NICOSIA/MOSCÚ.- Chipre ordenó a sus bancos permanecer cerrados hasta la semana que
viene mientras el Gobierno trataba el miércoles de evitar un colapso
financiero recurriendo a Rusia, después de que el Parlamento chipriota
rechazara los términos de un rescate de la Unión Europea.
"No tenemos días o semanas, sólo tenemos horas para salvar a
nuestro país", dijo Averos Neophytou, número dos del gobernante
Democratic Rally, mientras las conversaciones de crisis en
Nicosia se adentraban en la noche. Los bancos van a permanecer cerrados
el resto de la semana y no reabrirán hasta el martes, tras un lunes
festivo.
Con el ministro de Finanzas chipriota, Michael Sarris, en Moscú,
el Ministerio de Finanzas ruso dijo que Nicosia había solicitado 5.000
millones de euros (6.500 millones de dólares) adicionales, además de una
extensión de cinco años y de menores intereses sobre un préstamo ya
existente de 2.500 millones de euros.
Rusia tiene un especial interés en el pequeño país, ya que muchos de sus ciudadanos tienen ahorros en Chipre.
En una votación el martes, el Parlamento de la isla rechazó una
propuesta para imponer un impuesto sobre los depósitos bancarios a
cambio de un rescate de 10.000 millones de euros de la UE.
El rechazo que ha causado conmoción tras las estrictas medidas de
austeridad aceptadas en los últimos tres años por países afectados por
la crisis: Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia.
Ante la perspectiva de una retirada masiva de fondos de los
bancos, un funcionario de gobierno dijo que éstos permanecerían cerrados
el jueves y viernes, por lo que el próximo martes, 26 de marzo, será el
próximo día laborable normal. Grecia dijo que las sucursales griegas de
bancos chipriotas también permanecerían cerradas.
Los negocios en Chipre ya estaban sintiendo las consecuencias, ya
que la gente sólo podía retirar cantidades limitadas de los cajeros. El
sector bancario de la isla se ha visto afectado por su exposición a la
vecina Grecia, donde comenzó la crisis de deuda de Europa.
El negociador del Banco Central Europeo sobre Chipre, Joerg
Asmussen, dijo que el BCE tendrá que retirar su ayuda a los bancos
chipriotas a menos que el país tome el rescate rápidamente.
"Podemos entregar liquidez de emergencia sólo a bancos solventes y
(...) la solvencia de los bancos chipriotas no puede ser asumida si no
se acuerda un programa de ayuda pronto, que permitiría una rápida
recapitalización del sector bancario", declaró Asmussen al semanario
alemán Die Zeit en una entrevista realizada el martes por la noche.
Los chipriotas rechazaron las exigencias de la Unión Europea de
establecer un impuesto sobre los depósitos bancarios para recaudar 5.800
millones de euros, una medida sin precedentes cuyos opositores afirman
que habría violado el principio detrás de una garantía sobre los
depósitos de hasta 100.000 euros en vigor en toda la UE.
El ministro de Energía chipriota, George Lakkotrypis, también
estaba en Moscú, oficialmente para una exposición de turismo, pero su
presencia alimentó la especulación de que podría estar sobre la mesa el
acceso a reservas de gas no exploradas como parte de un acuerdo por
ayuda rusa.
"Tuvimos una discusión muy honesta, hemos remarcado lo difícil
que es la situación", declaró Sarris a periodistas tras reunirse con su
homólogo ruso Anton Siluanov en Moscú.
"Ahora continuaremos con nuestra discusión para encontrar la
solución por la que esperamos que obtendremos algún apoyo. No hubo
ofertas, nada concreto", añadió.
Moscú tiene sus propios intereses en asegurar la supervivencia de
los bancos en Chipre, un refugio seguro para miles de millones de euros
de empresas y ciudadanos rusos -un factor que influyó en la resistencia
de Alemania y otros países del norte de Europa a rescatar a Chipre sin
la contribución de los depositantes.
Crecían las especulaciones sobre la forma que tomaría la ayuda
rusa. El portavoz del Gobierno chipriota, Christos Stylianides, negó un
informe de medios griegos respecto a que Chipre había alcanzado un
acuerdo para que inversores rusos compren el segundo mayor banco
chipriota, Cyprus Popular, que fue tomado por el Estado el año pasado.
El impuesto propuesto se habría llevado casi un 10 por ciento de
las cuentas de más de 100.000 euros. Las cuentas más pequeñas se habrían
visto afectadas, aunque el Gobierno propuso suavizar el golpe eximiendo
a los ahorradores con menos de 20.000 euros.
La canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país es el principal
pagador de Europa, dijo que el Gobierno chipriota tenía que encontrar
una propuesta alternativa, pero que era justo esperar que aquellos con
más de 100.000 euros en las cuentas -el límite garantizado- contribuyan
al rescate.
La UE tiene antecedentes de presionar a países pequeños para que voten de nuevo hasta lograr el resultado deseado.
Nicosia estaba inquietantemente tranquila el miércoles, y había
indicios de que el cierre de las entidades bancarias ralentizaba el
comercio.
"Las cosas no irán tan mal mientras la gente pueda sacar dinero
de los cajeros, pero si se acaba habrá un enorme problema", dijo Titos
Pitsillides, de 50 años. Varias gasolineras se negaban a aceptar
tarjetas de crédito, insistiendo en los pagos en efectivo.
El portavoz del Gobierno Christos Stylianides dijo que se estaba trabajando en un plan B.
El presidente Nicos Anastasiades, que apenas lleva un mes en el
cargo, se reunió con líderes de su partido, su gobierno, y funcionarios
de la "troika" de prestamistas de la UE, BCE y Fondo Monetario
Internacional.
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