sábado, 27 de enero de 2024

El gran baluarte de la OPEP ve cómo se hunde su industria petrolera


MADRID.- Arabia Saudí es el país que sostiene a la OPEP. La nación de Oriente Medio es la responsable de cerca del 32% de todas las remesas del cártel, siendo el tercer productor del mundo solo por detrás de EEUU y Rusia. Todo esto incluso con un potente programa de recortes voluntarios para impulsar el barril, pues el Reino ha pasado en menos de un año de producir 11,03 millones de barriles diarios a los 9 millones actuales, según elEconomista

Este es el motivo por el que los ojos del mundo miran a la nación asiática, que se ha convertido en uno de los grandes escudos de una materia prima ahogada por el enorme músculo de los pozos de EEUU y una demanda débil. Esta situación ha llevado a la nación musulmana a serios problemas económicos, con una recesión confirmada y peligros claros para los próximos meses.

En ese sentido, hay quien teme que estos problemas puedan perturbar a la nación y hacer que se replantee la idea de unos recortes que están mermando su cuota de mercado. Sin embargo, la economía está sorprendiendo a propios y a extraños y mostrando que, a pesar de que el 40% de su PIB depende de la industria petrolera, está teniendo un músculo inusitado que le podría permitir vivir este 2024 un crecimiento económico superior al 2%. 

Mientras el mundo se desacelera y el petróleo coquetea con descensos, los analistas creen que lejos de ver cómo su economía queda asediada, puede tener capacidad de redoblar la apuesta si es necesario o al menos, para aguantar en una buena posición este camino por el desierto.

Desde Capital Economics explican que el país puede recibir un potente golpe si el crudo se mantiene por encima de los 65 dólares el barril. En caso de mantenerse sobre esta línea, el gobierno local "tendrá suficiente fortaleza para financiarse de forma muy fácil".

 Incluso si cayera por debajo de esa línea "tendría que mantenerse allí de forma muy prolongada en el tiempo para que pueda afectar a los planes de Arabia Saudí". 

En caso de que esto ocurra esto supondría un golpe en la cuenta corriente del país de cerca del 4% de su PIB. Caídas inferiores también golpearían de forma muy sensible su industria clave y las expectativas son que el petróleo retroceda.

Sin embargo, incluso aunque se active el peor de los escenarios, el país tiene tres salvavidas que han provocado que los analistas no solo crean que pueden salir airosos, sino que puedan asumir la situación con fuertes crecimientos en su PIB.

 De hecho BNP Paribas da por hecho que la economía del país se disparará un 3,3% en 2024 tras una contracción del 0,3% este 2023. Desde Fitch estiman que este repuntará hasta el 2,6% y Moody's es el más optimista con un crecimiento que podría llegar al 4,6%. 

De estas tres 'llaves' para sobrevivir a un petróleo en retroceso, dos de ellas llevan preparándose durante años para las épocas de vacas flacas, mientras que la última ha surgido de forma inesperada.

Una economía en auge sin petróleo

El factor inesperado ha sido una economía 'on fire' al margen del petróleo. A pesar de que el sector petrolero ha vivido la mayor caída en su actividad económica en más de una década (-7,5%), su economía apenas cede un 0,3%. A pesar de que buena parte su PIB depende del 'oro negro', el resto de su tejido productivo ha vivido un fuerte repunte de su actividad a pesar de que los pozos de Aramco estén pagando los recortes de producción.

Según los datos oficiales del país, la actividad de los sectores 'no petroleros' vivió un auge del 6%. En 2022 este crecimiento fue incluso mayor (6,4%) aupado por un despertar poscovid que, según los expertos, podría diluirse de forma mucho más acelerada este año, pero la resistencia de este crecimiento está sosteniendo en buena medida su economía. En particular, este crecimiento se ha mantenido sobre el comercio minorista, la hostelería y la construcción.

Este último sector, aunque también el resto, han crecido al calor del agresivo plan de inversiones públicas del Gobierno de Arabia Saudí que está inmerso en una hoja de ruta de proyectos faraónicos e inyección de liquidez generalizado para, año tras año, ir activando nuevas fuentes de ingresos para ser cada vez menos dependientes del petróleo. "Es probable que sigamos viendo un crecimiento dentro de ese rango en el futuro previsible, posiblemente hasta 2030 y más allá", expresó el ministro de finanzas, Mohammed Al-Jadaan.

