BRUSELAS.- La Comisión Europea ha propuesto este viernes
medidas para impulsar la movilidad de los trabajadores comunitarios en
toda la Unión Europea, con el objetivo de protegerles ante el riesgo de
discriminación por su nacionalidad y de favorecer que busquen empleo en
otros Estados miembros.
"La libertad de movimiento es un principio clave del mercado único
y, con índices de desempleo mucho más elevados en unos Estados miembros
que en otros, es fundamental hacérselo más fácil a aquellos que quieren
trabajar en otro país", ha dicho el comisario de Empleo, Asuntos
Sociales e Inclusión, László Andor, al presentar la propuesta.
Bruselas considera que existe un vacío de información sobre los
derechos que asisten a los trabajadores públicos y privados que se
desplazan en la Unión Europea para buscar empleo y también cierto
desconocimiento sobre la aplicación de la legislación.
Por ello, plantea que los Estados miembros creen puntos de
atención a escala nacional para ofrecer "información, asistencia y
asesoramiento para que los trabajadores migrantes de la UE y los
empleadores estén mejor informados sobre sus derechos".
También pide que se garanticen los medios necesarios en cada
Estado miembro para la reparación de daños de los trabajadores de otros
Estados miembros y que se autorice a sindicatos, ONG y otras
organizaciones a iniciar procedimientos judiciales o administrativos en
nombre de trabajadores individuales en caso de discriminación.
Un 15 % de los ciudadanos de la Unión Europea preguntados en una
encuesta de 2011 afirmaron que no consideraban trasladarse a otro país
comunitario porque consideraban que existen demasiados obstáculos.
Entre los principales problemas que ven los europeos a la hora de
buscar trabajo en otro Estado de la UE figura las diferencias en los
procesos de selección y condiciones de trabajo, la prevalencia de
nacionales para alcanzar determinados puestos y los problemas a la hora
de acceder a beneficios sociales determinados.
El comisario Andor ha recalcado que la movilidad laboral es una
posibilidad en la que "todos ganan", porque beneficia a las economías
tanto del país de origen como del de acogida y también a los
trabajadores. "Esta propuesta ayudará a los trabajadores a superar los
obstáculos para trabajar en otro país de la UE", ha celebrado el
comisario.
Unos 9,5 millones de euros, es decir, un 3 % de la población
activa de la UE, vive y trabaja en un Estado miembro diferente al propio
y otro 1,2 millones de trabajadores trabajan en otro país aunque siguen
viviendo en el de origen, pese a la falta de información y de
protección que a veces afrontar por esta movilidad, según la Comisión
Europea.
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