BUENOS AIRES.- Los grupos de acreedores privados Ad Hoc
Bondholder y Exchange Bondholder han presentado una nueva oferta a
Argentina en el proceso de reestructuración de la deuda en la que
aceptan unas pérdidas sobre la base del Valor Presente Neto (VPN) de
entre un 44% y 46% aproximadamente, frente al límite del 50% establecido
en las negociaciones por el Gobierno argentino.
Según fuentes consultadas por 'Bloomberg', los bonistas realizaron
la oferta durante el fin de semana y han reiterado la necesidad de
añadir en la oferta un incentivo vinculado al Producto Interior Bruto
(PIB) de Argentina que esté basado en los datos del Fondo Monetario
Internacional (FMI).
Las posturas entre ambas partes se acercan, aunque todavía falta
camino por recorrer. La semana pasada, el Ministerio de Economía
argentino había dado el visto bueno a un plan que representaba unas
pérdidas del VPN de aproximadamente el 50%, con un cupón sujeto a las
exportaciones agrícolas del país. Sin embargo, algunos de los presentes
en las negociaciones estarían dispuestos a asumir pérdidas de hasta un
48%.
El pasado 22 de mayo, Argentina entró en 'default' selectivo al no
cumplir con el cumplimiento de tres bonos globales por 503 millones de
dólares (444 millones de euros). Pese a esto, las conversaciones
siguieron activas entre los bonistas y el Gobierno.
En un primer momento, los grupos de acreedores Ad Hoc Bondholder,
en el que se encuentran fondos como BlackRock, T Rowe o Fidelity, y
Exchange Bondholder Group, lanzaron una contraoferta en la que mostraban
"los esfuerzos de colaboración". En concreto, los acreedores proponían
un acuerdo conjunto que suponía el alivio en el flujo de unos 36.000
millones de dólares (32.345 millones de euros) durante los próximos
nueve años.
Por su parte, el presidente de Argentina, Alberto Fernández,
aseguró que el país mejoraría su oferta en el proceso de
reestructuración de deuda, por la que se planteaba un canje de 66.238
millones de dólares (60.964 millones de euros) con una quita del 62% en
intereses en dólares y de 3.600 millones de dólares (3.313 millones de
euros) de capital, pero no pondrá en riesgo la sostenibilidad de la
deuda ni de la economía argentina.
Por otro lado, el FMI afirmó que la oferta de deuda del país era
"consistente" para poder pagar y mantener la sostenibilidad de la deuda
al mismo tiempo. Además, añadió que el país disponía de "espacio
limitado" para incrementar su pago a los acreedores privados.
El pasado viernes, el presidente de México, Andrés Manuel López
Obrador, reveló que mantuvo conversaciones con el presidente de
BlackRock, Larry Fink, para apoyar a Argentina en el proceso de
reestructuración de su deuda, después de que Alberto Fernández se lo
pidiera.
Argentina aplazó el pasado viernes los plazos de negociaciones con
los acreedores privados hasta el 19 de junio, después de cuatro
aplazamientos en el proceso que comenzó en abril tras presentar la
propuesta de canje oficial en la Comisión de Valores de Estados Unidos
(SEC, por sus siglas en inglés).
Una vez concluido el acuerdo para la reestructuración de la deuda
del país, Argentina deberá afrontar el pago de 56.300 millones de
dólares (50.581 millones de euros) que el FMI concedió al anterior
Gobierno de Mauricio Macri en 2018.
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