NUEVA YORK,. A 30 de junio, casi uno de cada 10 hogares estadounidenses con
hipotecas estaban “seriamente” en patrimonio neto negativo, según ATTOM
Data Solutions, con sede en Irvine, California, lo que significa que el
valor de sus viviendas a precios de mercado era al menos un 25 por
ciento más bajo que lo que les queda de hipoteca.
Es una mejora
con respecto a 2012, cuando los precios medios tocaron fondo y los
inmuebles con patrimonio neto negativo llegaron al 29 por ciento (12,8
millones de hogares). Aun así, es el doble de la tasa considerada
saludable por los analistas inmobiliarios.
“Estos son los mercados inmobiliarios que la recuperación olvidó”, dijo Daren Blomquist, vicepresidente de ATTOM.
La
secuelas persistentes de la crisis son profundas. Pero han afectado
mucho más en ciudades de extrarradio de la mitad este de los Estados
Unidos, según un análisis de Reuters de los datos por condados.
Entre
las zonas más afectadas se encuentran ciudades dormitorio en las
regiones del Medio Oeste, la región del Atlántico Medio y el Sudeste,
donde las rentas y el crecimiento del empleo han sido más débiles que la
media nacional.
A 30 de junio, casi uno de cada 10 hogares estadounidenses con
hipotecas estaban “seriamente” en patrimonio neto negativo, según ATTOM
Data Solutions, con sede en Irvine, California, lo que significa que el
valor de sus viviendas a precios de mercado era al menos un 25 por
ciento más bajo que lo que les queda de hipoteca.
Es una mejora
con respecto a 2012, cuando los precios medios tocaron fondo y los
inmuebles con patrimonio neto negativo llegaron al 29 por ciento (12,8
millones de hogares). Aun así, es el doble de la tasa considerada
saludable por los analistas inmobiliarios.
“Estos son los mercados inmobiliarios que la recuperación olvidó”, dijo Daren Blomquist, vicepresidente de ATTOM.
La
secuelas persistentes de la crisis son profundas. Pero han afectado
mucho más en ciudades de extrarradio de la mitad este de los Estados
Unidos, según un análisis de Reuters de los datos por condados. Entre
las zonas más afectadas se encuentran ciudades dormitorio en las
regiones del Medio Oeste, la región del Atlántico Medio y el Sudeste,
donde las rentas y el crecimiento del empleo han sido más débiles que la
media nacional.
Las promociones en comunidades periféricas suelen sufrir más en las
recesiones. Pero en esta ocasión ha sido aún más duro, según los
analistas, porque las subidas en el precio de la vivienda fueron
desmesuradas, y las economías de muchas de estas áreas metropolitanas
del Medio Oeste y el Este han quedado rezagadas respecto de las áreas
más vibrantes del país.
“Los mercados que se recuperaron con
fuerza son los mercados costeros”, dijo Mark Zandi, economista jefe de
Moody’s Analytics. Según explica, las restricciones de oferta de suelo y
las ventas a compradores internacionales han contribuido a mantener la
demanda en esas zonas. “En el medio del país, tienes economías más
planas. No hay restricciones de oferta. Todas estas cosas han pesado
sobre los precios”.
Además de los extrarradios, las
urbanizaciones de militares mostraron altas concentraciones de viviendas
con patrimonio negativo, según el análisis de Reuters. Cinco de los 10
principales condados en dicha situación se encuentran cerca de bases
militares y cuentan con grandes poblaciones de soldados en servicio y
veteranos.
Muchas de estas familias obtuvieron financiación a
través del Departamento de Asuntos de Veteranos de EEUU. Este organismo
facilita que los militares obtengan hipotecas, pero hace todo lo posible
para evitar la morosidad. Es una de las principales razones por la que
muchos militares endeudados se han aferrado a sus hogares con patrimonio
negativo aun cuando millones de civiles las dejaron.
Un
historial crediticio deficiente puede amenazar la autorización de
seguridad (permiso otorgado para acceder a información clasificada o
áreas restringidas) de un soldado. Y aquellos que entran en impago nunca
recibirán otro préstamo a través del organismo.
En cualquier caso, las decisiones son muy dolorosas entre los atrapados
con hipotecas más altas que el valor de sus viviendas. Vender a precios
actuales significaría asumir grandes pérdidas y tener que desembolsar
efectivo para cubrir la deuda hipotecaria. Con el alquiler de estas
propiedades a menudo no se cubren los costes mensuales de la deuda. Por
último, declararse insolventes supone arruinar la puntuación crediticia
para muchos años.
Los precios parecían atractivos para los que habían comprobado los
elevados precios en las grandes urbes. Pero los recién llegados no
comprendieron lo irracionales que se habían vuelto las cosas: en el
punto más alto, los precios de algunas viviendas aumentaron en más del
25 por ciento en cuestión de meses.
Hoy en día, casas que una vez
superaron los 300.000 dólares ahora se venden por tan solo 72.000. Pero
incluso a esos precios, hay casas vacías que no encuentran comprador en
el mercado. Cuando desapareció el crédito fácil, también se esfumaron
un gran grupo de posibles compradores.
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