TAIPÉI.- Taiwán
ha decidido adoptar medidas cada vez más excluyentes sobre el uso de
dispositivos chinos de telecomunicaciones tras la proliferación de
sospechas -infundadas, según Pekín- en varios países occidentales sobre
la seguridad de los equipos del gigante tecnológico chino Huawei.
De
hecho, esta empresa formará parte de una "lista negra" de compañías
chinas que está elaborando el Departamento de Seguridad Informática de
la isla y que, según el rotativo local Ziyou Shibao, incluirá también a
ZTE, Hikvision, Zhejiang Dahua Technology Corporation y Lenovo.
Todas
ellas tendrán prohibido su empleo en organismos públicos y empresas
estatales, veto que se extenderá también a funcionarios y militares.
"Las
prohibiciones no afectarán a los individuos privados", señaló la
portavoz gubernamental, Kolas Yokata, a finales del pasado enero, pero
sí a los empleados de todos los organismos y empresas públicas, que
deberán excluir los programas, servicios y productos de tecnología china
de su trabajo.
El
tema ha adquirido tal magnitud en la isla que incluso la presidenta
taiwanesa, Tsai Ing-wen, lo abordó en el discurso de Año Nuevo chino, en
el que se comprometió a tomar medidas "para garantizar la seguridad de
la información y la comunicación de todas las infraestructuras clave".
Uno
de los desencadenantes de estas medidas fueron las sospechas de
interferencia de Pekín en los comicios locales del 24 de noviembre de
2018, denunciados por la empresa de seguridad estadounidense FireEye.
Para
el experto isleño en seguridad informática Kitsch Liao, las razones
para la exclusión son de peso: por un lado, la determinación china de
reunificar a Taiwán y la estrecha conexión entre las empresas de ese
país y su gobierno y Ejército y, por el otro, la existencia de
vulnerabilidades en sus productos.
"Taiwán
está bajo la amenaza de invasión por parte de China, y las empresas
tecnológicas chinas ofrecen un medio para impulsar el ciberespionaje y
la guerra cibernética contra la isla", declaró Liao.
Según
el experto, no se han hecho públicas pruebas de la existencia de
"puertas traseras" que permiten el espionaje en los productos de Huawei,
aunque a su juicio eso no excluye su presencia, ya que ningún país las
publicaría, aunque las tuviese, para no comprometer su recopilación de
inteligencia.
"Sin
embargo -agregó Liao-, no hay la menor duda de que los productos de
Huawei tienen vulnerabilidades y errores de programación intencionados
que permiten el espionaje y la recolección de datos sin permiso o
conocimiento".
Asimismo,
Liao considera que muchos programas chinos envían datos a ese país y el
Estado puede utilizar toda esa información y todo lo almacenado en
China, bajo la excusa de la seguridad nacional.
Para
el experto, esta recopilación de datos es automática y Pekín la usará
cuando la necesite, a pesar de que hay quienes piensan que sus datos no
son importantes y eso les excluye del riesgo.
"WeChat (el equivalente chino a WhatsApp) es especialmente peligrosa y vuelve inseguro cualquier teléfono", aseveró Liao.
Así,
explicó que en dos casos de detención en China de taiwaneses, los
agentes de seguridad chinos les mostraron impresos los historiales de
sus conversaciones y ubicaciones, y a uno, incluso la localización y
fotos de su novia en ese momento.
Por
su parte, la funcionaria isleña Adela Lin afirmó que "hay algo de
paranoia en los temores de infiltración china, comprensible, pero
exagerada: ¡no pueden controlar tantísimos datos en China!"
El
Ejecutivo de Taipéi, que ya prohibió en 2013 el uso de equipos de las
empresas chinas Huawei y ZTE en las redes de telecomunicaciones de la
isla y en los organismos oficiales, vetó, en mayo de 2018, el uso de
dispositivos chinos en instalaciones militares.
Los
temores en Taiwán se intensificaron después de las acusaciones de EEUU
de intervención china en las elecciones del pasado noviembre.
Por
eso, este 15 de enero dos instituciones señeras en el desarrollo e
investigación tecnológica, el Instituto de Investigación en Tecnología
Industrial y el de la Industria Informática, prohibieron el uso de
dispositivos de Huawei en sus redes internas y se prepara una exclusión
aún mayor.
Para
China, se trata de planes "políticos": la Oficina de Asuntos de Taiwán
del Consejo de Estado señaló el mes pasado que este tipo de medidas
politizaban de manera innecesaria los intercambios comerciales a ambos
lados del estrecho.
El
resultado, al parecer de Pekín, será perjudicial para los consumidores
isleños y para las empresas taiwanesas suministradoras de componentes
para las compañías chinas afectadas.
Aunque
no parece que la medida vaya a afectar a muchos usuarios privados, ya
que el uso de estas marcas es bastante minoritario en la isla: según el
portal estadístico Statista, en junio de 2018, solo un 3,4 % de los
usuarios taiwaneses de teléfonos inteligentes optaban por Huawei, por el
4,6 % de usuarios de Xiaomi y un 12,8 % de Oppo.
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