Los expertos de Goldman Sachs señalan que este crecimiento "viene derivado de la 'Estrategia Nacional de Inversión' para transformar su economía" pues "nuestros analistas estiman que el país gastará un total de 3,3 billones de dólares en una década para todo tipo de proyectos". 

Desde grandes fichajes en el mundo del fútbol como Benzema con Cristiano Ronaldo para convertir Riad en una de las grandes ciudades para el turismo, hasta grandes megaproyectos mineros, logísticos, de transporte y de energía limpia.

En el marco de esta estrategia también está un potente programa de impulso al consumo privado a través de políticas gubernamentales. Desde KPMG señalan más allá de las potentes inversiones programas de protección social y un techo a la gasolina que "están impulsando los ingresos de la población y, por tanto, el consumo". 

En ese sentido la consultora cree que el PIB Real vivirá un repunte del 4,4% aupado más por este sector no petrolero que por su potente industria energética. "El crecimiento continuo de la economía no petrolera impulsará una actividad económica más amplia y, por ende, los ingresos no petroleros en 2024".

Todos estos gastos saldrían de forma directa de los ingresos petroleros, pero la realidad es que, aunque los analistas de BNP Paribas señalan que "Arabia necesita al petróleo para seguir con estas grandes inversiones", el gobierno local tendría dos herramientas clave para afrontar una temporada difícil para el petróleo manteniendo el nivel actual de inversión directa en el país. Una posición privilegiada para el déficit y una cartera de activos en el extranjero para salvar su moneda y conseguir ingresos si fuera necesario.

Las armas secretas de Riad

Arabia Saudí está apostando por déficits optimistas del 1,2% para afrontar un petróleo a 80 dólares. Sin embargo su ministro de finanzas ha reconocido que esperan incurrir en déficit también los dos próximos años y si el crudo cayese aún más, el país tendría que recurrir de forma acelerada al mercado de deuda para sufragar sus presupuestos. 

En ese sentido los expertos de Capital Economics señalan que "se encuentra en una posición privilegiada con una relación de deuda con el PIB de solo el 23,2%". En ese sentido los analistas explican que "con los planes actuales podría estar incurriendo en un 3% de déficit cada año y no llegar hasta el 50% de deuda hasta dentro de una década". 

Además, una moneda fuerte y unos tipos en mínimos históricos otorgan al Gobierno "costes de endeudamiento muy favorables".

En ese sentido la gran amenaza de un petróleo barato es que su balanza comercial se desmorone, haciendo caer en un déficit en su cuenta corriente y arrastrando a su moneda "elevando la inflación y golpeando así su economía". 

Sin embargo, ahí es donde entra el escudo que Arabia ha preparado durante años, con un fondo soberano cargado de activos en dólares con los que 'rescatar' su moneda en caso de que el crudo barato la amenace.

"Aún queda un poco de camino para que Arabia pueda caer en déficit de cuenta corriente" afirman desde Capital Economics, que estiman que necesitaría un barril a 65 dólares para encontrarse en ese escenario. 

Sin embargo, su banco central cuenta con 436.900 dólares en sus reservas con los que podría rescatar su moneda mientras que el PIF (fondo soberano de Arabia) tiene 615.000 millones de dólares en ahorros de divisas, que equivalen al 53% del PIB. 

Para contextualizar la magnitud de este enorme colchón de liquidez, si el país tuviera un déficit del 4% de su PIB en cuenta corriente, una caída histórica, "el Reino podría vivir de sus activos externos durante trece años en esa situación".

Sin embargo, nada parece indicar que vaya a haber un desplome que obligue a una situación de emergencia de ese nivel. A pesar de que la Agencia Internacional de la Energía está advirtiendo de una oferta excesiva de petróleo frente a una demanda ralentizada por la economía mundial, la propia institución espera que el precio de referencia europeo encuentre un acomodo en los 82 dólares por barril durante todo el año, en línea con los precios actuales. 

Además las tensiones en Oriente Medio y la geopolítica podrían cambiarlo todo pero de momento, la economía de Arabia no parece ser un factor que pueda cambiar el mercado del petróleo.


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