SANTIAGO.- Tras el calmado despertar de la
capital chilena este lunes, miles de ciudadanos comenzaron a
concentrarse en distintos lugares de la ciudad, principalmente en la
céntrica Plaza Italia, en una protesta masiva y de momento mayormente
pacífica pero en la que se registran algunos incidentes.
Los manifestantes comenzaron luego a caminar por una de las avenidas
hacia el oriente de Santiago, cantando canciones del cantautor chileno
Víctor Jara o consignas de "no violencia".
En algunos puntos de la marcha, no obstante, comenzaron a
registrarse incidentes, con lanzamiento de gases lacrimógenos por parte
de las fuerzas del orden.
Asimismo, a su paso, se
fueron cerrando algunas paradas de metro de la línea 1, la única que se
habilitó para funcionar en esta jornada.
En otras
zonas de Santiago, como la plaza de Ñuñoa, donde el domingo tuvo lugar
una manifestación pacífica, volvieron a concentrarse cientos de personas
con cacerolas.
Las manifestaciones ciudadanas en
protesta por la carestía y las desigualdades del país se dan también
esta jornada en otras zonas del país, como en las ciudades de Valparaíso
(centro) y Concepción (sur), donde sí se han registrado enfrentamientos
entre ciudadanos y Fuerzas de Seguridad desde temprano, motivando que
se decretaran sendos toques de queda para esta noche.
La capital de Chile aspiraba a recuperar la normalidad este lunes, en
la primera jornada laboral desde que se radicalizaran las protestas
sociales, con una línea de metro abierta y un aumento de los servicios
de autobuses para tratar de que los ciudadanos acudan a sus trabajos con
normalidad.
Además, se registraban largas filas de
personas frente a los supermercados, que abrieron sus puertas
custodiados por militares o carabineros que también resguardaban varias
paradas del metro.
El alza del precio del pasaje del
metro motivó una ola de protesta que fue en aumento y acogió otras
reclamaciones contra la precariedad de la sanidad, las jubilaciones o el
sistema educativo.
Desde el pasado viernes, grupos
violentos han radicalizado las protestas, que se han cobrado hasta el
momento al menos once muertos y que obligó a que se decretara el toque
de queda en varias ciudades.
Piñera propone acuerdo social
Las intensas protestas se
mantuvieron en varios puntos de Chile este lunes, por cuarto día
consecutivo, en un estallido social que deja 11 muertos y cientos de
heridos y al que el presidente Sebastián Piñera propuso enfrentar con
"un acuerdo social".
En una primera declaración de intención y aún
resintiendo los ecos de la fuerte declaración emitida el domingo,
cuando afirmó que Chile enfrentaba una "guerra", el mandatario
derechista propuso la noche de este lunes un "acuerdo social" que
permita acallar el peor estallido social en varias décadas en el país
suramericano.
"Mañana (martes) me reuniré con presidentes de partidos,
tanto de gobierno como de oposición, para poder explorar y ojalá avanzar
hacia un acuerdo social que nos permita a todos unidos acercarnos con
rapidez, eficacia y también con responsabilidad hacia mejores soluciones
a los problemas que aquejan a los chilenos", afirmó Piñera en un
mensaje público.
La cuarta jornada de
protestas se vivió con intensidad en todo Chile este lunes, cuando
muchos chilenos intentaron -con varias complicaciones- retomar en parte
sus actividades normales.
"Que se vayan los milicos", gritaron los
manifestantes en la céntrica Plaza Italia, en abierto desafío a las
fuerzas militares y policiales que desde el sábado resguardan en gran
número el centro de la capital chilena, bajo estado de emergencia y
toque de queda por tercera noche consecutiva.
Bailando, caceroleando y
aplaudiendo con fuerza cada vez que sobrevolaba un helicóptero militar,
los manifestante también coreaban: "Ohhh...Chile despertó; Chile
despertó...".
"Va a correr sangre. Nos cerraron las puertas de
todas las cosas", dijo Adrián Castillo, un dentista de 30 años,
que portaba una pancarta en que se leía: "Fuera Piñera".
Los
disturbios dejan hasta el momento 11 fallecidos, según cifras oficiales
entregadas por Karla Rubilar, intendenta (gobernadora) de la Región
Metropolitana.
Las muertes han ocurrido
en su mayoría a causa de incendios de instalaciones en medio de saqueos.
El Partido Comunista denuncia la muerte por un disparo policial de un
joven ecuatoriano en la ciudad de La Serena (norte)
El ministro de
Salud, Jaime Máñalich, informó de su lado que hay 239 civiles heridos,
ocho de ellos en riesgo vital. El titular de la cartera de Interior,
Andrés Chadwick, dijo que 50 policías y soldados también resultaron
heridos, en tanto la Fiscalía dio cuenta de 2.151 detenidos en todo
Chile. El Instituto de Derechos Humanos reportó en tanto 37 heridos por
arma de fuego.
En un ambiente de gran
tensión, muchos empleadores cancelaron las jornadas de trabajo y las
clases estaban suspendidas en prácticamente todos los colegios y
universidades hasta al menos este martes.
