FRÁNCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE) está preocupado por el
debilitamiento económico de la zona del euro, mayor de lo esperado, y
asegura que tiene suficientes instrumentos para reaccionar en caso de
necesidad.
Este ha sido el mensaje que han transmitido hoy varios
de sus miembros en una conferencia sobre la normalización de la política
monetaria organizada por la Universidad Goethe de Fráncfort.
El
presidente del BCE, Mario Draghi, aseguró que la política monetaria en
la eurozona seguirá siendo expansiva y responderá a cualquier cambio en
las perspectivas de inflación.
El recuerdo de la crisis de endeudamiento soberano planea de nuevo en Fráncfort ante la elevada deuda de países como Italia.
Draghi
dijo que no les "faltan instrumentos" para cumplir su mandato y que los
riesgos para las perspectivas de crecimiento siguen estando a la baja.
El
presidente del BCE añadió que el año pasado el crecimiento económico se
debilitó en la zona del euro y que este debilitamiento se han extendido
en 2019.
Este debilitamiento ha estado impulsado por la incertidumbre en la economía global, que se ha contagiado al sector exterior.
"Hasta
ahora, la economía interior ha permanecido relativamente resistente y
los impulsores de la actual expansión se mantienen", apostilló Draghi en
la conferencia.
Las medidas de política monetaria que el Consejo
de Gobierno decidió a comienzos de marzo reflejan este debilitamiento de
la economía.
"Ante una perspectiva económica más débil, ayudarán a
mantener la política monetaria expansiva que logramos preservar el año
pasado", apostilló Draghi.
El Consejo de Gobierno del BCE ha
frenado la normalización de la política monetaria al posponer a
comienzos de marzo la primera subida de tipos de interés desde 2011
hasta finales de 2019, hasta entonces había dicho que los tipos
seguirían en el nivel actual, al menos, hasta el verano.
También decidió inyectar más liquidez a largo plazo a condiciones favorables.
El BCE cobra a los bancos un 0,4 % por el exceso de sus reservas en la entidad y les presta al 0 %.
"El
BCE adoptará todas las acciones de política monetaria necesarias y
proporcionadas para lograr su objetivo. No nos faltan instrumentos para
cumplir nuestro mandato", dijo su presidente.
El economista jefe
del BCE, Peter Praet, también destacó en su intervención que el BCE
tiene suficientes posibilidades para reaccionar a un fuerte
debilitamiento de las perspectivas económicas.
El presidente del
BCE también dijo hoy que estudian aplicar medidas para mitigar los
efectos secundarios de los tipos de interés negativos en la rentabilidad
de los bancos.
"Seguiremos observando cómo los bancos mantienen
unos beneficios sanos, al mismo tiempo que se compensan los bajos
márgenes de interés. Y, si es necesario, necesitamos reflejarlo en
posibles medidas que puedan preservar las implicaciones favorables de
tipos de interés negativos para la economía, y mitigar al mismo tiempo
los efectos colaterales" para los bancos.
El BCE capta intereses de los bancos que depositan su dinero en la entidad monetaria.
No
obstante, Draghi consideró que la baja rentabilidad de los bancos no es
una consecuencia inevitable de los tipos de interés negativos.
El
vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, advirtió en su intervención de
que "el deterioro de las perspectivas económicas aumenta el riesgo de
inestabilidad financiera".
De Guindos dijo que "un crecimiento
económico bajo incrementa la preocupación sobre la sostenibilidad de la
deuda soberana" e hizo hincapié en que una trayectoria de crecimiento
más débil dificultará que algunos países de la zona del euro reduzcan su
endeudamiento.
Por ello "un bajo crecimiento y una deuda del
sector público elevada dejarán a algunos países de la zona del euro
vulnerables a unos costes de financiación más elevados", apostilló de
Guindos.
También dijo que el proteccionismo y la elevada
incertidumbre política en Europa "puede amplificar correcciones
potenciales de las primas de riesgo de la deuda soberana".
No
obstante, De Guindos enfatizó en que pese a estos riesgos, indicadores
de tensión en los mercados de bonos soberanos de la zona del euro "han
permanecido relativamente contenidos en 2019" y la preocupación por la
sostenibilidad de la deuda es específica sólo para algunos países, sin
citar a ninguno, pero en referencia a Italia.
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