MILÁN.- Italia permitirá que las fábricas y los sitios de construcción se
reabran a partir del 4 de mayo y permitirá visitas familiares limitadas
mientras prepara un final gradual para el mayor cierre de Europa por
coronavirus, dijo el domingo el primer ministro Giuseppe Conte.
Más de dos meses después de que apareciera el primer caso de COVID-19
en una pequeña ciudad en las afueras de Milán y después de semanas de
cierre, Italia se prepara para una segunda fase de la crisis, en la que
intentará reactivar la economía sin desencadenar una nueva ola de
infecciones.
“Anticipamos un desafío muy complejo”, indicó Conte
mientras describía la hoja de ruta para reiniciar las actividades
paralizadas desde principios de marzo. “Viviremos con el virus y
tendremos que adoptar todas las precauciones posibles”.
Los
fabricantes, las empresas de construcción y algunos mayoristas podrán
reabrir a partir del 4 de mayo, seguidos por los minoristas dos semanas
después. Restaurantes y bares podrán reabrir por completo desde
principios de junio, aunque los negocios de comida para llevar podrán
antes.
“La reapertura está permitida con la condición de que
todas las compañías involucradas respeten estrictamente los protocolos
de seguridad en el lugar de trabajo”, advirtió Conte, y agregó que ese
reinicio sentaría las bases para reformas más profundas de la economía
en los próximos meses.
Además,
se permitirá la reapertura de parques y se permitirán visitas
familiares limitadas y funerales con no más de 15 personas presentes.
Pero el movimiento entre regiones sigue suspendido y las personas que se
desplacen tendrán que llevar una declaración que explique los motivos
de sus viajes.
Museos y bibliotecas pueden reabrir desde el 18 de
mayo, cuando los equipos deportivos también podrán reanudar el
entrenamiento grupal, aunque Conte dijo que las condiciones tendrían que
evaluarse antes de cualquier decisión sobre la reanudación del
campeonato de fútbol de la Serie A.
Sin embargo, las escuelas
permanecerán cerradas hasta el comienzo del nuevo año académico en
septiembre, lo que dejará a las familias con problemas de cuidado
infantil en los próximos meses.
Los cierres han presionado a la
tercera economía más grande de la zona euro, que se dirige a su peor
recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Los líderes empresariales
italianos han pedido que se alivien las restricciones para evitar la
catástrofe económica.
Conte dijo que las restricciones más
limitadas probablemente permanecerán vigentes hasta el descubrimiento de
una vacuna o cura efectiva para COVID-19, que no se espera en muchos
meses.
El
domingo, las autoridades italianas informaron una tercera caída diaria
consecutiva de muertes por coronavirus, con 260 muertes, la cifra más
baja desde el 14 de marzo.
El número de muertos en Italia sigue
siendo el mayor en Europa, con más de 26.000 muertos y casi 200.000
casos confirmados de la enfermedad respiratoria. Pero el número de casos
nuevos se ha ralentizado y el número de pacientes en cuidados
intensivos ha disminuido de forma sostenida.
Golpeado por el
virus semanas antes que otros países occidentales importantes, Italia se
ha visto obligada a servir de modelo para combatirlo. Se está
observando de cerca en todo el mundo mientras da sus primeros pasos para
trazar un camino fuera de un estricto bloqueo que impuso a principios
de marzo.
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