OSLO.- Un acuerdo de nueva
generación se firmó el domingo en Nueva York entre Noruega y Gabón: el
país africano con grandes bosques recibirá un pago por evitar la
deforestación y reducir sus emisiones de carbono.
"Noruega se
compromete con nosotros a recompensarnos por la reducción de emisiones",
dijo Lee White, el biólogo británico naturalizado gabonés y
designado en junio como ministro de Bosques de Gabón, que se encuentra
presente en Nueva York donde tiene lugar una cumbre de la ONU sobre el
clima.
Los bosques de la Amazonia, de África ecuatorial o de
Indonesia son las grandes reservas de carbono. Los árboles y la
vegetación absorben y almacenan grandes cantidades. La comunidad
internacional está concentrada en las zonas que han sido muy
deforestadas, como es la Amazonia, pero ¿qué pasa con los que han
deforestado poco, como es el caso de Gabón?
El contrato firmado
entre Noruega y Gabón estipula que el país europeo pagará 10 dólares por
cada tonelada de carbono no emitida, en comparación con el promedio
reciente de emisiones del país (2005-2014). Con una cantidad máxima de
150 millones de dólares en 10 años.
"Nos pagarán porque no hemos
deforestado y porque hemos gestionado mejor la tala, y porque hemos
reducido las emisiones relacionadas con la explotación forestal", dijo
White, entrevistado al margen de un coloquio ambiental en Nueva York.
Gabón seguirá talando el bosque para obtener madera, pero de manera sostenible, que es posible, explicó White.
En
Gabón, el 80% de las emisiones están vinculadas a la deforestación, es
decir a la tala de árboles para las carreteras para camiones, para los
senderos para la maquinaría pesada, o incluso a la forma en que caen los
árboles cuando son cortados. Cuando los árboles son aplastados o
dañados, se descomponen y eventualmente liberan su carbono.
"Si
podemos reducir el ancho de las carreteras, si podemos cortar el árbol
en una dirección que minimice los daños, si podemos reducir el tamaño de
los sendero (caminos para las excavadoras), si aumentamos el ciclo de
rotación, hay muchas acciones que podemos tomar para reducir las
emisiones", explica.
Noruega sólo pagará si Gabón tiene éxito.
El monto de 150 millones
de dólares representa relativamente poco, pero "para mí la cantidad no
es lo importante, es el principio", dijo White.
La esperanza es que al aceptar pagar 10 dólares la tonelada, Noruega subirá el precio mundial de carbono.
Gabón no ha estado exento de escándalos, como el que
estalló este año por el almacenamiento de madera preciosa de kevazingo
talada ilegalmente, que mostró la amplia corrupción del gobierno. Esta
fina madera se utiliza para la fabricación de muebles, que en especial
exporta a China.
Los cargamentos incautados serán subastados, dice
White, que espera poder reautorizar la operación en 2020 o 2021. El
funcionario estima que las existencias actuales de kevazingo permitirán
asegurar la producción de muebles durante "12 a 14 meses".
En
cuanto a la caza furtiva, White se felicita de que el país haya logrado
frenar la caza de elefantes. Tras la decisión de China en 2017 de
prohibir el comercio de marfil, el precio de este preciado material en
Gabón cayó de 150 a 30 euros el kilo, según el ministro gabonés.
"En
el lado de los elefantes, estamos progresando, desafortunadamente del
lado de los pangolines, el comercio está aumentando. Cada vez que se
cierra una puerta, da la impresión de que otra se abre", dice White
sobre estos mamíferos cuyas escamas se utilizan en la medicina
tradicional china.
"Vemos que el precio y las cantidades de escamas de pangolín que se exportan desde África Central se disparan", lamenta.
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