WASHINGTON.- A punto de cumplirse un mes de huelga
de los casi 50.000 trabajadores de la planta de General Motors (GM) en
Estados Unidos, las pérdidas se acumulan tanto para la empresa como para
sus empleados.
Hoy, el sindicato United Auto Workers
(UAW) y GM reiniciaron las negociaciones para la firma de un nuevo
convenio colectivo después de que el viernes el sindicato presentase una
contrapropuesta a la oferta hecha por la compañía automovilística.
El UAW confirmó también este domingo que aumentará de
250 a 275 dólares los pagos semanales que realiza a los trabajadores en
huelga y que no han recibido sus salarios desde hace 28 días.
El presidente del sindicato, Gary Jones, anunció la medida en un
comunicado en el que señala que "los afiliados de UAW y sus familias
están sacrificándose" por los trabajadores.
"Esta
decisión refleja el compromiso del UAW y la solidaridad con todos
nuestros afiliados y sus familias que han tomado la valiente decisión de
proteger la forma de vida de nuestra clase media", añadió el presidente
del sindicato.
Pero los pagos de 275 dólares a la
semana son solo una fracción de lo que habitualmente cobra un empleado
de GM, por lo que muchos están teniendo que buscar otros empleos
mientras dura la huelga o se están viendo obligados a vender sus casas
para sobrevivir.
La medida de aumentar los pagos que
UAW realiza a sus afiliados en huelga por un lado señala a la empresa
que el sindicato está dispuesto a mantener la paralización de 33 plantas
de producción y 22 centros de distribución de GM en Estados Unidos.
Pero también es muestra del impacto sobre los huelguistas de la prolongada huelga, la primera que sufre GM desde 2007.
El paro, el de más duración en GM en décadas, se inició el 16 de
septiembre tras dos meses en los que el UAW y la empresa negociaron de
forma infructuosa la firma de un nuevo convenio colectivo.
Los trabajadores reclaman que, tras años de sacrificios para reflotar
la compañía tras la gran crisis de 2008 y una década de beneficios
multimillonarios para GM, la empresa mejore las condiciones salariales y
prestaciones sanitarias así como deje de transferir producción a
México.
En su última oferta al UAW, GM ofrece
invertir en los próximos años 9.000 millones de dólares en Estados
Unidos, 2.000 millones de dólares más que lo inicialmente anunciado,
mejoras salariales y medidas para que los empleados temporales se
conviertan en trabajadores permanentes.
Sin embargo,
las posiciones entre GM y sus trabajadores parecen más alejadas que
nunca. El viernes, el UAW criticó a GM por dar a conocer "verdades a
medias" y bloquear las negociaciones "para agotar a los trabajadores de
UAW-GM en los piquetes y proteger millones de dólares en bonificaciones
corporativas".
Cálculos realizados por la firma J.P.
Morgan señalan que GM está perdiendo más de 500 millones de dólares por
cada semana que sus trabajadores están en huelga.
No
solo los trabajadores en huelga en EE.UU. están sufriendo las
consecuencias, sino que varias plantas de producción de GM en México y
Canadá han tenido que cesar sus operaciones en las últimas semanas por
la falta de partes.
GM ha tenido que mandar a sus
hogares a miles de trabajadores en los dos países, lo que supone que
estos tampoco cobran sus salarios.
Y miles de
trabajadores de compañías que suministran a GM también están siendo
afectadas por la huelga. Según datos de Asociación de Proveedores de
Equipamiento Original de EE.UU., 100 empresas que suministran a GM han
tenido que parar sus operaciones, dejando sin sueldo a unas 12.000
personas.
En total, unos 75.000 trabajadores ajenos a GM habrían sido afectados por la huelga según los cálculos de los economistas.
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