martes, 2 de marzo de 2021

El "derecho a reparar" aparatos en la Unión Europea terminada la garantía será de diez años


BRUSELAS.- El llamado «derecho a reparar» es algo que llevan exigiendo los consumidores desde hace décadas. Ya sea escudándose en la propiedad intelectual, creando diseños complejos o limitando el acceso a piezas de repuesto, muchos fabricantes ponen muy difícil que los usuarios puedan arreglar sus propios dispositivos una vez acaba la garantía. Eso cambia desde esta semana con la nueva ley que ha entrado en vigor en la Unión Europea.

Desde el 1 de marzo de 2021, todos los fabricantes que vendan dispositivos como frigoríficos, lavadoras, secadores o televisores en la Unión Europea y Reino Unido, tendrán que garantizar que estos dispositivos pueden repararse durante un periodo de 10 años. Aunque Reino Unido esté fuera de la UE, el país tendrá que cumplir con los requisitos de los países europeos en normativa de consumo si quiere poder seguir vendiendo productos a países miembros.

El objetivo de esta ley es reducir los residuos electrónicos, los cuales han aumentado a niveles preocupantes en los últimos años, y dificultan el objetivo de la UE de llegar a ser neutrales en emisiones de carbono. Cada año, los europeos generan más de 16 kg de residuos electrónicos por persona. En torno a la mitad de ellos es debido a electrodomésticos. De ellos sólo se recicla el 40%, dejando una gran cantidad de residuos.

Desde la UE han destacado que es un gran problema para los usuarios que sea difícil acceder al interior de los dispositivos, ya sea porque estén pegados, porque estén diseñados para ser complejos, o porque una vez abiertos ya no sea posible volver a montarlos correctamente. La falta de piezas de repuesto es otro gran problema, donde una pequeña pieza de plástico puede inutilizar un dispositivo entero, y es difícil encontrarla en Internet. Esta frustración es aún mayor cuando el dispositivo es relativamente nuevo, con apenas unos años a sus espaldas.

Aunque la normativa obliga a los fabricantes a garantizar que haya piezas disponibles durante al menos 10 años, algunas sólo están disponibles para empresas profesionales de reparación para garantizar que se instalen correctamente.

Móviles, portátiles y otros dispositivos, el siguiente paso

La UE no quiere que la normativa se quede ahí, y en el futuro quieren ir un paso más allá y que sean los fabricantes los que digan antes de comprarlo cuánto esperan que dure el dispositivo y durante cuánto tiempo garantizarán que se puede reparar. Con ello, se fomentaría que los fabricantes creasen productos más duraderos. Una de las quejas más comunes que es algunos dispositivos se rompen justo después de terminar la garantía, haciendo pensar a los usuarios que la obsolescencia programada realmente existe.

Los dispositivos que podemos comprar desde hace ya unos años son muy modernos y eficientes. Reparar un frigorífico de hace 30 o 40 años no merece la pena, ya que además de usar gases nocivos para el medio ambiente para funcionar, son muy ineficientes. Sin embargo, uno moderno puede durar mucho tiempo con las reparaciones adecuadas.

La ley actual sólo cubre a los electrodomésticos y televisores porque son los más fácilmente accesibles por su gran tamaño. Sin embargo, el siguiente paso que quiere dar la UE es que la ley cubra también a móviles, portátiles y otros dispositivos electrónicos de pequeño tamaño. Reciclar un móvil o un portátil suele ser también importante debido a la presencia de metales raros y poco comunes que pueden usarse para crear nuevos dispositivos, además de que es posible encontrar nuevos usos para un portátil o un móvil con bastante facilidad, como un servidor, un HTPC, una cámara de seguridad, etc.

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