lunes, 2 de marzo de 2020

Trump llama a la calma pero EEUU muestra cierta debilidad

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump insiste en que su administración está preparada para un brote de coronavirus en Estados Unidos, sin embargo, los informes de nuevos casos en varios estados durante el fin de semana probarán sus esfuerzos para proyectar el control sobre la propagación de la infección.

Debido que los mercados mundiales están cayendo ante las preocupaciones de que el virus podría desencadenar una recesión mundial, Trump ahora enfrenta el desafío más serio de sus habilidades de gestión de crisis, uno que podría poner en peligro su apuesta por un segundo mandato. Hasta ahora, el mandatario ha pintado cualquier crítica sobre su manejo del coronavirus como un intento por debilitar su presidencia.
“Ahora los demócratas están politizando el coronavirus”, dijo Trump el viernes por la noche en un mitin en Carolina del Sur, solo unas horas antes de la primera muerte por el virus en EE.UU. “Este es su nuevo engaño, pero ya saben, hicimos algo que ha sido muy sorprendente”.
No obstante, los expertos médicos y legisladores de ambas partes están cada vez más preocupados de que el gobierno de EE.UU. esté lejos de estar listo para que el virus se propague ampliamente en la sociedad estadounidense. Están haciendo sonar la alarma de que un aumento en los casos en EE.UU. saturaría rápidamente los hospitales, aumentaría la escasez de suministros y desestabilizaría la economía más grande del mundo. El domingo, la ciudad de Nueva York reportó un paciente infectado en Manhattan.
EE.UU. no está preparado actualmente para un brote, dijo Peter Hotez, catedrático y decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical en el Baylor College of Medicine en Houston. “Esa es nuestra mala noticia”, dijo.
“Pero la buena noticia es que aún creo que tenemos un par de semanas más para resolverlo”, agregó.
El virus se está extendiendo progresivamente. Se registraron más de 30 casos en al menos ocho estados hasta el domingo por la noche, incluida Nueva York, y la enfermedad ahora se encuentra en al menos 65 países. Funcionarios de salud del estado de Washington informaron una segunda muerte.
Los casos de coronavirus aumentaron un 50% en Italia durante el fin de semana y casi se duplicaron en Irán. Francia sumó 30 casos nuevos, mientras que Australia también informó sus primeras muertes.
La crisis promete otra semana crítica para el presidente, que la semana pasada no pudo disuadir a los mercados de la peor venta masiva desde la crisis financiera de 2008. Trump tiene programado el lunes reunirse con ejecutivos farmacéuticos en la Casa Blanca, un evento que será seguido desde cerca ante señales sobre el plazo de una posible vacuna, medicamentos antivirales y la expansión de las pruebas para detectar el virus.
Sin embargo, las facultades del presidente son limitadas. Su administración puede coordinar suministros y abordar la escasez. Trump dijo el sábado que EE.UU. firmó un contrato con 3M Co. para producir máscaras. El gobierno también establecerá estándares de prueba y el viernes anunció que abriría la puerta a más pruebas en laboratorios privados. Pero las autoridades locales de salud pública y los hospitales están en la primera línea.
“Mi abrumadora experiencia como zar del ébola fue que yo era el zar de nada, ya que no tenemos un sistema de atención médica de comando y control en EE.UU.”, dijo Ron Klain, quien sirvió en la administración del presidente Barack Obama, en febrero en el Instituto Aspen en Washington.

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