CAMP DAVID.- Los líderes
del G-8 apoyaron el sábado los esfuerzos para mantener a Grecia dentro
de la zona euro y prometieron tomar las medidas necesarias para afrontar
las turbulencias financieras, revitalizando al mismo tiempo sus
economías, cada vez más amenazadas por la crisis de deuda de Europa.
En un comunicado de evidente respaldo a Europa, los
dirigentes de las ocho economías más ricas e industrializadas del mundo
reunidos en Camp David (Estados Unidos), dijeron que la recuperación
económica global mostraba señales prometedoras pero que persistían
"factores adversos significativos".
"Ante este escenario, nos comprometemos a tomar todas
las medidas necesarias para fortalecer y revigorizar nuestras economías y
combatir las tensiones financieras, reconociendo que no son las mismas
para todos nosotros", señalaron en el comunicado emitido al final de su
encuentro en Maryland.
Los jefes de Estado abordaron además el debate que se
está dando en Europa para equilibrar la reducción de las deudas con
medidas destinadas a apoyar el crecimiento.
"Reafirmamos nuestro interés en que Grecia se mantenga
dentro de la zona euro, respetando al mismo tiempo sus compromisos",
indicó el escrito.
Fue inusual que el comunicado del G-8 -a menudo
documentos anodinos- mencionara a una nación pequeña. Pero el temor al
estancamiento político en Grecia, que podría llevar al país mediterráneo
a dejar la unión monetaria de Europa con efectos desconocidos para el
sistema financiero, ha aterrado a los mercados globales.
El presidente estadounidense, Barack Obama, y los
líderes de otras potencias económicas también discutieron formas de
calmar a los mercados tras los temores causados por los problemas
bancarios de España, que provocaron el derrumbe de las acciones a sus
niveles más bajos este año.
Obama había abierto la sesión prometiendo buscar formas
de restablecer la salud del crecimiento y el empleo y de hacerse cargo
de los temores en Europa.
"Todos nosotros estamos absolutamente comprometidos con
asegurar que tanto el crecimiento como la estabilidad, y la
consolidación fiscal, sean parte de un paquete general, con el fin de
lograr el tipo de prosperidad para nuestros ciudadanos que todos estamos
buscando", dijo Obama.
Tras una reunión el sábado con Obama, el primer
ministro británico, David Cameron, dijo que detectaba una "creciente
sensación de urgencia sobre la necesidad de tomar medidas" ante la
crisis de la zona euro.
Londres depende fuertemente de las finanzas
internacionales y la inestabilidad bancaria asestaría un nuevo golpe a
una economía que ya está en recesión.
Los líderes de la Unión Europea recalcaron el viernes
que se mantendrían firmes en la protección a sus bancos, después de
informaciones sobre una escalada de créditos malos que mostraron la
amenaza de que un rescate a los bancos españoles quebraría la economía
del cuarto mayor miembro de la zona euro.
"Haremos lo que sea necesario para garantizar la
estabilidad financiera de la zona euro", dijo el presidente de la UE,
Herman Van Rompuy.
Previamente, el presidente francés, François Hollande,
sugirió usar los fondos de Europa para inyectar capital a los bancos de
España, lo que podría marcar una aceleración significativa de los
esfuerzos de rescate de la UE.
Un diario italiano informó de que el primer ministro
italiano, Mario Monti, propuso durante la cumbre la creación de un
sistema paneuropeo de seguros de depósitos bancarios. No hubo
declaraciones inmediatas sobre el tema.
Equilibrar una agenda de crecimiento con esfuerzos para
reducir la deuda de Gobierno mediante restricciones fiscales fue parte
crucial de las discusiones del G-8. Obama se ha puesto de lado de Monti y
Hollande para dar más énfasis al crecimiento.
Eso presiona a la canciller alemana, Angela Merkel, que
ha impulsado medidas de austeridad fiscal como forma principal para
reducir los inmensos niveles de deuda que afectan a las economías
europeas.
Obama, en la reunión del sábado sobre economía global,
aconsejó un acercamiento equilibrado, diciendo que no debería haber
"impulsos artificiales", dijeron fuentes de las delegaciones.
"Necesitamos una agenda de crecimiento, que mantenga al
mismo tiempo una disciplina fiscal", dijo Obama, según información de
las fuentes.
En la foto de grupo del G-8, Obama también buscó un
equilibrio. Posó en medio de los líderes de las principales potencias de
Europa -Francia y Alemania-, a su derecha y a su izquierda,
respectivamente.
Un asesor de Hollande dijo que el mensaje de crecimiento de Francia estaba ganando apoyo.
"Las posiciones que él ha tomado están viendo una
respuesta extremadamente positiva, no sólo en Europa, sino también en
Estados Unidos, Canadá y Japón", sostuvo el asesor.
En la agenda de la cumbre también se abordó la
preocupación por los precios del petróleo y de los alimentos, además de
las tensiones generadas por Afganistán, Irán, Siria y Corea del Norte.
Se rumoreó que Obama iba a usar la sesión sobre temas
de energía para buscar apoyo al uso de las reservas de petróleo de
emergencia antes de que el embargo de la Unión Europea sobre el crudo
iraní entre en vigor en julio.
Sin embargo, el comunicado sobre el tema sólo indicó
que el G-8 pediría a la Agencia Internacional de Energía (AIE) que
tomara acciones pertinentes si se producían interrupciones de los
suministros de petróleo para los mercados mundiales y que los países
buscarán mantener estables los suministros.
La cumbre en Camp David dio inicio a cuatro días de una
actividad diplomática intensa que pondrá a prueba la capacidad de los
líderes para poner fin a la intranquilidad por la amenaza de otra crisis
financiera, mientras se retiran de una guerra impopular en Afganistán.
Tras el término de las negociaciones en Camp David,
Obama viajará a Chicago, donde encabezará una reunión de dos días de la
OTAN en la que la guerra en Afganistán será el tema principal.
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