jueves, 31 de enero de 2013

El déficit español de 2012 superará la meta pero no dañará la prima

MADRID.- El Gobierno español confía en demostrar que los esfuerzos exigidos a sus empobrecidos ciudadanos han dado frutos en términos de reducción del déficit fiscal, pese a que la meta originalmente pactada con Bruselas podría no haberse cumplido en un severo clima de crisis económica.

Una fuente del Ministerio de Hacienda señaló que el departamento tiene previsto anunciar las cifras de déficit público de 2012 hacia la mitad del mes de febrero.

Al calor de recientes declaraciones del Ejecutivo, apuntando a que España presentará un saldo satisfactorio de sus cuentas públicas de 2012, tanto mercados como analistas anticipan que esta vez, cuando se divulgue el déficit presupuestario del año pasado, la prima de riesgo no pondrá en jaque al país, disparando las expectativas de una inevitable solicitud de rescate.

"El déficit rondará el 7,0 por ciento del PIB y no creo que esto se haga notar en la prima de riesgo", dijo Santiago Sánchez Guíu, coordinador de economía del Instituto Flores de Lemus de la Universidad Carlos III.

La previsión del Gobierno para 2012 comprometida con Bruselas se estableció en un déficit del 6,3 por ciento, desde el 9,1 por ciento del año anterior.

"En materia de déficit, hay un tema clave que es la evolución del PIB, que ahora es peor que el previsto y es fundamentalmente por factores externos", dijo un ex ministro socialista. "En base a esto, los mercados entienden perfectamente que tengamos un déficit algo mayor que el objetivo".

Las dificultades de España para reconducir su abultado déficit fiscal en una recesión provocada por la debacle del sector inmobiliario son uno de los principales motivos que han situado al país en el visor de los mercados en la actual crisis de deuda europea.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo recientemente que las cuentas de 2012 revelarán el "enorme esfuerzo" llevado a cabo por todas las administraciones españolas para reducir el déficit en un escenario de desplome económico.

Por su parte, el titular de Industria, José Manuel Soria, sugirió la pasada semana que el ajuste podría superar incluso los dos puntos porcentuales.

"Una eventual desviación del déficit ahora mismo no va a tener un contagio fuerte en los mercados, puesto que está bastante descontada", apostilló José Ignacio Torreblanca, director del Consejo de Relaciones Exteriores en Madrid.

Desde principio de año, la prima de riesgo española, medida en la diferencia entre el bono nacional y el alemán a 10 años, se ha estabilizado en torno a los 350 puntos básicos, lejos de los máximos históricos de julio, cuando alcanzó niveles próximos a los 640 pb.

Al margen de que la cifra final de déficit de 2012 pueda superar en unas décimas el objetivo de reducción previsto en el calendario de consolidación fiscal, analistas y autoridades económicas españolas y comunitarias coinciden en que lo esencial es que España continúe con su voluntad reformista para hacer sostenible el futuro de las cuentas públicas del país.

"La voluntad y la transparencia contable existe y el Gobierno español ha sido de los primeros en Europa en seguir a rajatabla las recomendaciones fiscales de Bruselas", dijo Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.

Además, analistas consideran fundamental para la credibilidad del país presentar las cuentas de una sola vez, a diferencia de lo ocurrido el año pasado con el déficit de 2011.

"Cuanto más rigor y eficacia se presenten sobre las cuentas públicas, tanto mejor", en opinión de Sánchez Guíu.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, alabó recientemente los esfuerzos realizados por España para mejorar sus cuentas públicas, aunque advirtió al Gobierno de que debe perseverar en esa dirección.

Precisamente, el énfasis del Gobierno en ajustarse al cinturón fiscal dictado desde Bruselas ha generado numerosas críticas por ignorar los efectos nocivos que tienen los ajustes en la actividad económica durante un ciclo recesivo.

El clima de deterioro económico que atraviesa el país, sumergido en su segunda recesión en cuatro años, ha limitado la capacidad recaudatoria de sus administraciones públicas, tanto la central como, sobre todo, las periféricas.

"En el pasado hemos destacado que el principal riesgo para la consolidación fiscal viene de las desviaciones del déficit regional", dijo en una nota a clientes HSBC, que no obstante reconoce que en este último ejercicio ha habido avances significativos en esta materia.

Cataluña dijo recientemente que no cumplió con el objetivo de rebajar su déficit fiscal hasta el 1,5 por ciento en 2012 y esta misma semana anunció que ha pedido 9.000 millones de euros al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) para pagar los vencimientos de bonos y financiar un déficit cercano a los 1.400 millones de euros para 2013.

En contraste con esto, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció esta semana que la recaudación fiscal del Estado central alcanzó el año pasado el nivel presupuestado gracias al aumento de impuestos como el IRPF, el IVA y la modificación del impuesto de sociedades.

Otra de las mayores preocupaciones que ha gravitado sobre el Gobierno se refiere al quebranto de una parte del sistema financiero del país, que ha requerido la ayuda de fondos procedentes de Bruselas por un total de unos 40.000 millones de euros.

No obstante, aunque el déficit pueda verse adicionalmente inflado por esta circunstancia, el hecho de que no compute bajo el régimen comunitario de déficit excesivo le resta gravedad.

Con todo, la contrapartida a tantos sacrificios presupuestarios, muy especialmente en los ámbitos de educación y sanidad, podría venir de la Comisión Europea, curiosamente el principal instigador de los recortes presupuestarios en España.

Esta misma semana, Rehn dejó la puerta abierta a una nueva flexibilización del calendario de consolidación fiscal después de que en julio pasado ya concediera a España un año de prórroga hasta 2014 para que el déficit no supere el límite comunitario del 3 por ciento.

"Parece que las cosas apuntan en esa dirección (relajación del calendario), sobre todo por la literalidad de los términos referidos a cómo se están haciendo las cosas", añadió Sánchez Guíu.

Rehn señaló que cualquier decisión al respecto vendrá después del 22 de febrero, cuando se divulguen las previsiones macroeconómicas de los países europeos.

Además, Bruselas considera esencial mejorar el déficit estructural, que va más allá de la coyuntura económica, aspecto donde España también habría hecho progresos.

A este respecto, Rehn señaló en noviembre que la Comisión Europea se centraría en el déficit estructural, y no en el nominal, a la hora de evaluar si España tomó medidas efectivas para reducir el saldo negativo como parte del procedimiento de la Unión Europea por déficit excesivo.

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