Las autoridades
calcularon hasta este lunes en 20.000 los puestos de trabajo afectados
por la destrucción y la bolsa de Comercio de Santiago cerró sus
operaciones con una caída de 4,61%.
Si el detonante del conflicto
fue el aumento de la tarifa del metro, con el correr de las horas las
protestas se hicieron eco de otras reivindicaciones en una sociedad que
incuba desde hace años descontento con un modelo económico cuyo acceso a
la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta
desigualdad social, bajas pensiones y alza de los servicios básicos.
"La gente está aburrida, está cansada, está dolida porque
es mucho", dice Solange, una maestra que se manifestaba en el centro de
Santiago.
En el centro de Santiago,
con una gran presencia militar y policial durante todo el día e
incidentes en varios puntos, algunas tiendas abrieron sus puertas, pero
la mayoría de los supermercados y centros comerciales permanecieron
cerrados o abrieron parcialmente.
En los pocos supermercados que
abrieron, las personas hicieron largas filas para abastecerse de
víveres. En las gasolineras también hubo enormes colas de vehículos para
cargar combustible.
La violencia de las protestas tenía a muchos perplejos,
con miedo, aunque también expectantes de los cambios que se pueden venir
tras el estallido.
"Se veía venir esto. El gobierno no ha hecho
nada, no era solo el pasaje de metro lo que gatilló esto y terminó en
vandalismo. Si el gobierno no hace cosas contundentes, medidas para
mejorar los sueldos, la salud, las pensiones...", dijo Carlos
Lucero, de 30 años, vendedor de sándwiches en el céntrico paseo Ahumada.
Con
tres noches consecutivas de toque de queda en varias ciudades de Chile y
cuando cundían los saqueos y pillajes, los vecinos se organizaban para
evitar ataques a sus hogares.
Armados
con palos y con los chalecos amarillos que popularizaron manifestantes
en Francia, defendían sus casas pero también supermercados y tiendas de
barrio que quedaron en pie y no fueron vandalizados.
En alianza
con las fuerzas del orden, realizaban rondas de vigilancia junto a
policías y militares que les permitían salir a las calles pese al toque
de queda.
Cientos de millones de dólares en daños
Sebastián Piñera informó este lunes que los daños causados en las protestas, incendios y saqueos ocurridos en el país en los últimos cuatro días costarán "cientos de millones de dólares" en reparaciones.
Cientos de millones de dólares en daños
Sebastián Piñera informó este lunes que los daños causados en las protestas, incendios y saqueos ocurridos en el país en los últimos cuatro días costarán "cientos de millones de dólares" en reparaciones.
"Estamos trabajando en un plan de reconstrucción, porque
el daño que ha causado estos días de violencia y delincuencia es muy
grande y se mide en cientos de millones de dólares", dijo el mandatario
en una declaración a la prensa desde el Palacio de La Moneda, sede del
Ejecutivo.
En ese sentido, afirmó
que habrá que reconstruir el transporte público y el suburbano de varias
ciudades, como Santiago o Valparaíso, dañados durante los disturbios
que ya se expandieron a casi todo el país, que se encuentra
prácticamente bajo el control militar y en estado de emergencia.
Esta
situación excepcional rige tras cuatro días de disturbios de forma
total o parcialmente en casi todas las regiones del país, con toque de
queda nocturno en Santiago, la región de Valparaíso, la provincia de
Concepción (sur), y las ciudades de Antofagasta, La Serena y Coquimbo
(norte); Rancagua y Talca (centro) y Valdivia (sur).
"Queremos
reparar no solo el daño físico, sino también el daño moral que estos
hechos de vandalismo han provocado en el cuerpo y el alma de nuestro
país", explicó.
Piñera
apuntó a la necesidad de avanzar a "mayor ritmo voluntad" para
conseguir "la amistad cívica, los acuerdos, el diálogo, la colaboración y
en encontrar mejores y más rápidas soluciones" para los problemas que
afectan actualmente a los chilenos.
Hacia
este objetivo, el presidente anunció que el Ejecutivo está trabajando
para poder potenciar una mejora en las pensiones, bajar el precio de los
medicamentos, reducir las listas de espera en la sanidad pública,
mejorar la calidad en la atención de salud e implementar un seguro
catastrófico para controlar el gasto en medicamentos para las familias
chilenas.
"Mañana me reuniré con
presidentes de partidos, tanto de Gobierno como de oposición, para poder
explorar y ojalá avanzar hacia un acuerdo social que nos permita a
todos unidos acercarnos con rapidez, eficacia y responsabilidad hacia
mejores soluciones a los problemas que afectan a los chilenos", agregó
el mandatario.
Piñera condenó de
nuevo la violencia en las calles de Chile, que en la víspera había
calificado como una "guerra" contra los violentos que protagonizaban
desmanes y destrozos en las diferentes ciudades del país.
Este
lunes confesó sentirse indignado al ver "el daño y el dolor" causado
por los días de disturbios y puntualizó que "la violencia no puede
prevalecer".
Grupos violentos han
radicalizado una protesta social que tuvo el alza del precio del Metro
de Santiago como detonante y que derivó en violentas manifestaciones que
se han cobrado ya al menos once vidas y que han sembrado de terror las
calles de cada vez más lugares del país, con barricadas, incendios y
saqueos.
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