crecimiento económico gane tracción durante las fases de expansión económica. Las empresas y las familias dedican una parte nada despreciable de su renta a devolver estos pagos, lo que lastra el consumo y la inversión y, por ende, el crecimiento económico.

La deuda se acumula en todos los sectores. Las empresas están 'tirando' del crédito para mantenerse con vida durante esta crisis (el propio BCE ha mostrado su preocupación por esta tendencia en la pasada reunión). El problema es que cuando vuelva la normalidad hay que devolver ese dinero, lo que pesará sobre la inversión futura de esas compañías. En el caso de España, la deuda de las empresas ha retomado la senda alcista (102% del PIB) tras años de caídas, al igual que está sucediendo con los pasivos de los hogares. La deuda total de la economía supera ya el 250% del PIB.

El problema de la deuda es casi general. Cada vez son más las voces que piden una condonación masiva para 'reiniciar' la economía, una propuesta llena de riesgos y que puede generar un conflicto moral importante. No obstante, la deuda total mundial está a punto de alcanzar un máximo histórico de 277 billones de dólares (233 billones de euros), el 365% del PIB. La combinación no da lugar a dudas, un aumento del gasto junto a una caída de ingresos se ha traducido en mucha más deuda. La nota positiva es la dramática caída de los intereses, que hace de la deuda un carga más soportable.

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