Las autoridades bancarias europeas darán a conocer este viernes sus
valoraciones sobre los 48 bancos europeos sometidos a este segundo test
de estrés que realizan. Cuatro bancos españoles están incluidos en la
lista de bancos de especial vigilancia, una lista en la que se incluyen
todos aquellos que cuentan con activos por encima de los 30.000 millones
de euros.
Entre los bancos analizados no se encuentra Bankia debido a
su especial situación de fusión con otra entidad, BMN, por lo que el
examen lo afrontarán los cuatro grandes, es decir, Santander, BBVA,
CaixaBank y Sabadell.
Hay cierta expectación por conocer los resultados de este segundo
test de la Autoridad Bancaria Europea (ABE), dirigida por un italiano,
igual que el BCE.
Precisamente los bancos italianos están en el centro
de atención de los expertos y de los mercados debido a la débil
situación de su economía y a problemas propios de las entidades
financieras, situadas desde hace unos años a la cola de la banca europea
en cuanto a cualificación de sus balances.
Alemania también presentará
algunos flancos débiles y hay interés por ver hasta qué punto las
autoridades bancarias europeas le ponen deberes de refuerzo de su
solvencia a alguno de los grandes de este país, como el Deutsche Bank.
Hay otros casos sueltos en algunos otros sistemas bancarios europeos
aunque la situación parece haber mejorado respecto al test anterior,
llevado a cabo hace dos años.
El examen al que se han sometido los 48 bancos europeos es en todo
caso algo más exigente que el de la anterior cita ya que los
examinadores han establecido unos parámetros de índole macroeconómica
más exigentes a la hora de comprobar sobre el papel cual es el grado de
resistencia de los balances bancarios ante situaciones económicas
adversas.
Por ejemplo, la desviación del crecimiento del PIB será esta
vez, hasta el año 2020, algo más exigente, del 8,3%, que en la anterior
cita, cuando se estableció como hipótesis la capacidad de aguante de
los bancos ante una desviación del PIB del 7,1%.
Las variables macroeconómicas se han endurecido en general respecto
al test precedente. Esas variables críticas son las que sirven de
comprobación para exigir a los bancos unos niveles mínimos de capital,
es decir, balances más sólidos que impidan crisis bancarias cuando la
economía presenta condiciones adversas. El ejercicio de simulación es
interesante porque marca pautas de fortalecimiento para los bancos con
vistas a un aumento de sus recursos propios, lo que en algunos casos
conllevará limitación en el reparto de beneficios o simplemente un
reforzamiento del capital.
La situación española, centrada en los cuatro grandes bancos que
entran dentro de este análisis de calidad, no parece preocupante.
Santander y CaixaBank presentan niveles de capital muy sólidos. BBVA
cuenta con algunos puntos débiles que se han puesto de manifiesto en los
últimos dos años, en especial la crisis de Turquía, en donde el banco
ha realizado fuertes inversiones.
Menos brillante parece ser la posición
del Banco Sabadell, aquejado por los problemas de su filial británica
TSB, una mala compra que ha traído quebraderos de cabeza a la entidad,
asunto que los reguladores bancarios europeos habrán analizado con
especial detenimiento. Sus valoraciones serán de utilidad para los
inversores y analistas.
(*) Periodista y economista español
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