MADRID.- La batería de medidas que prepara China para dar el paso definitivo y
convertirse en la primera economía mundial de pleno derecho está
quitando el sueño en los mercados. Entre el 26 al 29 de octubre, el
Partido Comunista de China (PCCH) debatirá su decimotercer Plan
Quinquenal en el plenario anual que se celebrará en Beijing. El objetivo
es lograr un crecimiento económico de mayor calidad y más sostenible a
largo plazo y, en definitiva, abrir su mercado a la inversión exterior, según 'El Nuevo Lunes'.
El cambio del modelo económico de China y el programa de reformas y
ajustes que el gobierno pondrá en marcha los próximos cinco años vuelven
a situar a la
segunda economía mundial en el foco de los mercados.
A finales de mes, el Partido Comunista de China (PCCh) debatirá su
decimotercer Plan Quinquenal en el plenario anual que se celebrará en Pekín entre el
26 al 29 de este mes. A la espera de que las autoridades chinas
arrojen algo más de luz sobre la política monetaria futura, y de su
aprobación posterior en
la Conferencia Económica Central de diciembre, la incertidumbre se
ha instalado de nuevo entre los inversores.
“China tiene muy claro que debe ir aproximándose a una situación que
la convierta claramente en la primera economía mundial. En este
sentido, se dirige
hacia una economía con un crecimiento sostenible y muy apoyado en la
demanda interna y no tanto en el sector exterior. Y, en definitiva,
hacia una economía
mucho más abierta”, señala José Luis Martínez Campuzano, estratega
jefe de Citigroup en España.
Una economía en transición
Sin embargo, son muchos los interrogantes que se plantean sobre el
gigante chino. “Tenemos muchas dudas sobre la nueva economía pero, al
final, vemos que
el gobierno chino tiene margen para actuar y la mayoría de las
medidas que ha tomado han sido bien recibidas. En definitiva, es una
cuestión de que lo
puedan manejar o no” dice este estratega. “Yo creo que sí pueden
manejarlo, pero es evidente que nos falta información para entenderlo”.
Desde su
perspectiva “están asumiendo un política económica y financiera que
por sus características, solo China puede hacer en tan poco tiempo. Y no
solo a nivel
político sino también financiero”. Y este tipo de medidas se dan en
un momento especialmente complicado y en un contexto de desaceleración
de la economía
mundial.
Los cambios parecen más claros a cinco años, dice. Sin embargo, “hay
un debate mucho más profundo sobre si estos cambios económicos son
compatibles con el
régimen político existente, dentro de diez a 15 años”. A corto
plazo, el Banco Central de China tiene aún mucho margen para seguir
manteniendo la máquina
de la economía funcionado”, dice este experto. China tiene un
endeudamiento público pequeño, tipos de interés que se pueden recortar y
puede aumentar el
volumen de préstamos, entre otros aspectos. Las reservas totales de
China de casi son 3,9 trillones de dólares que la gran mayoría están
invertidos en
dólares (4 trillones de dólares).
Por otra parte, preocupa la crisis de ahorro a nivel mundial porque
hay un exceso de liquidez. Y si por algún motivo se empiezan a vender
activos, “no hay
mercado de oferta y demanda”, según el estratega. China ha vendido
en los últimos meses parte de sus reservas y, aunque el mercado ha sido
capaz de
absorberlo, es un tema que preocupa.
En los mercados “hay incertidumbre pero no la inquietud que ha
llegado casi al pánico en la segunda mitad del mes de agosto y a
principios de septiembre,
dice José Luis Martínez Campuzano. “No es un cambio a gratuito”,
asegura. Posiblemente “no habría problemas si estos cambios se
realizaran con un
crecimiento en la economía mundial del 3%. “Ahora bien, ocurre con
ritmos de crecimiento del 2,5% que, históricamente, han estado más cerca
de la recesión
que de la expansión económica”, dice. “Si en lugar de estar hablando
de China lo hiciéramos de otro país, habría un consenso de que el coste
sería una
recesión en ese país. Y aquí no lo hay”.
Pierre Sarrau, director adjunto de inversiones en Estrategias
multiactiv considera que hay una posibilidad razonable de que “el
pesimismo actual en torno a
China sea exagerado, como también lo fue la exuberancia registrada
hace algunos meses”, pero asegura que “la labor de hacer de China una
economía basada en
el sector servicios es draconiana”, Y “hay muchos aspectos que
podrían ir mal”. Lo que sí sabemos, dice, es que habrá consecuencias
para aquellas economías
que realizan notables exportaciones a China y para los precios de
las materias primas, que ya se encuentran bajo presión.
