sábado, 9 de noviembre de 2019

Evo Morales emplaza a la oposición a participar en una mesa de diálogo

LA PAZ.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha emplazado este sábado a los cuatro partidos con representación parlamentaria a participar en una mesa de diálogo con el fin último de “pacificar Bolivia” ante las protestas contra las polémicas elecciones del pasado 20 de octubre.

“Ya hemos soportado con mucha paciencia hasta ahora. Ni la Policía ni las Fuerzas Armadas pueden mancharse con la sangre del pueblo boliviano. Para preservar la nueva Bolivia, la vida misma la democracia, convoco al diálogo a los partidos que han obtenido asambleístas en las últimas elecciones nacionales. Convoco con agenda abierta a debatir para pacificar Bolivia. Convoco a una reunión de manera urgente e inmediata”, ha afirmado Morales durante un acto en el Hangar Presidencial de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) en El Alto, según recoge la prensa boliviana.
Morales ha comparecido junto al vicepresidente, Álvaro García Linera, y el ministro de Asuntos Exteriores, Diego Pary, en una intervención en la que no aceptó preguntas.
En la misma, ha declarado su esperanza en que este escenario de diálogo pueda formalizarse esta misma noche con el acompañamiento de representantes de las distintas iglesias.
Los partidos que obtuvieron representación legislativa en las últimas elecciones son el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales, Comunidad Ciudadana (CC), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y la alianza Bolivia dice No (21F).
Morales ha planteado además que el diálogo pueda ser acompañado por representantes de organismos internacionales como la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA), que además podrán “hacer seguimiento, conocer de cerca este golpe de estado que está en marcha”.
En cuanto al amotinamiento de policías en diferentes ciudades del país en protesta contra Morales, el mandatario ha instado a la Policía a cumplir su misión constitucional de garantizar la seguridad del pueblo y ha convocado a los comandantes departamentales y al comandante general para asumir ese compromiso con su pueblo.
La comparecencia de Morales ha comenzado con una nueva denuncia del “golpe de Estado” por lo que ha convocado a los diferentes sectores sociales del país a movilizarse de forma pacífica para defender la democracia y el voto del pueblo.
“Pido a ese pueblo que históricamente recuperó la democracia, mineros, fabriles, campesinos, obispos, personalidades a movilizarse para defender la democracia, la patria y la vida, para defender el voto del pueblo boliviano con una movilización pacífica”, ha apuntado.
Para Morales, las movilizaciones surgen al calor del odio, racismo y la discriminación contra el movimiento de los trabajadores mineros, fabriles, personalidades y profesionales patriotas que históricamente recuperaron la democracia.
Morales ha accedido a que la OEA, apoyada por países como España, México o Perú, realice una auditoría electoral de carácter vinculante. Mesa, en cambio, no la acepta porque dice que es fruto de un acuerdo unilateral entre el Gobierno y el bloque hemisférico sin tener en cuenta a la oposición.
  

El ministro de Presidencia de Bolivia, Carlos Romero, ha tendido la mano a los policías que este viernes se han rebelado en las ciudades de Cochabamba, Sucre, Tarija y Santa Cruz para protestar contra el Gobierno del presidente del país, Evo Morales.
La crisis policial ha comenzado en Cochabamba, en la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) y, posteriormente, se ha extendido a otras unidades.
Romero emplazó a la unidad a dialogar para “entender cuál es su malestar y sus peticiones“. “Quiero decir al respecto que tenemos plena confianza en que vamos a poder superar esta situación en la Policía boliviana, como lo hicimos antes. Voy a conversar con la tropa y con los jefes“, ha indicado en declaraciones recogidas por el diario ‘El Deber’.
Asimismo, el ministro ha desmentido que el Ejército esté acuartelado para preparar una represión militar como la ocurrida en febrero de 2003, cuando los policías se amotinaron contra el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, que desplegó a los militares en el llamado ‘Febrero Negro’, que dejó más de 60 muertos y obligó a la renuncia del mandatario.
“Aquí no habrá un febrero de 2003, el ministro de Gobierno se pondrá en la puerta de la unidad policial, ese extremo no va a suceder, eso no sería responsable”, ha asegurado, antes de apelar a la “responsabilidad histórica de la Policía” para desactivar la situación.

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