MOSCÚ.- El detonante de algunas de las mayores protestas en Rusia en años fue el arresto del político opositor y crítico del Kremlin Alexei Navalny, quien fue detenido a su regreso al país el mes pasado después de sobrevivir a una intoxicación por un agente nervioso.
Sin embargo, la ira es más profunda y algunos manifestantes, jóvenes y mayores, dicen que también han salido a las calles para expresar su frustración por el deterioro del nivel de vida y la brecha percibida entre una élite pequeña y adinerada y la gente común.
Los ingresos reales cayeron un 3,5% el año pasado, el desempleo está en su nivel más alto desde 2011 y se estima que la economía en 2020, muy afectada por la pandemia, ha sufrido su contracción más aguda en 11 años.
Navalny se centró en el desencanto por la desigualdad en un video de YouTube, publicado poco después de su detención y visto más de 106 millones de veces, que mostraba un complejo de palacio de 100 mil millones de rublos ($ 1,31 mil millones) en el sur de Rusia.
Navalny alegó que su dueño final era el presidente Vladimir Putin, una acusación que el Kremlin niega. Desde entonces, el ex compañero de entrenamiento de judo de Putin ha dicho que lo posee.
Alexandra, quien protestó en Moscú el 23 de enero, dijo que estaba sorprendida por el video, especialmente en un momento en que los médicos estaban luchando contra la pandemia de coronavirus.
“Me imagino el tipo de bonificación que reciben los médicos: unos 17.000 rublos (223 dólares)”, dijo la estudiante de 24 años, quien se negó a dar su apellido por temor a repercusiones con las autoridades.
"Y (el video) realmente me impactó, fue el colmo y decidí protestar".
Decenas de miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades del país el 23 de enero y poco más de una semana después, aunque las cifras fueron menores. Los funcionarios dicen que las estimaciones de los líderes de la protesta sobre las multitudes fueron exageradas.
La policía arrestó a miles de personas en ambos días, y durante el fin de semana en el centro de Moscú, se desplegó a cientos de policías antidisturbios para sofocar la disidencia.
Si bien muchos manifestantes se manifestaron bajo la bandera de Navalny, quien dicen que ha sido perseguido por las autoridades debido a su oposición a Putin, no fue la única razón para arriesgarse a ser arrestado. El Kremlin niega haber tratado a Navalny de manera injusta.
Sonya, una joven manifestante en Moscú el 31 de enero, dijo que apoyaba a la oposición, pero que también estaba motivada por una contracción económica.
"(Nuestro) país está en completo caos ... mira cómo viven los jubilados", dijo, mientras empuñaba un cepillo de baño dorado, un símbolo de protesta inspirado por la presunta presencia de tales cepillos en la propiedad que exhibió Navalny.
“Estoy aquí por mi familia, por mi abuela. Viviré en este país durante muchos años, pero quiero que mis familiares vivan mejor que ahora ”.
El rublo está cayendo por el temor a nuevas sanciones occidentales por el caso Navalny. Eso amenaza con impulsar la inflación, que alcanzó el 4,9% el año pasado, más por encima del objetivo del 4% del banco central.
El propio Putin ha expresado su preocupación por el aumento de los precios de los alimentos, un fenómeno que llevó al gobierno a introducir impuestos a la exportación de algunos alimentos para mantenerlos en el país y bajar los precios.
Reelegido por cuarta vez en 2018, Putin prometió que los ingresos reales disponibles aumentarían de manera constante y que la tasa de pobreza se reduciría al 6,5% para 2024.
Esos dos objetivos ahora se han pospuesto seis años hasta 2030, y los funcionarios citan la pandemia como la razón.
La cantidad de personas en Rusia que viven por debajo del umbral de la pobreza alcanzó los 18,8 millones, o el 12,8% del total de Rusia, en el tercer trimestre del año pasado, según muestran los datos oficiales. El número de personas en esa categoría aumentó en 700.000 en comparación con 2019.
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