Parte de la estrategia del gobierno chino para pasar al siguiente
nivel de su economía pasa por conseguir una mayor apertura de sus
mercados financieros a
la inversión exterior. “China está fuertemente decidida a introducir
el yuan o renmimbi en la cesta de monedas reserva (SDR) del Fondo
Monetario
Internacional (FMI)”, dicen los analistas de Capital at Work. “Para
el Banco Popular Chino (PBOC), la inclusión en los derechos especiales
de giro es una
manera de forzar el tipo de cambio a cotizar más orientada al
mercado”. Según las estimaciones de los traders de divisa el PBOC está
interviniendo unos 10
billones de dólares al día para prevenir una depreciación.
Resistencia de EE UU
Aunque muchos expertos consideran que la divisa china debería formar
parte de la cesta de monedas del FMI por el peso de su economía y sus
características,
EE UU se resiste por el momento. En agosto, el FMI anunciaba que
retrasaría su decisión de incluir el yuan en su cesta de derechos
especiales de giro y
dudaba del régimen de fijación de tipo de cambio.
Tras la apertura de las Bolsa china a la inversión extranjera, y las
tres devaluaciones del yuan, en el mes de agosto, su último paso ha
sido la apertura
del mercado interbancario de divisas a las entidades extranjeras.
Esto supone que a partir de ahora los inversores extranjeros podrán
comerciar con
productos de este tipo de mercados. Y sobre todo, facilita
aprovechar el potencial de su mercado de bonos local, el tercer mayor de
renta fija del mundo,
según Cary Yeung, director de deuda de Gran China de Pictet AM y
gestor de Pictet-Chinese Local Currency Debt. Según el gestor, este
mercado crece
rápidamente, ofrece rentabilidades atractivas y potencial de
apreciación de la divisa a largo plazo. De hecho, “la rentabilidad a
vencimiento es más del
doble que el equivalente de EEUU, con baja volatilidad (ha llegado a
ser este año 2,6% anualizada por el índice China Bond Composite), con
baja correlación
con otros tipos activos de renta fija”, dice.
No obstante, el mercado de bonos en moneda local en China está en
sus primeras etapas de desarrollo. De momento las autoridades han tomado
medidas
significativas para que evolucione, incluyendo programas de acceso a
inversores extranjeros mediante esquemas IIEC y RQFII (RMB Qualified
Foreign
Institutional Investor) para invertir directamente en China en
renminbi. Además, el gobierno chino ha relajado las restricciones de
acceso de Bancos
Centrales y fondos soberanos, con registro en lugar de aprobación y
capacidad para comerciar derivados, “repos” y permutas de tipos de
interés”.
Plan Quinquenal 2016-2020
La aprobación del borrador del nuevo plan quinquenal 2016-2020 que
saldrá del próximo plenario anual del partido Comunista de China que se
celebrará del 26
al 29 de este mes, tiene como finalidad avanzar en el proceso de
cambio del modelo chino de desarrollo.
Según los medios oficiales de este país, el gobierno de la segunda
economía del mundo quiere poner menos énfasis en la industria pesada y
más en políticas
que favorezcan el consumo privado doméstico, así como en una apuesta
por la innovación y el desarrollo. El objetivo es lograr un crecimiento
económico de
mayor calidad y más sostenible a largo plazo.
El nuevo plan quinquenal será lanzado el próximo año y la economía
se ajustará a lo que las autoridades denominan "la nueva normalidad" con
ritmos de
crecimiento inferiores pero, previsiblemente, más sostenibles a
largo plazo.
Frente al temor de los mercados de una ralentización de la economía,
el gobierno chino ha asegurado que China logrará cumplir sus objetivos
macroeconómicos
para el ejercicio 2015 y prevé que el PIB crezca este año en torno a
un 7 %, el menor incremento en 24 años. El primer ministro chino, Li
Keqiang, ha
anunciado que “China ha adoptado regulaciones macroeconómicas
eficaces, concretas y discrecionales para garantizar que la economía
continúe moviéndose en
una dirección positiva pese a los altibajos”.
Entre los organismos financieros internacionales y analistas se
cuestiona que el país consiga mantener ese ritmo en lo que queda de año
ante la
desaceleración de la economía.
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