miércoles, 9 de diciembre de 2020

Las autoridades de Reino Unido piden a los alérgicos que no se vacunen

 LONDRES.- Los reguladores oficiales británicos han emitido este miércoles una importante advertencia 24 horas después de ponerse en marcha la inyección de la vacuna del coronavirus en la población de mayor riesgo, alertando a las personas alérgicas de que no se vacunen al detectarse reacciones adversas en dos personas, según informan los medios británicos. Se trataría de dos trabajadores sanitarios del NHS (Servicio Nacional de Salud).

La Sanidad pública en Inglaterra confirmó este miércoles que dos sanitarios sufrieron una reacción después de recibir este martes la primera de las dos dosis de la vacuna, en el primer día del programa británico de vacunación contra el COVID-19. 

La Agencia Reguladora de Productos Medicinales y de Salud (MHRA, por sus siglas en inglés) emitió la advertencia para todas aquellas personas que en el pasado hayan experimentado reacciones alérgicas graves a fármacos, algunos alimentos u otra vacuna.

El NHS en Inglaterra precisó que todos los hospitales ingleses que participan en este programa han sido informados. Los reguladores piden que los centros donde se están administrando las vacunas tengan instalaciones adecuadas para atender a los afectados en caso de algún tipo de reacción.

Reacción anafiláctica

Al parecer, estos dos sanitarios tienen un historial clínico de alergias severas al llevar consigo autoinyectores de adrenalina, según indican este miércoles los medios británicos.

Poco después de ser vacunados, los dos sanitarios sufrieron una "reacción anafiláctica" pero se recuperaron una vez que recibieron el tratamiento adecuado, según las autoridades sanitarias.

Ese tipo de reacciones son repentinas y generalizadas, que suelen empezar con una sensación de hormigueo y mareo.

Las inmunizaciones empezaron este martes en cincuenta grandes hospitales del Reino Unido, en lo que el Gobierno ha denominado el "V-Day" (día de la V o de la vacunación).

Las primeras dosis están destinadas a los mayores de 80 años y empleados del sector sanitario y de residencias de ancianos, aunque los residentes en sí tendrán que esperar a que la logística permita el traslado al lugar de la vacuna en los próximos días.

El Reino Unido tiene comprometidas 40 millones de vacunas, que permitirán inmunizar a 20 millones de personas.

El escepticismo sigue ganando adeptos

Una minoría considerable de personas cree en teorías de conspiración sobre el coronavirus y las vacunas de COVID-19, según advierten algunos expertos, justo cuando los países se preparan para lanzar inoculaciones masivas para controlar la pandemia.

Los Gobiernos están tratando de convencer a la gente sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas para conseguir una masa crítica que las tome.

“Lo que estamos viendo es que, con la pandemia, las creencias conspiratorias pueden haberse convertido en la corriente principal, que ya no están confinadas a los márgenes”, dice a Daniel Freeman, profesor de psicología clínica de la Universidad de Oxford.

“Alrededor de una cuarta parte (de la población de Reino Unido) está contemplando estas ideas. Otra cuarta parte piensa constantemente en términos de ideas conspiratorias, y alrededor de una de cada 10 personas parece tener una tasa muy alta de aprobación de las teorías conspiratorias”.

La Organización Mundial de la Salud estima que es necesaria una tasa de cobertura de vacunas del 65-70% para alcanzar la inmunidad de la población a través de la vacunación, aunque la idea de la inmunidad de manada supone que una vacuna previene la transmisión, no solo la enfermedad en sí.

Una encuesta realizada en Reino Unido el mes pasado mostró que casi dos tercios de las personas se vacunarían contra la enfermedad. Sin embargo, muchos han expresado su inquietud por la velocidad con la que las empresas han desarrollado los fármacos para combatirla, y por los posibles efectos secundarios.

Según los datos publicados de los ensayos de vacunas obtenidos en lo que va de año por Moderna, la alianza BioNTech-Pfizer y AstraZeneca, los efectos secundarios no han sido graves ni duraderos.

Algunos también creen en afirmaciones infundadas difundidas por Internet, como que la pandemia fue creada por los Gobiernos para controlar a la población o que el cofundador de Microsoft, Bill Gates, quería utilizar las vacunas para insertar microchips rastreables en las personas.

En una reciente protesta en el centro de Londres, cientos de personas gritaron eslóganes contra las medidas de confinamiento y las vacunas de COVID-19.

Una manifestante, Michelle, dijo que la pandemia era un “engaño”. “Es un encubrimiento para reconfigurar toda la economía”, gritó.

Leila Hay, una estudiante universitaria de la ciudad de Hull, en el norte de Inglaterra, dice que terminó creyendo algo de lo que leyó en línea sobre las vacunas y la pandemia, aunque ahora dice que no tiene ningún fundamento.

“Miraba muchos grupos, estaban abiertos, para que cualquiera entrara, eran muy públicos y tenían muchos seguidores”, recuerda la joven de 19 años.

Algunas de las teorías que una vez propugnó Hay se difundieron a través de QAnon, una plataforma que se ha convertido en una teoría conspirativa paraguas que abarca información errónea sobre temas que van desde los aterrizajes extraterrestres hasta la seguridad de las vacunas.

Los seguidores de QAnon dicen que el llamado Gran Despertar viene a traer la salvación.

“Te vuelve muy paranoica porque piensas que todo el mundo está en tu contra, que el sistema está en tu contra y que el Gobierno está en tu contra”, dice Hay.

“Me preparaba constantemente para el peor de los escenarios, como si un nuevo orden mundial fuera a suceder.”

Freeman, el profesor de la Universidad de Oxford, dice que le ha sorprendido la cantidad de gente que alberga ideas infundadas.

“Creo que el pensamiento conspirativo puede ser pernicioso. Y, ya sabes, es un momento en el que todos necesitamos unirnos y las creencias conspirativas normalmente dividen.”

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