PORT STANLEY.- Aunque estén a 12.000
kilómetros de Londres, las islas Malvinas temen los efectos del Brexit,
que puede golpear sus vitales industrias pesqueras y de carne, y dejar
desamparada su increíble biodiversidad.
Mientras el gobierno de
Boris Johnson y la Unión Europea discuten para tratar de alcanzar un
acuerdo antes del 31 de octubre, los conservacionistas de este
territorio en el Atlántico sur de 3.400 habitantes, conocido en inglés
con el nombre de Falklands, no ocultan su preocupación.
Para ellos, el Brexit puede significar la pérdida de una preciosa fuente de financiación de la UE.
Esther Bertram, directora
ejecutiva de la ONG Falklands Conservation, dice que Reino Unido debe
asumir la responsabilidad de la vida silvestre de su territorio de
ultramar, un archipiélago cuya principal isla se ubica a 470 kilómetros
de las costas de Argentina, que sigue reclamando la soberanía de todo el
territorio.
"No hay que olvidar que aquí está la vida silvestre
más fabulosa del Reino Unido", dice. "Aquí vienen las
amenazadas ballenas sei; tenemos las mayores poblaciones de albatros de
ceja negra, tenemos cinco (especies de) pingüinos, elefantes marinos del
sur. Es un ambiente natural extraordinario".
Según su gobierno, cerca del 90% de la biodiversidad de Reino Unido se encuentra en territorios de ultramar.
En años recientes, las
Malvinas, que cuentan con total autonomía de gobierno, han recibido unos
600.000 euros a través del programa BEST de la UE, que apunta a la
protección de ecosistemas en regiones remotas y países y territorios
europeos de ultramar.
Bertram, de 45 años, se pregunta cómo se compensará tal déficit tras el Brexit.
"No ha habido ninguna garantía de que en el futuro podamos
tener acceso a la financiación de la UE. Creemos que el gobierno de
Reino Unido tiene un compromiso con su biodiversidad en los territorios
de ultramar tanto como en cualquier otro lugar", afirma.
Las
dos principales industrias en las Malvinas -la pesca y la carne-
podrían verse afectadas negativamente por un Brexit sin acuerdo o
incluso con un mal acuerdo, afirma Leona Roberts, una de las ocho
integrantes de la Asamblea Legislativa de las Malvinas.
La pesca representó el
43% del PIB de las Malvinas entre 2007 y 2016, y el 89% de las
exportaciones pesqueras en 2018 se hicieron a la UE.
"Actualmente
nos beneficiamos de una exención de aranceles y de cuotas, y si esto
cambia, estaríamos en una situación muy difícil con una caída
considerable de los ingresos del gobierno", afirma Roberts.
Los aranceles de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) varían del 6 al 18%. El gobierno malvinense estima que una salida
sin acuerdo sería equivalente a una caída del 16% en las ganancias
pesqueras.
La industria de la carne, que depende principalmente de granjas
familiares, también podría sufrir un impacto significativo, aunque la
mayoría de la carne de res y cordero de las Malvinas se envía a Reino
Unido.
"Existe un potencial efecto colateral allí si se introducen aranceles y cuotas", explica Roberts.
Si se vende menos carne producida por Reino Unido a países de la UE,
va a ser necesario importar una cantidad menor de las Malvinas, lo que
supone "el riesgo de pérdida de empleos", agregó.
El gobierno de las Malvinas estima que en este sector las pérdidas anuales podrían alcanzar hasta 30%.
Los habitantes del
archipiélago no pudieron votar en el referéndum del Brexit. Las islas no
forman parte de Reino Unido, y por lo tanto tampoco de la UE, pero como
territorio de ultramar se benefician de la unión aduanera.
Otro
sector productivo, el de lana virgen, parece menos amenazado al tratarse
de un segmento no gravado, dijo Keith Alazia, gerente de la granja
Goose's Green, ubicada en la isla Gran Malvina y una de las 92 granjas
que albergan en las islas a medio millón de ovejas.
Pero los malvinenses tienen también otras preocupaciones.
"Se dice que (...) nuestras medicinas van a ser más caras", comenta
Joanne Baigorri, de 27 años y empleada del único banco local.
Gabi McRae, una chilena que trabaja en Falkland Islands Meat Company, dice ya haber notado el efecto de una libra más débil.
"Hace
unos pocos años, cuando cambiaba, una libra era igual a 1.000 pesos
chilenos. Ahora son solo 600-700", cuenta esta mujer de 31 años.
Roberts,
sin embargo, siente que pase lo que pase, el "pragmatismo natural y el
espíritu solidario" de los isleños los ayudará a encontrar una manera de
sobrevivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario