LONDRES.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi,
considera que la eurozona necesita un presupuesto común para impulsar la
política fiscal y acelerar la transmisión y el efecto de los estímulos
de la política monetaria.
"Sin una política fiscal
significativa para el conjunto de la eurozona, la Unión Económica y
Monetaria seguirá siendo una construcción frágil", ha afirmado el
banquero italiano en una entrevista con el diario británico 'Financial
Times'.
Draghi ha subrayado que la zona euro tiene "la
necesidad" de moverse desde un sistema en el que los 19 Estados
miembros que usan el euro tomen medidas fiscales en función de unas
reglas comunes hacia un sistema que tenga capacidad fiscal para el
conjunto de la eurozona.
"Hay países que tienen espacio fiscal y no lo usan. E
incluso aunque hicieran algo, lo que sería útil para el resto de la zona
euro solamente serían efectos colaterales", ha explicado. "Dirigir la
posición fiscal agregada de la eurozona de una manera óptima a través de
políticas descentralizadas es difícil de lograr debido a que las
políticas nacionales están ligadas a las necesidades nacionales de
estabilización", ha agregado Draghi.
En este sentido,
el presidente del instituto emisor europeo ha vuelto a alertar de que la
política monetaria "puede hacer su trabajo", pero que lo hará "más
lentamente" y con "más efectos secundarios" que si tuviera el apoyo de
una política fiscal conjunta.
"No hay uniones
monetarias que duren sin compartir el riesgo fiscal porque la
convergencia no puede alcanzarse de forma perfecta y porque las regiones
pueden estar sujetas a impactos idiosincrásicos", ha alertado,
añadiendo que alcanzar el presupuesto conjunto necesitará una transición
"larga", pero que es una "parte existencial" para el bloque.
"Claramente, el debate político tiene un largo camino por recorrer, pero soy optimista", ha apostillado.
Asimismo,
el presidente de la autoridad monetaria europea también ha reprobado a
aquellos presidentes y gobernadores de los bancos centrales que han
criticado en público las medidas del BCE.
A mediados
de mes, la institución aprobó un paquete de estímulos que consistía en
un compromiso de mantener los tipos de interés bajos por un tiempo
prolongado, la rebaja de la tasa de facilidad de depósito en 10 puntos
básicos, hasta el -0,5%, el reinicio de las compras netas de activos, la
relajación de las condiciones del tercer programa de operaciones de
financiación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III) y la
segmentación de la tasa de depósito para bonificar las reservas de los
bancos.
Sin embargo, los presidentes de los bancos
centrales de Francia, Alemania, Austria y Países Bajos criticaron
abiertamente las medidas, especialmente el reinicio de las compras netas
de activos.
"Es esencial que los participantes del
Consejo de Gobierno del BCE no tengan opiniones dogmáticas de política
monetaria que no se puedan adaptar si así lo indican los hechos", ha
afirmado Draghi.
Dado que las decisiones se toman de
forma colegiada, el banquero italiano ha subrayado que "cuando se toma
una decisión, la discrepancia se debería quedar dentro del Consejo de
Gobierno".
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