jueves, 12 de noviembre de 2020

Las partes enfrentadas en Libia acuerdan celebrar elecciones en 18 meses y formar un gobierno de unidad

 TÚNEZ.- Las partes enfrentadas en Libia han alcanzado un acuerdo preliminar sobre una 'hoja de ruta' para establecer un gobierno de unidad nacional y celebrar elecciones en un plazo de 18 meses, un pacto con el que se pondría fin a casi una década de conflicto en el país norteafricano.

El plan ha sido anunciado por la enviada especial de Naciones Unidas para Libia, Stephanie Williams, en una rueda de prensa al término del tercer día de conversaciones en Túnez en el seno del Foro de Diálogo Político Libio (LPDF), que continuarán durante esta semana.

Williams ha desvelado que el acuerdo contempla la celebración de "elecciones parlamentarias y presidenciales libres, justas, inclusivas y creíbles" y ha confirmado que se están abordando pasos de cara a una reunificación de las instituciones y el regreso de los desplazados a causa del conflicto.

Asimismo, ha resaltado que los participantes en el LPDF "han acordado que las elecciones deben celebrarse con una base constitucional", antes de hacer hincapié en que la redacción de la Carta Magna "es una decisión soberana libia". "Es una decisión muy importante", ha destacado.

"Los participantes tienen una oportunidad histórica para generar elecciones democráticas y un sistema unificado de gobernanza", ha manifestado. "Estoy segura de que lo lograrán y que la vía política alcanzará los excelentes logros que estamos logrando en las conversaciones militares", ha apuntado.

En este sentido, ha confirmado también "progresos en la operacionalización del alto el fuego" pactado el 23 de octubre en la ciudad suiza de Ginebra y ha añadido que los subcomités sobre seguridad y retirada de las fuerzas "se han reunido por separado" y "han presentado un plan" a la Comisión Militar Conjunta (JMC), parte de la 'vía de seguridad' pactada en la Conferencia de Berlín.

"El trabajo del LPDF debe construir y proteger los progresos que está logrando la vía militar", ha argüido Williams, quien ha incidido en que "el foro de diálogo debe dar respuestas a las demandas de la población".

Por otra parte, ha señalado que durante la jornada de este jueves se debatirán las competencias del Gobierno de transición y ha advertido contra las campañas de "desinformación" en torno a los trabajos que están siendo abordados por las partes para solucionar el conflicto.

"Vemos que hay un impulso de cambio en el país, pero habrá obstruccionistas, habrá gente que no quiere cambios", ha señalado, antes de condenar el asesinato el martes en Benghazi de la activista y abogada Hanan al Barasi. En este sentido, ha dicho que "la aplastante mayoría de libios quiere recuperar la soberanía y la unidad del país" y se impondrá a los que trabajan para mantener el 'statu quo'.

En el foro de diálogo participan decenas de representantes libios elegidos de "todos los segmentos políticos y la sociedad civil", según la UNSMIL, que ha subrayado que fueron elegidos a partir de "criterios igualitarios" a nivel geográfico, político, tribal y social. Entre ellos hay miembros de las autoridades enfrentadas en el país.

Los contactos entre las partes se han intensificado desde que el Gobierno de unidad, reconocido internacionalmente y respaldado militarmente por Turquía, rechazara la ofensiva lanzada en abril de 2019 por el general Haftar, que cuenta con el respaldo de Egipto, Rusia y Emiratos Árabes Unidos (EAU), contra la capital, Trípoli.

Las partes acordaron recientemente un alto el fuego permanente y han mantenido contactos en el interior del país para su aplicación, en el marco de las conversaciones en el seno de la JMC, que ahora se están desarrollando en la ciudad siria de Sirte tras unos primeros contactos en la localidad libia de Ghadames.

Por su parte, el primer ministro del Gobierno de unidad de Libia, Fayez Serraj, anunció a finales de octubre su decisión de dar marcha atrás en su compromiso de dimitir a la espera de los resultados del LPDF --del que debe salir el nuevo órgano ejecutivo al que le entregará el poder--, con el objetivo de evitar que el país caiga en una situación de vacío de poder.

Libia vive sumida en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011. El conflicto actual enfrenta al Gobierno reconocido internacionalmente, con sede en Trípoli, con el establecido en la ciudad de Tobruk, en el este, y sustentado por el general Haftar.

La duplicidad institucional en Libia se retrotrae a las elecciones parlamentarias de 2014, que dividieron las administraciones, sin que las asentadas en el este --anteriormente reconocidas por la comunidad internacional-- y el Gobierno de unidad, surgido de un acuerdo en 2015, consiguieran pactar su unificación desde entonces.

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